El día a día de los rescatistas asturianos en la zona cero de Valencia: la perra "Anja" no encuentra ningún fallecido y "puede que hayan llegado al mar"

Mientras los grupos locales y la Guardia Civil inspeccionaba la zona de L'Albufera, Wenceslao Fernández, su perra y Pelayo Fernández fueron destinados a uno de los precipicios de la localidad de Chiva

Así trabaja "Anja", la perra asturiana que busca cuerpos en la peor zona de Valencia

Lucía Rodríguez

La Morgal (Llanera)

Los miembros de la Unidad Canina de Rescate del Principado de Asturias Wenceslao Fernández, con su perra "Anja", y Pelayo Fernández, continúan en Valencia colaborando mano a mano con los rescatistas locales y Guardia Civil. Si ayer la búsqueda de posibles cuerpos se desarrollaba en la zona del Barranco del Poyo, este miércoles eran destinados al Barranco del Gallo, en la localidad de Chiva, otra de las zonas donde más se ha cebado el temporal.

Jesús Gómez, "Chuky", portavoz de la unidad en Asturias, explica que "mientras la Guardia Civil y los rescatistas de Valencia centraban la búsqueda de cadáveres desde L'Albufera hacia arriba, a los asturianos les designaron la zona que va desde el pueblo hasta el barranco". El portavoz asegura que "ninguno de los grupos que está trabajando ha encontrado nada hasta el momento".

Las noticias que les llegan desde Valencia de sus compañeros es que "la cosa está muy difícil" porque aquello "es un auténtico barrizal". Según los miembros de la unidad destinados en la zona, "la Guardia Civil ha inspeccionado la zona a conciencia y es bastante seguro que, si queda algún cuerpo, puede ser que se encuentre en el mar y no debajo del lodo y los escombros".

De todos los cuerpos que ya han sido localizados, "todavía quedan más de 60 sin identificar y 89 desaparecidos". Gómez cree que, probablemente, "alguno de los que no han sido identificados corresponda a alguno de los desaparecidos".

"Anja" y sus guías continuarán su búsqueda mañana por la mañana, aunque la zona que les corresponde aún no les ha sido asignada. "Alrededor de las 17.00 tienen que dejar de buscar porque ya oscurece y es el momento en el que entra la maquinaria pesada a quitar el barro de las calles y a primera hora se reparten los grupos por las diferentes áreas", apunta el portavoz. "No hay toque de queda, pero es casi como si lo hubiera", indica.

La policía "patrulla las calles por las noches para que no quede nadie en la calle y evitar una desgracia y también el vandalismo, porque hay gente que aprovecha estas desgracias para delinquir", concluye Jesús Gómez.

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