¿Y si Julio Iglesias hubiera nacido en Llanera? Estos son los recuerdos de "Papuchi" (y Posada ocupa un lugar especial)

¿Y si Julio Iglesias hubiera nacido en Llanera? Que el astro mundial de la canción luciera en su DNI "Posada" como lugar en el que vino al mundo es una posibilidad un tanto retorcida, pero no imposible. Porque su padre, el célebre doctor Julio Iglesias Puga, alias “Papuchi” para el mundo del colorín, pasó algunos de los mejores años de su vida en el concejo. Concretamente en una vivienda que aún se conserva junto a la actual iglesia parroquial, donde estaba ubicada la Panadería La Favorita, y en el entorno rural del municipio habrían de desarrollarse muchos de los días más felices de su existencia, como él mismo reconocía en sus memorias.

 El doctor Iglesias, abuelo de los famosísimos Chábeli, Enrique y Julio José, entre otros, pasó una infancia y adolescencia agitadas, con varios cambios de domicilio ocasionados porque su padre, Ulpiano Iglesias, era militar. Sus hijos fueron naciendo en diferentes ciudades, a razón de sus destinos. Y a Julio le tocó en Orense, en 1915. Después pasaría por Tánger y Santiago de Compostela, para recalar unos años después en Oviedo, con su padre ascendido a comandante y licenciado en Farmacia. Recordaba el doctor Iglesias Puga en sus memorias cómo viajó con sus padres y sus seis hermanos en tren desde Galicia, para instalarse en la calle Independencia 91. Estando en la capital del Principado, el padre puso farmacia en Posada de Llanera, “un pueblo a pocos kilómetros de Oviedo, muy cerca de donde era la familia de Carmen Polo, que más tarde se casaría con el general Franco”.

Una coincidencia de la que nació una sólida amistad: “Su familia y la mía se hicieron íntimos amigos. Eran tres hermanos: Cita, Carmen y Felipe; pasaban los veranos en San Cucao de Llanera, donde habían nacido los tres. La casa solariega estaba a tres kilómetros de donde papá tenía la farmacia”, relataba el padre de Julio Iglesias.

Las familias entraron en contacto porque el doctor Federico Gil, familia de los Polo y muy amigo de Ulpiano Iglesias, llegaría a ser junto con sus hijos médico personal del Caudillo y de su cuñado, Serrano Súñer, y coincidirían muchas veces en los veranos en Posada. Los padres del doctor Iglesias acabarían instalándose en una casa junto a la actual iglesia, y allí compartieron tardes de tenis y diversión con la familia de Carmen Polo. Para Julio Iglesias Puga, un crío por aquellos años, las mujeres de la familia no debieron ser demasiado impresionantes. “Cita y Carmen eran dos chicas corrientes, normales pero distinguidas, mayores que yo. Cita era la más guapa de las dos”, aseveraba.

Su existencia por entonces estaba más apegada a las travesuras. “A mí se me daba de maravilla matar pájaros con tirachinas. Los mataba a punta pala. Había mirlos, pájaros grandes, otros eran negros con el pico amarillo, y sobre todo, gorriones”, detallaba en sus recuerdos llanerenses. También relataba cómo ponía ratoneras junto con sus hermanos y amigos con maíz clavado “en las moñicas de las vacas, y cuando el pobre pájaro iba a picar le atizábamos un gomerazo”.

Fueron años para el recuerdo. “Lo pasábamos bien, en plena naturaleza. Todo el día corriendo por los prados en invierno y bañándonos en el río en verano. En Posada aprendí a nadar de verdad”, aseguraba en sus memorias, antes de confesar que “echando la vista atrás, recuerdo con nostalgia mis andanzas por aquellos lugares. Vivíamos en un chalé precioso en mitad del campo, me divertí y jugué mucho y disfrutamos de una vida sana al aire libre”.

No habría de durar mucho más. “Mi padre tuvo que optar entre mantener la farmacia abierta o seguir en la carrera militar porque ambas profesiones fueron declaradas incompatibles”, recordaba. Eligió lo segundo y fue ascendido a teniente coronel. Y cuando “Papuchi” tenía 13 años, decidió retirarse de la carrera militar para abrir farmacia en Madrid. Con ello se pondría punto y final a una etapa que siempre recordaría con cariño, y que ha quedado fielmente reflejada en sus memorias escritas. El doctor Iglesias Puga falleció en 2005, hace ahora 20 años, cuando contaba 90 y aún se alegraba al rememorar sus aventuras en Posada.