Steve Wall, el irlandés que dejó el ejército por amor y abrió academia de inglés en Llanera: "Fue un cambio radical"

Nacido en Dublín, es uno más de los vecinos de Posada, donde todo el mundo lo conoce: "Estoy a gusto, nuestro carácter es parecido al asturiano"

Steve Wall, ante algunos de los cuadros de artistas irlandeses que decoran su negocio, adquiridos en sus viajes a Dublín. | L. P.

Steve Wall, ante algunos de los cuadros de artistas irlandeses que decoran su negocio, adquiridos en sus viajes a Dublín. | L. P.

Luján Palacios

Luján Palacios

Posada de Llanera

Steve Wall es un hombre de contrastes. Nacido en la capital de Irlanda, Dublín, Wall pasó de la disciplina militar a convertirse en un referente en la enseñanza del inglés en Llanera. Su historia es la de una transición vital considerable, marcada por el amor, la adaptación y el compromiso con su nueva comunidad, en la que, confiesa, se siente "como en casa".

Su llegada a España en el año 2005 no fue casualidad, sino consecuencia del destino. De hecho, "encontré a mi mujer en Dublín". "Ella estaba allí para pasar un año sabático y para estudiar inglés, la conocí y después de un año ella decidió volver a España. Así que yo vine por ella y aquí me quedé", señala. Su primera parada fue en las Islas Canarias, en Tenerife, donde empezó a dar clases de español para ganarse la vida.

Después regresaron al Norte, y aunque su esposa es originaria de Soto de Llanera, la pareja estableció su hogar en La Corredoria. Sin embargo, fue en territorio llanerense donde Wall echó raíces profesionales y donde se siente como en casa. "Abrí mi propio negocio en Posada en 2013", recuerda. Su academia de inglés, que hoy en día cuenta con alrededor de 80 alumnos, se ha convertido en un pilar educativo para muchos estudiantes del municipio, que acuden puntuales a sus clases. "Por aquí pasan casi todos los niños de Llanera", asegura con orgullo, sintiéndose parte del concejo y siendo bien conocido por alumnos y familias: muy pocos no saben quién es "Steve, el profesor de inglés".

El camino hasta la docencia no fue inmediato, porque "de carrera y profesión soy militar", recuerda. Así que "fue un cambio radical", iniciado en Tenerife "tras pensar de qué podría vivir". Allí dio sus primeras clases y obtuvo las certificaciones necesarias para la enseñanza del inglés en España. Tras dos años en las islas, se trasladó junto a su mujer a Asturias, donde finalmente fundó su academia, y de momento "me ha ido bien, estoy contento", asegura.

Facilidades

El trámite para abrir la academia "fue eficaz, sin complicaciones, el Ayuntamiento de Llanera me facilitó mucho las cosas", comenta. Lo más difícil en cambio fue "la responsabilidad de mantenerlo y seguir adelante, tuve que aprender cómo llevar el negocio, con sus momentos buenos y otros menos".

Wall destaca además la importancia de la integración para cualquier extranjero que quiera establecerse en otro país: "Si llegas a un país, debes integrarte en la población y ser parte de la comunidad. Si montas tu propio mundo aparte, te complicas la vida". Y a él se le ha dado tan bien que es uno más en el pueblo, donde "me siento muy a gusto", afirma, y donde todo el mundo lo saluda por la calle.

El método de enseñanza de Wall se aleja de la preparación para exámenes oficiales y se centra en la comunicación. Tal y como explica el docente, "lo que me interesa es que los niños se suelten a hablar, que tengan confianza suficiente para hablar conmigo y para comunicarse en inglés, que es lo que importa". Su enfoque busca de esta manera complementar la enseñanza tradicional y dar sentido práctico a lo que los alumnos aprenden en la escuela. "Es muy difícil desarrollar eso en un colegio, pero aquí, con grupos que tienen el mismo objetivo, es diferente", asegura.

A pesar de los desafíos del idioma y la adaptación a un nuevo sistema, Wall se siente parte de la comunidad asturiana y llanerense. "El carácter de la gente aquí es muy parecido al irlandés", afirma con un guiño. "Los asturianos quizás un poco más brutos, pero muy abiertos y agradables", sostiene entre carcajadas. Su conexión con Llanera es profunda, como lo es su compromiso con la educación de los pequeños del concejo. "Siempre hay interés por mejorar el inglés, estoy aquí para ayudar", afirma, con las aulas siempre llenas.

Con cuatro hijas nacidas en Asturias y un negocio consolidado, Steve Wall ha encontrado su hogar en el municipio, donde desarrolla toda su vida a pesar de vivir en La Corredoria. "No tengo en mente marcharme de aquí", afirma, antes de añadir que no echa de menos su vida anterior en el ejército de su país. "Estuve en él muchos años, y aunque es verdad que sigo pensando y trabajando como militar, lo cierto es que no lo extraño; prefiero estos horarios y este ritmo de trabajo", afirma, encantado además con "el verde de Asturias, la comida y la forma de ser, es cierto que irlandeses y asturianos somos muy parecidos".

Aprender español

Además, mantiene el contacto con sus orígenes con viajes anuales a Dublín para vera a la familia. "Vamos en Navidad siempre que podemos", indica, antes de señalar el único "pero" a su vida asturiana: "Aprender español no ha sido fácil, no tenía ni idea del idioma y aún me cuesta dominarlo y eso que tengo cinco maestras en casa que me corrigen constantemente".

Su historia a lo largo de los años es un ejemplo de cómo la vida puede tomar giros inesperados, de Irlanda a Llanera, del ejército a la academia de inglés para empezar una nueva existencia y echar raíces de forma inesperada. En un entorno en el que "me siento feliz, aunque al principio echaba de menos Irlanda", pero que hoy se ha convertido en un hogar de futuro lleno de enseñanzas.

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