Así es el llanerense Thiago, hijo de Miguel López-Cedrón y una de las grandes promesas del fútbol asturiano

El chico, de once años, juega en el Sporting y sus 56 goles en categoría alevín le convierten en el máximo goleador de la temporada

Por la izquierda, Miguel y Thiago López-Cedrón, en el parque Ovidio Libardón de Lugo de Llanera.

Por la izquierda, Miguel y Thiago López-Cedrón, en el parque Ovidio Libardón de Lugo de Llanera. / L. R.

Lucía Rodríguez

Lugo de Llanera

Apenar contaba tres años de edad cuando comenzó a jugar al fútbol en la Unión Deportiva Llanera. Thiago López-Cedrón, prácticamente, "aprendió a dar patadas a un balón antes incluso de saber hablar", recuerda su padre, Miguel, quien, además, es el presidente del club llanerense. Pero no solo eso, sino que también jugó en Primera División con equipos como el Sporting o el Numancia. Este fin de semana, ambos se desplazaron a Madrid para que el joven, de tan solo once años, jugara con la selección asturiana los Campeonatos de España que se celebraron en Cotorruelo y en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas.

A pesar de que la genética ha hecho de las suyas, y Thiago está siguiendo ahora los pasos de su progenitor, ambos reconocen que "siempre le gustó jugar fútbol". Y aunque su padre siempre deseó tener un hijo o hija que heredara su pasión por el balón, "lo que prima para nosotros es que haga alguna actividad deportiva, independientemente de cuál sea". Sin embargo, tuvo la suerte de que el chico quisiera seguir sus pasos. Algo que, no solo le llena de orgullo, sino que además "me trae un montón de buenos recuerdos, porque él ahora mismo está viviendo lo mismo que yo viví".

Thiago López-Cedrón jugó hasta los 10 años con el equipo en el que, por aquel entonces, su padre era el director deportivo. "Durante esos siete años, marcó alrededor de 300 goles y fue entonces cuando el Real Oviedo y el Sporting se interesaron por él", apunta su padre. El pequeño acudió a Mareo a probar y allí se quedó. De esto, ha pasado apenas un año y "con 56 goles en categoría alevín y uno en infantil, ya es el máximo goleador de la temporada". Esta es una de las razones por las que la selección asturiana se fijó en él. "La verdad es que lo está haciendo muy bien y, además, se adaptó muy rápido al equipo", señala Miguel López-Cedrón.

Entrena tres días a la semana durante hora y media, además de un día más en el que disputan un partido. "Para mí y para su madre es mucho más complicado que antes, por cuestiones de horarios y de distancia, pero el sacrificio merece la pena porque él está muy contento". Y, además, compaginarlo con los estudios es algo que el pequeño tiene totalmente controlado. "Saca muy buenas notas. Es muy buen estudiante", afirma su padre.

Aunque los resultados en el Campeonato de España no fueron muy buenos, porque fueron eliminados en la primera fase del torneo, ambos coinciden en que "ha sido una experiencia única, maravillosa e inolvidable". Ya no solo por lo que supone jugar en Madrid con chicos de muy alto nivel, sino también "por la convivencia con los otros chavales y el compartir experiencias con ellos, algo que es fundamental en el deporte y, sobre todo, a estas edades".

Thiago sueña con "ser jugador profesional y poder jugar de la mano del Sporting en los mejores campos de España y del mundo". Y, aunque su padre, por experiencia, sabe que es algo muy difícil, tanto él como su madre, Sandra García, lo apoyan en todo momento. "Llegaremos hasta donde se pueda, siempre y cuando él sea feliz". Pero sobre todo y, lo más importante, "es que se lo pase bien y disfrute".

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