La marea ganadera de Llanera llega al Rocío: crónica de la primera jornada de San Isidro

Unos 800 animales participaron en el desfile inaugural del evento antes de que la lluvia obligara a suspender el arrastre de bueyes

El desfile de San Isidro.

El desfile de San Isidro. / L. P.

Luján Palacios

Luján Palacios

Posada de Llanera

Relinchos, rebuznos y mugidos tomaron este sábado la travesía de Posada de Llanera en un desfile de San Isidro multitudinario, con cerca de 800 animales y con el entusiasmo por bandera, en una marea verde (la de las camisetas oficiales de la celebración) y con los niños en cabeza, como viene siendo habitual en los últimos años. Fueron los "pequemanejadores", el grupo de sesenta críos del concejo que se han estado entrenando a fondo en las tres últimas semanas, los que abrieron un cortejo perfectamente sincronizado, tras una sesión de limpieza y peluquería de las reses desde primera hora de la mañana.

Una de las novedades de este año fueron los toros del sevillano Manuel Salguero, un médico que hace informes forenses y se dedica desde siempre a la ganadería para recuperar una raza en extinción: la de los toros sementales de berrenda en colorado. Se trata de ejemplares con una capa de pelo con manchas que participan cada año en la peregrinación del Rocío.

Ganaderos, ayer, en el recinto ferial.

Ganaderos, ayer, en el recinto ferial. / L. P.

La jornada también estuvo marcada por el recuerdo al ganadero de Bonielles Manuel Prado, Lolo, uno de los principales impulsores del desfile y fallecido en la víspera. Muchos participantes lucieron crespones negros en su recuerdo.

El "pequemanejador" más joven fue Lucas García, acompañado por su padre Daniel, ambos de Posada. Aunque no son ganaderos, disfrutaron del día llenos de entusiasmo. "Fui ganadero de pequeño y al niño le encantan las vacas", indicó el progenitor.

Varios de los más jóvenes acompañaron un grupo de tres terneras, mientras otros, como Matías Ochoa, debutaban con un poco de recelo. "Me pisó dos veces la vaca y me hizo daño, pero bueno, saldré con ella", indicaba el "pequemanejador", de 7 años y natural de Venezuela. Lleva apenas dos años viviendo con su familia en Posada y decidió participar en el desfile porque "me gustan los animales".

Lucía Rodríguez, de once años, lleva dos abriendo el desfile, toda una responsabilidad porque "hay que marcar el paso para que nadie corra demasiado". Lo hizo llevando del ramal a "Nevadita". De momento no aspira a ser ganadera, aunque "tendré alguna vaca como hobby, como hacen mis padres", señalaba.

Son la cantera de una profesión necesitada de relevo y que tiene continuidad en jóvenes como Belén López, ganadera de Posada que lleva varios años en este mundo por pura vocación. "Es importante que los niños tengan estas oportunidades para conocer lo que es la ganadería y las vacas", sostenía, mientras peinaba la cola a su ternera.

Delante, la Banda de Gaitas La Madreña y San Isidro aupado a un carro. Detrás de los niños, una riada animal en la que se pudo ver de todo: vacuno de carne, caballos, cabras, ovejas pastoreadas por perros border collie, enormes bueyes con carros de hierba o el burro del panadero y el lechero, acompañados también por la alcaldesa de Lena, Gema Álvarez; el alcalde de Colunga, José Ángel Toyos; el de Salas, Sergio Hidalgo, y el consejero de Hacienda, Guillermo Peláez, junto al regidor local, Gerardo Sanz.

Con la llegada de los animales al recinto de Ables se dio inicio a la segunda parte de una celebración que hoy domingo culminará con la feria, en la que participarán cerca de 7.000 animales.

Por la tarde iba a tener lugar una demostración de antiguos oficios agrícolas y la primera tanda del arrastre de bueyes, pero se suspendieron por la lluvia.

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