Huertos ecológicos para 6.000 escolares: así es la gran red asturiana que conciencia sobre alimentación saludable y sostenibilidad

El segundo encuentro de centros educativos reivindica los valores del proyecto, para que "los niños conozcan de dónde viene lo que comemos"

Un grupo de alumnos, ayer, en el taller de pintura de macetas.   | L. P.

Un grupo de alumnos, ayer, en el taller de pintura de macetas. | L. P.

Luján Palacios

Luján Palacios

Posada de Llanera

Cultivar un huerto ecológico en la escuela tiene muchas ventajas educativas y de salud. Y por eso cada vez son más los centros escolares que se suman a la red regional: 6.000 niños, 145 colegios y 190 docentes en formación componen el tejido de este proyecto que nació para disponer de comida más natural y de más calidad en los comedores escolares, y que no deja de crecer.

Llanera fue ayer el escenario elegido para el II Encuentro de Centros de la Red de Huertos Escolares Ecológicos, una cita en la que además de exponer los planes hortícolas de cada colegio, el alumnado disfrutó de una mañana de actividades para aprender a cultivar y comer mejor.

El colegio Nazaret de Oviedo, el Castiello de Gijón, el Peña Careses de Pola de Siero, el Antonio Machado de Gijón y los IES Llanera, el ovetense Leopoldo Alas Clarín, el Cristo del Socorro (Luanco) y el César Rodríguez (Grado), fueron los representantes escolares de esta edición, celebrada en el edificio de la Escuela de Música, en Posada.

En ella se destacó como fundamental "que los niños conozcan el sector primario, porque la mayoría viven en ciudades y no saben de dónde vienen los productos que comemos", reivindicó el presidente del Consejo de la Producción Agraria Ecológica del Principado (COPAE), Javier Fernández.

Sin olvidar que el proyecto de huertos en los colegios "fomenta la sostenibilidad y hace vínculos", además de ser "un semillero de valores y conocimientos" del que, como destacó la directora general de Agricultura, Begoña López, se beneficiarán las generaciones futuras: "Ser modernos es hacer lo que hacéis, sembrar para recoger, para alimentar a los que vienen detrás", animó a los chavales.

Y no sólo eso: también ayuda a la salud mental y física, en una sociedad en la que "comemos demasiado, raciones enormes, y no es necesario; tenemos que recuperar la calidad de los alimentos en un contexto de deterioro y obesidad", reivindicó por su parte el director general de Salud Pública, Ángel López.

En cada centro se cultiva de una manera, con diferentes proyectos y objetivos didácticos y saludables, y el resultado siempre es el mismo: las caras de satisfacción de los escolares al ver cómo las labores para limpiar, cavar, abonar y sembrar dan como resultado una cosecha sabrosa y llena de vitaminas.

Ayer, además, participaron en talleres como el pintado de macetas o en un escape room para poner a prueba sus habilidades y conocimientos sobre la comida sana. Porque aprender es también ponerse manos a la obra, llenárselas de tierra y tener paciencia para conseguir frutos.

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