Filandera, madreñeru y ceramista en San Isidro: "Son muchos los que se interesan por lo oficios"

Las demostraciones en directo de las profesiones tradicionales asturianas atrajeron a numeroso público durante el mercado festivo de este fin de semana

VÍDEO: Los oficios con más tradición pudieron verse este fin de semana en Llanera

Lucía Rodríguez

Lucía Rodríguez

Lugo de Llanera

Victoria González lleva dando clases en la Escuela Municipal de Cerámica de Llanera desde que su fundación en 1989. Participa en el Mercado de San Isidro del concejo desde su inauguración, hace ya cerca de 15 años. "Mi sueño es hacer un mural con todas las creaciones que los niños hacen en los talleres y que, cuando crezcan, vean el trabajo que realizaron cuando eran pequeños", explica.

Durante los tres días de mercado, los más pequeños han pasado por el taller de González par realizar su propio azulejo en cerámica. "Es un no parar. Les gusta mucho porque estiran la masa, les permite ser creativos y hacen sus propios diseños". La sorpresa que se llevó este año fue que "muchos de los niños que se acercaron a participar, ya conocían todo el procedimiento de venir años anteriores", apunta la ceramista. Ella es la encargada de darles el toque final en la escuela. "Les pongo esmalte y entran a cocer a mil grados de temperatura en el horno", indica.

Ella es tan solo una de las personas que a lo largo de este fin de semana, en el parque Ovidio Libardón de Llanera, ha mostrado al público oficios asturianos tradicionales que se han ido perdiendo con el paso del tiempo. Otro de ellos es Arturo Iglesias, que suma cerca de 40 años haciendo tornería en madera: "Elaboro en directo piezas que había en la vajilla tradicional en la zona occidental de Asturias sobre todo". Fiambreras, saleros, platos, morteros o vasos "que se usaron hasta mediados del siglo XX y hoy en día ya están en desuso". Los realiza a través de un torno llamado de media vuelta, con el que va dando forma y tallando la madera.

Iglesias aprendió el oficio de un tornero de Grandas de Salime. En el caso de Celsa Granda, aunque es bastante autodidacta, fue un profesor de Bilbao el que le enseñó a trabajar la cestería y el cuero. Una afición que le viene de familia. "Cada vez que mi abuela salía de casa llegaba con una cesta y mi abuelo hacía los típicos cestos para el verde, que se llamaban gavia", recuerda. Su destreza al trenzar y su creatividad fueron las piezas clave para que este oficio terminara por "engancharla" del todo.

Granda, además, imparte talleres dentro del programa "Aulas 50ymás" que organiza el Ayuntamiento de Llanera. "Es muy beneficioso para los alumnos, porque trabajan la psicomotricidad y la movilidad de manos. Además, no tienes que hacer un esfuerzo muy grande. Más bien es cuestión de habilidad y concentración". Aunque para ella uno de los factores más importantes es la sociabilización. "Encuentran amigas, encuentran gente para salir a tomar un café, para hablar, y un grupo al que pertenecer y en el que se sientan integradas", explica.

Al lado de Celsa Granda, José María Lobo trabaja el hierro con su fuelle, hecho también por él mismo. "En el hierro llevo trabajando más de cinco décadas, pero en la herrería antigua, alrededor de 20 años", apunta. Raseros, bocetes, corón, azuelas o gubias para tallar la madera, son algunas de las herramientas antiguas que elabora.

Todos ellos coinciden en que "son muchos los que se interesan por estos oficios antiguos, porque, la verdad, es que llama mucho la atención". Sobre todo, "de los niños, que nunca lo han visto", concluyen.

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