De las historias de Manuel del Zapateru a los vestigios de la Guerra Civil: el anuario de La Piedriquina se fija en Llanera

La publicación de Las Regueras incluye dos artículos sobre el concejo y una recopilación fotográfica de las fiestas de San Salvador de Rondiella de hace sesenta años

Por la izquierda, Abel González, Adrián Piñan, Rosa Rodríguez y Chema Martínez, en la casa de cultura de Posada, durante la presentación del anuario

Por la izquierda, Abel González, Adrián Piñan, Rosa Rodríguez y Chema Martínez, en la casa de cultura de Posada, durante la presentación del anuario / C. V.

Posada de Llanera

La Asociación Cultural La Piedriquina, de Las Regueras, celebró en la Casa de Cultura de Posada de Llanera la presentación del anuario de la entidad, una publicación que, como recordó la presidenta del colectivo, Rosa Rodríguez, ha alcanzado la mayoría de edad. En esta ocasión, el acto se centró en los artículos vinculados al concejo de Llanera, que ocupan un lugar destacado en esta edición.

El primero de los artículos de los enfocados en Llanera es "Lo que vi y escuché. Memorias de Manuel del Zapateru", elaborado por Chema Martínez. Este texto rescata parte de los recuerdos de "Zapateru", un vecino de Santa Cruz que dejó escritas sus memorias particulares entre 1963 y 1985. "Era un hombre muy peculiar, excelente conversador, muy comunicativo y preocupado por todo lo que le rodeaba"W, describió Martínez. En su intervención relató anécdotas curiosas recogidas en las cincuenta páginas de manuscrito que pudo recopilar, ya que se desconoce la ubicación de los tomos que Manuel del Zapateru dejó escritos. Martínez narró momentos como las batallas escolares entre pueblos vecinos, el miedo infantil a una falsa campaña de vacunación en los años treinta o la proclamación de la República vista desde Santa Cruz. "Las memorias son una visión real y sentimental de la sociedad rural del concejo entre 1925 y 1950, y estoy seguro de que muchos otros pueblos de este y otros concejos asturianos podrían sentirse representados en sus palabras", aseguró el autor.

Adrián Piñán fue el encargado de presentar el trabajo que firma junto a Juan R. Muñiz, "Elenco de bienes de la Guerra Civil en Llanera", un inventario minucioso de posiciones militares, refugios y fortificaciones del conflicto que se conservan, aunque en muchos casos cubiertos por la vegetación o en fincas privadas. “Se trata de elementos interesantes que merecen su defensa y conservación”, subrayó Piñán, quien relató algunas dificultades para acceder a ciertas estructuras, como los nidos de ametralladora de Caraviés o el observatorio inconcluso de Peña del Cuervo. También recordó que en algunos casos, como sucedió con las casamatas de artillería, las piedras de las construcciones bélicas se utilizaron en la reconstrucción de iglesias y cuarteles.

Rosa Rodríguez se encargó también de mencionar el que es considerado el artículo estrella del anuario, "Cartelas en paneras firmadas con nombre de mujer", obra del investigador Paulino García, que ha recorrido durante años los pueblos del entorno documentando elementos decorativos y constructivos tradicionales, especialmente hórreos y paneras. En su trabajo, García recoge más de treinta "firmas" en estas construcciones en las que figuran nombres de mujer, algo llamativo teniendo en cuenta que hasta finales de los años setenta del pasado siglo las mujeres no podían realizar transacciones sin autorización masculina. "Muchas eran mayorazgas y firmaban en solitario o junto a sus maridos. Estos territorios centrales eran una zona donde el mayorazgo fue muy vigente”, explicó la presidenta, subrayando el valor etnográfico del hallazgo.

La jornada concluyó con una emotiva proyección de imágenes antiguas de la fiesta de San Salvador de Rondiella, en Posada, concretamente de la romería celebrada en 1965. Las fotografías, tomadas por José María González Villanueva, fueron comentadas en directo por Abel González, que evocó las tradiciones y rincones del concejo con la ayuda del público presente, reconociendo nombres y rostros que forman parte del patrimonio sentimental de Llanera. Con esta nueva edición, La Piedriquina consolida su papel como guardiana de la memoria popular de Las Regueras y concejos limítrofes, haciendo de cada anuario un valioso testimonio del pasado y presente de la comarca.

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