Los dos expolíticos que agredieron a tres guardias civiles en Llanera aceptan su culpa: "Teníamos ganas de que esto pasara de una vez"

Ignacio Cifuentes, expresidente del PP de Sariego, pacta 8 meses de cárcel y tendrá que pagar 8.500 euros en indemnizaciones y otros 3.200 de multa

Pilar Huerta se conforma con seis meses de cárcel

Pilar Huerta e Ignacio Cifuentes, en el banquillo.

Pilar Huerta e Ignacio Cifuentes, en el banquillo. / Luis Vega

Luis Ángel Vega

Luis Ángel Vega

Oviedo

"Teníamos ganas de que esto pasara de una vez", comentaron la exmiembro de la FSA-PSOE Pilar Huerta y su pareja, el expresidente del PP de Sariego Ignacio Cifuentes, tras aceptar una condena de seis y ocho meses de prisión respectivamente en el juicio celebrado en la mañana de este miércoles en Oviedo por enfrentarse a golpes a tres agentes de la Guardia Civil de Llanera, el 20 de mayo de 2023.

Los dos se han beneficiado de una atenuante por embriaguez, circunstancia que explica la naturaleza de un incidente con una repercusión inusitada por el momento en que tuvo lugar, en plena campaña de las autonómicas y municipales de 2023, motivo por el que ambos tuvieron que presentar su inmediata dimisión. No parece que tengan muchas ganas de volver a la política que abandonaron por una mala tarde de sábado.

Pilar Huerta e Ignacio Cifuentes llegan a los juzgados de Oviedo.

Pilar Huerta e Ignacio Cifuentes llegan a los juzgados de Oviedo. / Luis Vega

Ignacio Cifuentes, acusado de intentar llevarse por delante a dos guardas que trataban de identificarle, tras reprender de forma agresiva a su hija y vejar a la madre de ésta, aceptó en el Juzgado de lo penal número 3 de Oviedo una condena de ocho meses de cárcel por un delito de atentado, multas por importe de 3.200 euros por lesiones e indemnizaciones a los agentes por casi 8.600 euros. Podrá pagar las cantidades en tres años, justo el tiempo durante el que no podrá delinquir, so pena de ingresar en la cárcel.

Pilar Huerta, defendida por Adrián Martínez Gómez, se conformó con una pena de seis meses por atentado, ya que tiró al suelo de un empujón a un guardia, cuando intentaba aproximarse a Ignacio Cifuentes cuando le llevaban al juzgado a declarar.

Los guardias agredidos fueron defendidos por los letrados Manuel Vallina y María Escanciano, quienes solicitaban penas de tres años para Cifuentes y multas para Huerta.

Los hechos que les llevaron al banquillo

Todo ocurrió sobre las nueve y cuarto de la noche del 20 de mayo de 2023. Una persona que se encontraba en la terraza de un bar próximo al parque de Posada de Llanera efectuó una llamada al 112, ya que, en una mesa cercana, Ignacio Cifuentes reprendía de forma agresiva a su hija, menor de edad, y vejaba a la madre de ésta. Agentes de la Guardia Civil se personaron en el lugar y, por indicación del denunciante, se dirigieron al parque, donde vieron al acusado dentro de un coche, en el que también iba, en la parte de atrás, la menor. Los agentes solicitaron al acusado que bajara la ventanilla del vehículo para hablar con él y que a continuación saliera del coche. El acusado adoptó una actitud desafiante y despectiva hacia los agentes, que le pidieron su identificación, a lo que él se negó, al tiempo que acometía a uno de los guardias, braceando y pataleando en actitud agresiva, por lo que fue detenido. El acusado y el agente cayeron al suelo, momento en que intervino, para ayudar a su compañero, otro de los guardias, que también recibió patadas y manotazos. El acusado se negó a entrar en el coche patrulla, mientras se dirigía a ellos diciéndoles: “Os voy a matar a los dos, cuando os vea por la calle, me he quedado con vuestras caras, os vais a enterar, vosotros y vuestras madres”. Fue conducido al cuartel.

Mientras todo esto sucedía, Pilar Huerta, y que se encontraba en compañía de otra menor, se dirigió a los agentes diciéndoles: “Sois unos gilipollas y os vais a enterar”. Los agentes le indicaron que iba a ser propuesta para sanción. La mujer se trasladó hasta el exterior de las dependencias policiales y, tras entrevistarse con el instructor, comenzó a golpear el cristal de la puerta de entrada al cuartel, adoptando una actitud desafiante hacia los agentes, a quienes decía: “Os vais a enterar de quien soy yo, se os va a caer el pelo, desgraciados, hijos de perra, sois unos muertos de hambre, hijos de puta”.

La mujer abandonó el lugar, aunque regresó al poco tiempo y continuó golpeando la puerta y tocando el timbre. Sobre la una menos cuarto de la mañana del día 21, los guardias introdujeron a en un coche oficial que estaba aparcado frente al cuartel, momento en que la acusada, para entorpecer la actuación judicial, trató de acceder al lugar. Los guardias se interpusieron entonces entre los dos acusados y la acusada los empujó, lo que provocó que uno de ellos se cayera al suelo. Fue detenida a continuación.

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