Mónica Suárez viaja de Miami a Llanera (con 80 invitados norteamericanos) para casarse en el pueblo del bisabuelo Felipe

Un océano y varias generaciones han separado a una familia de Arlós (Llanera) que acaba de sellar la historia de un reencuentro de la mejor de las maneras: con una boda. Es el relato de la vida de dos hermanos, Felipe y José Suárez, que, como tantos otros asturianos de finales del siglo XIX, decidieron cruzar el Atlántico en busca de una vida mejor. Los dos dejaron atrás su parroquia de Arlós, y a sus once hermanos, y se dirigieron a Cuba. Después de años, bien entrado el siglo XX, José decidió regresar a la casa natal, donde ya vivió el resto de sus días y estableció a su familia. Felipe, en cambio, se quedó en la isla caribeña al cargo del negocio familiar que habían levantado.

Pasaron los años, cada hermano tuvo hijos, nietos y bisnietos. Y las dos ramas familiares, aunque sabían de la existencia unos de otros, fueron perdiendo el contacto. Pero las raíces tiran fuerte y hubo quien se empeñó en averiguar desde Estados Unidos (EE UU) qué había sido de los descendientes de José en Llanera.

Fue en el año 2001 cuando los nietos de la rama cubana emprendieron la búsqueda desde Miami, donde residen. Y concretamente, una de las nietas de Felipe, llamada Irene Pérez, puso especial empeño en retomar el contacto con sus primos asturianos. De hecho, Irene viajó en el 2001 a Llanera a la aventura, y preguntando a unos y otros enseguida dio con Arlós y con la familia que había seguido residiendo en el concejo.

En la casa original de la familia, en el barrio de Verdera, sigue residiendo José María Suárez, nieto del hermano que decidió regresar a los orígenes. Fue un reencuentro tan emocionante y lleno de sentimiento que las dos ramas han vuelto a ser una. Los nietos y bisnietos de José y de Felipe han seguido manteniendo el contacto estrecho de forma regular desde entonces, con numerosos viajes al otro lado del charco para asistir a bodas de otros primos, tanto en Miami como en Carolina, y viceversa, con los primos americanos también invitados en numerosas ocasiones en Asturias.

La cuadratura del círculo la consiguió este pasado viernes Mónica Suárez, bisnieta de Felipe Suárez y residente en Miami. Conocedora de la historia familiar y del origen de la familia en Llanera, la joven decidió dar uno de los pasos más importantes de su vida en la iglesia de Santiago de Arlós.

Allí contrajo matrimonio con su ya esposo, Anthony Peláez, también de Miami, ante la emocionada mirada de cerca de 80 personas llegadas de Estados Unidos para presenciar el enlace. En ello tuvo mucho que ver el padre de la novia, Roberto Suárez, que, tras el reencuentro familiar, es un gran enamorado de Asturias y de Verdera. Él puso mucho de su parte para que el enlace tuviera lugar en Arlós, donde los contrayentes sellaron su amor en un día con niebla y algo de orbayu, para que el día fuera típicamente asturiano.

Tras la misa en el templo románico, novios e invitados celebraron el convite en el concejo. El día antes habían ofrecido a los amigos y familiares una espicha tradicional en un llagar. Fue un momento especial, en el que la bisnieta de Felipe revivió los ecos familiares para cumplir un sueño, el de rendir homenaje a las raíces. Ayer, los invitados llegados de Estados Unidos alquilaron un autobús y pusieron rumbo a Covadonga, para conocer la tierra que vio nacer al núcleo de la familia. Los novios se preparan para su luna de miel en Japón.