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Un "club del ganchillo", la original iniciativa de Soto de Llanera para juntar a sus vecinos y combatir la soledad

La iniciativa se ha puesto en marcha por primera vez en la urbanización con el objetivo de intercambiar experiencias, socializar y elaborar proyectos comunes

Lucía Rodríguez

Soto de Llanera

Cada martes por la tarde, el Centro Sociocultural de Soto de Llanera se convierte en el punto de encuentro de un grupo de residentes de la urbanización donde, entre lanas, agujas y patrones, se charla, se cose y se comparten experiencias y conocimientos. Se trata del club de ganchillo que ha sido puesto en marcha por primera vez de mano de la Asociación de Vecinos de la zona y que tiene como objetivo "aprender unos de otros, elaborar proyectos comunes y también socializar", explica Marina Osle, presidenta de la entidad.

"A mí me gusta mucho el ganchillo y hago muchos muñecos, pero, por ejemplo, no sé tejer ropa", explica Osle. "Cuando vivía en Barcelona, en las tiendas donde vendían lanas, siempre había gente cosiendo y hablando y siempre tenía a quién preguntar mis dudas", recuerda. Por eso, decidió extrapolar esa idea hasta Soto de Llanera "formando un grupo donde yo te enseño, tú me enseñas y aprendemos unos de otros".

La actividad está abierta a cualquier persona, sepa tejer o no. "Aquí tiene cabida todo el mundo, el caso es que vengan a probar y si les gusta y se enganchan, se puedan quedar". Otra de las intenciones es captar también gente joven y que se convierta en un espacio intergeneracional. Por un lado, "conseguimos que ellos también aprendan, que no se pierda y que se olvide esa idea de que el ganchillo solo es para gente mayor". Y por otro, de esta manera "contribuimos a que la gente mayor de la urbanización no esté sola, que si están en casa tejiendo solas puedan venir aquí a charlar y evadirse un poco de las cosas del día a día".

Entre lanas y patrones: así es el club de ganchillo de Soto de Llanera

Lucía Rodríguez / Amor Domínguez

Este martes tuvieron su primer encuentro que, además, fue todo un éxito. Doce vecinas se reunieron en una de las salas reservadas para la ocasión en el interior del centro social de Soto. Una de ellas es Marta Inés Blanco, a quien fue su madre cuando era pequeña la que la enseñó a tejer. "Me he acercado, sobre todo por curiosidad, para ver en qué consistía el club", indica.

Roberta Kern, natural de Norteamérica, se vino a vivir a España, concretamente a Valencia, hace diez años. "Llegué a Soto de Llanera en 2022 siguiendo la estela de mi hijo y su familia". Lo que más le animó a participar en estos encuentros es "conocer a mis vecinas y, sobre todo, aprender cosas nuevas", explica. Y es que reconoce que, al contrario que Marina Osle que solo sabe "tejer en círculos", ella "solo sé hacer cuadrados y, a través de ellos, bufandas, tapetes o mantas, así que formamos el combo perfecto", bromea. "Fue lo que me enseñaron a coser en el colegio cuando era pequeña". Carmen Romanos, por su parte, es una auténtica novata. "No sé hacer nada, pero Marina nos animó mucho y nunca es tarde para aprender".

En un principio, tal y como explica la presidenta de la asociación vecinal, "es que cada una traigamos el proyecto individual que tengamos", pero la idea es que "en un futuro, podamos hacer algún proyecto conjunto y, por ejemplo, decorar el parque u organizar una jornada de ganchillo en la calle".

Marina Osle asumió el cargo de la presidencia de la Asociación de Vecinos de Soto de Llanera el pasado mes de agosto. Tanto ella, como el resto de miembros de la junta directiva, se han propuesto como objetivo organizar distintas actividades a lo largo del año, desde lúdicas hasta deportivas e, incluso, talleres, para que "la gente salga de sus casas, hacer cosas juntos en comunidad dinamizando la vida en la urbanización y conseguir que Soto deje de ser una ciudad dormitorio", concluye la presidenta.

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