Quiero hoy reflexionar sobre lo que considero una pérdida paulatina de los valores fundamentales sobre los que se sustenta una sociedad, como son el respeto, la solidaridad, o la capacidad de esfuerzo y superación entre otros, que me llevan a reivindicar la recuperación del humanismo, palabra que, según el diccionario de la RAE en su cuarta acepción, nos dice: “Doctrina o actitud vital basada en una concepción integradora de los valores humanos”.

No sé si será por que a medida que nos van cayendo años en la mochila observamos la evolución de nuestra sociedad con otra perspectiva, pero mi percepción sobre esta evolución en lo que se refiere a los valores humanos no es positiva, en especial entre las personas más jóvenes. Aunque no se debe generalizar, ni pretendo hacer una crítica negativa sobre toda la juventud, mi sensación es que cada vez vivimos más cautivos de una necesidad por lo inmediato, que afecta de manera especial a la población de menor edad. El tremendo desarrollo de las telecomunicaciones en la última década ha hecho que todos tengamos a nuestra disposición una interconexión global a través de nuestros teléfonos inteligentes que nos proporcionan un bombardeo de información desde muchos flancos. En muchos casos priorizamos estar “informados” casi al instante sin pararnos a reflexionar si esa información está contrastada o no con criterios basados en el rigor. Las redes sociales son, hoy en día, la fuente de información (o des-información) preferente para muchos de nuestros jóvenes (y no tan jóvenes), y no solo eso, son también los foros de interacción humana más utilizados, con todo lo que esto conlleva. Es cierto que los dos años largos de pandemia no han ayudado precisamente a mantener unas relaciones sociales “en vivo”, pero no es conveniente aislarse y vivir cautivos de nuestro entorno virtual, más pendientes de los “likes” que recibimos al publicar en las redes nuestros comentarios o nuestras “stories”, que de forjar unas amistades sinceras que nos enriquecerán como personas.

Es por esto por lo que considero necesaria una educación y una formación en valores desde el ámbito familiar que complemente a la enseñanza de los conocimientos que se imparten en las instituciones académicas en las sucesivas etapas educativas. No podemos eludir nuestra parte de responsabilidad desde las familias, delegándola en las y los profesores de nuestros hijos e hijas.

Iniciativas como la Semana Cultural del IES de Llanera, que se ha llevado a cabo esta semana con la participación de personas externas al centro y procedentes de diferentes ámbitos de la cultura, las letras o las ciencias, son a mi entender esenciales en la formación humanista de nuestros jóvenes. Promover foros de debate y discusión sobre temas diversos y transversales que afectan a nuestra sociedad desde diferentes puntos de vista redundará en un mejor desarrollo intelectual, mostrando importantes aspectos como son la argumentación, el espíritu crítico, la capacidad de discusión o de reflexión sobre las ideas plasmadas por otras personas.

Desde aquí quiero agradecer al equipo directivo del IES de Llanera, con Juan Eugenio Ramos su director a la cabeza, al comité organizador de la Semana Cultural, con la profesora Raquel Rodríguez como coordinadora, y a todos los alumnos que han participado de manera entusiasta en las actividades desarrolladas a lo largo de esta semana. Espero y deseo que esta iniciativa vea nuevas ediciones en los próximos cursos.