Oviedo, M. J. I.

Por primera vez desde 2005, el año en el que se cerró el caladero reabierto en marzo, la anchoa en el golfo de Vizcaya supera en 3.500 toneladas la biomasa de precaución, establecida por Europa en 33.000 toneladas.

Oficialmente, en el Cantábrico viven ahora 36.500 toneladas de bocarte, según los resultados de la campaña «Bioman 2010» realizada durante el mes de mayo y basada en el método de producción diaria de huevos.

El área de puesta y las abundancias de huevos de esta especie son un 30 por ciento superiores a las de 2009. El dato asegura la continuidad de la pesca de la anchoa para lo que queda de año y parte de 2011.

Ahora queda pendiente la puesta en marcha del plan de gestión de la anchoa a largo plazo, similar al que existe para la merluza.

Las instituciones de la Unión Europea deberán esperar hasta septiembre para conocer los informes jurídicos que se están realizando para retomar el plan de gestión del bocarte en el golfo de Vizcaya.

El proyecto debe ser consensuado por el Consejo y por la Eurocámara. El problema está en las discrepancias sobre la forma de aplicación del Tratado de Lisboa, que da poder de decisión al Parlamento en pesca, excepto en los llamados «totales admisibles de capturas» (TAC). En el caso del plan de otra especie, el jurel, ha habido un conflicto similar y los informes jurídicos han sido favorables al Parlamento. Los eurodiputados no conocen cómo va a continuar la negociación del plan ni cuál va a ser su papel.