El cebadero de terneros del parque de las Ubiñas y de los Valles del Oso, en Llanuces (Quirós), dará salida este domingo a su primer lote de reses. Durante marzo y abril, está previsto que unos setenta xatos criados en sus instalaciones sean comercializados. En este centro, único de este tipo en Asturias, no sólo se cría y vende ganado, también se preconiza un nuevo modelo de explotación ganadera, sistematizado y respetuoso con su entorno.

El pasado día 10 de enero, el cebadero quirosano comenzó a funcionar tras recibir 187 terneros. Está previsto que, a lo largo del presente año, unas 500 reses sean cebadas en sus instalaciones. Ovidio García, alcalde de Quirós, sostiene que, a pleno rendimiento, Llanuces será capaz de introducir en el mercado «alrededor de 700 ejemplares anualmente».

Meses atrás, el Consistorio quirosano apostó por este servicio como una clave para modernizar la ganadería de la zona. El proyecto, que contó con un presupuesto de unos 900.000 euros, fue subvencionado gracias a los fondos europeos -a través de la anterior Consejería de Medio Rural- y a los fondos mineros de disponibilidad municipal. «Nuestra intención es aumentar el cebo de ternera asturiana, siempre acogidos al Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida», matiza. Su gestión es llevada a cabo por una sociedad limitada integrada por 35 ganaderos; por los ayuntamientos de Quirós, Santo Adriano, Teverga, Proaza y Pola de Lena, y por la Central Lechera Asturiana.

Pero, ¿cómo es el funcionamiento de sus instalaciones? Los terneros se crían en los pastos de montaña hasta que son destetados, con entre cinco y siete meses de edad. A continuación, pasan a ser cebados en Llanuces, donde permanecen hasta que adquieren el peso adecuado para ser comercializados. El proceso, tutelado por los ganaderos, es realizado por personal especializado. En concreto, un ingeniero agrónomo se encarga de su gestión. La alimentación de las reses se lleva a cabo gracias a un sistema de máquinas que será informatizado de cara al futuro. Asimismo, un trabajador complementa todas las tareas.

Ovidio García comenta que «el cebadero permite homogeneizar la oferta, facilita el cebo a los ganaderos, mejora la gestión de los recursos y hace más rentable la producción». Asimismo, añade que permite resolver el problema de la gestión del estiércol, suprimiendo la presencia de depósitos de purines en muchos núcleos. El proyecto ha nacido con la idea de ser replicado en otros municipios y con el propósito de que los terneros se críen cerca de su lugar de nacimiento.