El presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Asturias, Armando Solís, ha sido elegido máximo responsable de la Red Española de Identificación de Animales de Compañía (REIAC), que une y comunica las bases de datos de identificación animal de todas las comunidades autónomas del país y hace posible la localización del propietario del animal.

Solís destacó ayer la importancia de la elección, que supone «un reconocimiento de la valía y profesionalidad de los veterinarios asturianos», y que va a permitir que el Principado «represente y coordine todas las bases de datos nacionales, además de ser la voz de la red española en Europa», según señaló.

Solís será también el representante de España en la European Pet Network, que es la red europea que coordina y comunica todas las bases de datos de la mayoría de los países europeos.

En la actualidad, el REIAC da servicio a ocho millones de usuarios en toda España, en la mayoría de los casos propietarios de perros, los únicos obligados por ley a ser identificados mediante un microchip. En algunas comunidades vincula también a los gatos y de forma voluntaria a otros animales de compañía.

La red lleva en funcionamiento desde 1996, y desde esa fecha no ha dejado de perfeccionarse y mejorar, según asegura Armando Solís, quien añade: «Desde la presidencia que ahora asumo trataré de consolidar el sistema y mantenerlo en el máximo nivel de eficiencia», indicó. La junta directiva recién elegida está formada, además de por Solís, por Ramón García Janer, presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Baleares, como secretario, y por Juan Antonio Vicente Báez, el presidente del Colegio de Veterinarios de Cáceres, como tesorero.

Uno de los objetivos que persigue la implantación de microchips en los perros es evitar el abandono de animales que se ha incrementado por la crisis. El Colegio de Veterinarios de Asturias ha sido desde el principio firme defensor del sistema de control, que también es muy útil en caso de extravío.

España ostenta la cifra más alta de abandono de pequeños animales en la Unión Europea, con unos 200.000 al año. En Asturias el problema se agudiza en los grandes núcleos de población ya que las perreras están saturadas y baja el número de «adopciones».