Oviedo, M. J. IGLESIAS

«Hace falta un cambio en la forma de trabajar, los tratantes necesitamos una reconversión». En esos términos se expresa Pablo González, secretario de la Agrupación de Tratantes de Asturias, que a sus 37 años heredó la profesión de su padre y lleva cinco como profesional.

En su opinión, compartida por muchos de sus colegas, en Asturias hay un exceso de operadores en el mercado de reses. Si eso se une a la competencia desleal de quienes trabajan desde la ilegalidad, y a la crisis general que vive el sector, el panorama que surge no es demasiado halagüeño.

González señala que desde la Agrupación de Tratantes llevan años denunciando el intrusismo. «Pero parece que todo es inútil, cuando sería muy sencillo perseguir el fraude », indica. Añade que la percepción que existe entre los profesionales es que ésta es la época más dura que se recuerda en el sector, atenazado por los bajos precios y por la caída de reses en las ganaderías asturianas. Los cierres masivos de explotaciones también han sido un mazazo para los tratantes, que han tenido que diversificar su actividad en comunidades vecinas como Castilla y León y Galicia. A la hora de trabajar se encuentran de todo, desde el ganadero que consulta a cuatro o cinco operadores antes de vender al que sólo se fía de su tratante habitual.