«Aquí la pregunta estrella que nos hacen los visitantes es cómo nosotros, siendo personas jóvenes, podemos vivir en un pueblo. Nosotros les contestamos que aquí tenemos una calidad de vida inmejorable, las niñas pueden salir en bici y dar una vuelta sin tener miedo al tráfico; nos gusta la tranquilidad y además nuestras hijas, de 13 y 14 años, están creciendo aquí sabiendo dónde están su raíces, sin renunciar a una buena formación. Eso les permitirá, en el futuro, elegir con conocimiento de causa si quieren vivir en un pueblo o prefieren la ciudad». Estas palabras de Jesús Antonio Noriega Caso resumen el espíritu de una pareja que, en 2005, inició en Alles un proyecto de futuro que hoy es toda una realidad: el Aula de la Miel de los Picos de Europa.

Él ya tenía conocimientos de apicultura, pues en su familia siempre hubo colmenas y tras producir ya miel en Cangas del Narcea, donde anteriormente residían, en 2005 y en una finca familiar en Alles, pusieron en marcha el Aula sobre una explotación apícola en funcionamiento. «Es una explotación que cuenta con una parte divulgativa. Esto no es un museo, de hecho aquí se realizan dos visitas a lo largo del día. Tenemos repartidas en diversas zonas un total de 600 colmenas, somos productores de miel, pero también montamos el aula didáctica porque nos dimos cuenta de que a la gente le interesa saber, conocer. Nos gusta recibir a las personas, el trato directo, porque genera un contacto personal importante, de hecho quien compra miel aquí compra a una persona, no a una marca. Nos gusta abrir la casa a la gente, que vengan y nos pongan rostro, éste es un concepto de explotación abierta al público», señala Jesús Antonio.

Por su parte, Carolina Álvarez señala que «puedes vivir en un pueblo perfectamente. Tenemos una buena conexión a internet y estamos siempre al día. Mucha gente nos compra a través de la página web».

En el Aula de la Miel los visitantes pueden ver cómo se elabora este producto, así como también cómo trabajan las abejas observándolas en colmenas de cristal, además de un repaso a la historia y los utensilios tradicionales de los apicultores, sin olvidar una cata de miel con diversos productos de la región.

Jesús Antonio Noriega anima a la gente a volver al campo, pero matiza que hay que hacerlo «con un planteamiento serio, con ideas, que estén preparados para aplicar sus conocimientos a la vida en el pueblo. Es muy importante: formación e ideas para volver al campo». Y una cualidad más muy importante: «Tener decisión y creer en lo que se quiere llevar a cabo sin desfallecer a la primera de cambio».