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La UE descarta hacer obligatorio que se indique el origen de la leche en el etiquetado

Los ganaderos asturianos reclaman una información más exhaustiva de la procedencia de la materia prima para promover el consumo doméstico

Vacas estabuladas en una ganadería. LNE

Por si no fue suficiente con el abrupto fin de las cuotas lecheras el pasado 1 de abril, sin ningún tipo de compensación para los ganaderos, el sector recibió ayer desde Bruselas un nuevo jarro de agua fría con la difusión de un informe realizado por el equipo del comisario de Agricultura, que rechaza la obligatoriedad de indicar el origen de la materia prima en el etiquetado de los productos lácteos, ya que, según las autoridades europeas en la materia, sería costoso y poco demandado por el consumidor.

El documento, que ya ha cosechado abundantes críticas en el sector lechero regional, argumenta que el etiquetado del origen, que en Asturias implicaría poner algo así como "leche de Asturias" o "elaborado con leche asturiana", sería gravoso para la industria, que tendría que cambiar su sistema de trazabilidad cuando use leche de diferentes orígenes.

La Asociación Europea de Industrias Lácteas (EDA) ha dicho claramente que este tipo de etiquetado redundaría en mayores costes, por lo que, en consecuencia, el consumidor pagará más y el ganadero cobrará menos. Además, el informe señala que el comprador no está dispuesto a pagar más por recibir esta información adicional. El documento concluye que se produciría un impacto desigual en los productores, más gravoso para algunos y menos para otros.

En Asturias estas razones, respaldadas por la Asociación de Industrias Europeas, han sido recibidas con desagrado por los ganaderos, que ven en el etiquetado obligatorio una forma de añadir valor a sus productos, más en un mercado liberalizado, en el que Asturias, como el resto de España, se expone a la entrada masiva de lácteos procedentes de los grandes países productores, históricamente excedentarios, como Alemania o Dinamarca.

"No acabamos de entender por qué esta medida resultaría tan costosa. Por el contrario, sí la vemos muy beneficiosa para nuestra ganadería", indica Geli González, secretaria general de ASAJA-Asturias y miembro del Grupo de Alto Nivel Lechero de la Comisión Europea. "Si queremos que la gente demande productos de un país o una región determinada, la identificación resulta fundamental y tiene que aparecer en algún lado que son españoles". De la misma opinión son las organizaciones COAG y UPA-UCA, que a través de sus secretarios generales, Mercedes Cruzado y Joaquín López, respectivamente, abogan por diferenciar los productos regionales, a fin de evitar el cierre de ganaderías.

Ante las quejas de los ganaderos, que se extienden al resto de Europa, y especialmente a países como España, Francia e Italia, el área agraria de la Comisión insiste en la escasa viabilidad de un sistema que aportaría más información en el punto de venta.

El informe sugiere que las opciones de etiquetado voluntario responden de manera suficiente a las demandas y mantienen al mismo tiempo la "necesaria flexibilidad" para los estados miembros y los operadores del sector alimentario.

Con carácter general, los etiquetados en el origen suelen beneficiar a los productores de los países deficitarios, ya que la producción se suele destinar casi en su totalidad al mercado doméstico. Por el contrario, suele perjudicar a los países que son grandes productores.

Desde un primer momento, la intención de la Comisión de estudiar un nuevo etiquetado para la leche no sentó nada bien a algunas organizaciones empresariales, como la Asociación Láctea Europea, firmemente contraria a identificar el origen de la leche o la leche presente como ingrediente en algunos productos, asegura que lo único que va a crear son complicaciones innecesarias para la industria láctea, apuntando además que es necesario que se evite este tipo de legislación.

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