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Me quedo en el pueblo

Un nido de éxito en Villaviciosa

"Me va bien", dice María Friera, licenciada en Bellas Artes y pionera en abrir una granja de huevos ecológicos en Asturias

María Friera Cáceres, con huevos de su granja de Villaviciosa. ANA PAZ PAREDES

María Friera es una mujer con las ideas muy claras. Como tantos jóvenes de su edad, estudió, se licenció en Bellas Artes y buscó trabajo en lo suyo, incluso preparando oposiciones. Después de un tiempo sin suerte, optó por dar un giro a su vida laboral y puso en marcha la que fue la primera granja avícola de producción ecológica de Asturias. "Hice la carrera en Salamanca y, tras obtener el título, intenté vivir de mi formación, pero no salía nada. Al final, y dado que mis padres tenían en San Justo una finca de producción ecológica de manzanas y kiwis, planeé junto a ellos sacar adelante la granja avícola, de la que yo me hice cargo", afirma.

De las 250 gallinas con las que empezó hace tres años ha pasado a contar con 500, lo que da idea del nivel de trabajo y de logros de esta emprendedora. Sus productos llevan por nombre Ecojusto, una marca bajo las que oferta tanto los huevos como las manzanas y los kiwis ecológicos de su finca.

Friera señala que su trabajo no tiene horarios y que hay mucho que hacer en la granja. En estas instalaciones, las gallinas, que andan en libertad por el terreno y que duermen libres en las naves habilitadas para ellas, están directamente atendidas por esta joven, que trata que los animales tengan una calidad de vida acorde a lo que luego producen: unos huevos ecológicos cuya demanda no ha dejado de crecer durante los últimos años.

"Hace poco, construimos una segunda nave. Entre mis tareas están, por ejemplo, contar y pesar los huevos, clasificarlos y envasarlos, porque no todos valen -tienen que tener un peso mínimo-; abastecer de alimento a las gallinas, limpiar las naves o salir a distribuirlos, al menos, dos días por semana", señala Friera. "Repartimos por Gijón, Avilés, Oviedo, Mieres, Nava, Villaviciosa y también a algún grupo de consumo", añade.

La joven se muestra satisfecha con el rendimiento de Ecojusto. "Tienes días buenos y otros no tanto, como todo. Pero, en términos generales, me va bastante bien, el resultado es satisfactorio. Eso sí, hay que luchar mucho y no bajar la guardia", señala. Y destaca las numerosas virtudes de los huevos ecológicos. "Es un producto natural cien por cien, más saludable y con un color y un sabor mucho mejores que la mayoría", subraya esta mujer, que, además, no ha dejado de lado otras actividades que le gustan y que le ayudan a relajarse después del trabajo, como ir al gimnasio, acudir a clases de cerámica y salir, de vez en cuando, con sus amigos.

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