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El secreto de la uva, en un retablo barroco

Las tallas del santuario del Acebo revelan que la variedad palomino fino llegó a Asturias en el siglo XVII y no en el XIX, según la experta del CSIC Carmen Martínez

Naturaleza ligada al arte. Racimos de palomino fino, en las columnas del retablo del santuario de Nuestra Señora del Acebo, en Cangas del Narcea.

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) constata que España, con 1.000 variedades de vid, de ellas cuatro asturianas, de un total de 10.000 originarias de Europa y extendidas por el mundo, es el país con la mayor diversidad vitivinícola del mundo. Las investigaciones del prestigioso organismo científico en relación a la descripción e identificación de variedades de vid existentes y su origen se recogen en la pionera exposición 'La vid, el vino y el CSIC', que, ante el éxito de público alcanzado, se prorrogará hasta el próximo 10 de enero en el Real Jardín Botánico de Madrid. Desde su inauguración, ha sido visitada por más de 20.000 personas.

Asturias aporta a la muestra sus cuatro variedades: albarín blanco, verdejo negro, carrasco o carrasquín y albarín negro. "Se trata de una contribución muy importante, si tenemos en cuenta que nuestra viticultura se circunscribe al suroccidente de la región", señala Carmen Martínez, comisaria de la exposición. España es el país con más denominaciones de origen y el de mayor número de zonas vitícolas diferentes. Las investigaciones llevadas a cabo por el CSIC han contribuido a que España sea, además, el país con la mayor diversidad de variedades de vid del mundo.

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