Flor Tuñón Álvarez es ganadera. Desde el año 2002 está al frente de una ganadería de vacuno ecológico de asturiana de los valles en Morcín, un trabajo del que se hizo cargo al jubilarse su madre, su anterior titular. Desde hace tres años es la presidenta de la Asociación de Mujeres Campesinas de Asturias (AMCA) y consciente, por ello, de las necesidades y expectativas de las más de 900 asociadas que viven y trabajan en el mundo rural asturiano. Hoy se encuentra junto con otras dos asociadas en Tenerife, adonde se han desplazado para celebrar, junto a otras 500 mujeres de toda España, el Día Internacional de la Mujer Rural, señalado en el calendario el día 15 de octubre.
-¿Cuántas asociadas forman parte de AMCA?
-Unas novecientas, pero llegó a haber muchas más. La Asociación de Mujeres Campesinas de Asturias la forman, además de las que se dedican a la agricultura y ganadería, también otras emprendedoras en el medio rural, como las que tienen alojamientos rurales o bien son artesanas de cualquier tipo.
-¿Para qué celebrar un día al año como mujeres rurales?
-Me parece necesario y está bien, pues todavía no somos visibles. El día que lo seamos, no será necesario celebrarlo porque lo habremos logrado.
-En los últimos años hay una gran incorporación de mujeres en el medio rural, ¿cómo se vive desde la asociación?
-Es positivo, no olvidemos que son las mujeres las que asientan las poblaciones en el medio rural. De hecho en la asociación no sólo contamos con mujeres jóvenes, sino otras de mediana edad que se están incorporando al campo. De hecho en agraria a día de hoy hay más mujeres que hombres en Asturias. En una parte importante de casos se trata de las que, al jubilarse el padre o la madre, recogen el testigo como ganaderas, y aún más si tienen fincas, aunque supongo que cada caso será diferente.
-¿Cuáles son las principales demandas de las mujeres rurales asturianas?
-Las mujeres del mundo rural asturiano se apoyan entre sí y el lema de este año del Día Internacional de las Mujeres Rurales, "Juntas somos más fuertes", es cierto. En principio siempre hay una visión individual de lo de cada una, pero cuando nos conocemos ponemos en común proyectos que son muy ilusionantes. Una petición que tenemos es que se dote al campo de buenas comunicaciones por internet, algo indispensable para desarrollarnos y crecer. Es una demanda constante y seguimos careciendo de ella en muchas zonas rurales de Asturias. Habría que tomar medidas también sobre el incremento de los lobos y de los jabalíes, por el perjuicio económico que nos causan.
-¿Cómo vive la mujer rural hoy respecto a hace cien años?
-El campo asturiano está muy envejecido y continúa siendo abandonado. Es cierto que el campo no es tan esclavo hoy como en el caso de nuestras abuelas y que los tiempos han cambiado para mejor, ahora hay maquinaria y muchos avances, sin embargo no hay que olvidar que la mujer, además de ganadera y agricultora, artesana o empresaria de turismo rural, sigue siendo al mismo tiempo madre, esposa y abuela.
-¿Todo el mundo puede ser un emprendedor rural?
-Para dedicarse al campo no sirve cualquiera. Hay que conocer el terreno. Por otro lado está llegando gente joven con nuevas ideas que tienen éxito. Ellos son el futuro porque, sin la gente joven, los pueblos se mueren.
