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Me quedo en el pueblo | Frieras (Llanes)

Todos los oficios del queso

Tito Ruenes dejó hace trece años la construcción para hacer realidad su proyecto de poner en marcha una quesería en su localidad natal

Tito Ruenes Celorio, con las cabras de su quesería en Frieras.

Tito Ruenes Celorio nació en Frieras, un barrio de Posada de Llanes. De niño quería ser veterinario, pero finalmente cuando terminó el Bachillerato se puso a trabajar en la construcción. Allí estuvo unos años, hasta que finalmente hizo realidad lo que siempre le gustó, ser ganadero, como su padre, y trabajar en el campo, y aunque actualmente su labor sea más de gerencia y comercialización, Tito Ruenes ejerció todas las labores propias de su empresa, algo que aún hoy continúa haciendo cuando es necesario. "Siempre quise ser ganadero. Mi padre tiene una ganadería de vacas frisonas Holstein, vacas de concurso, y mi vida siempre ha estado vinculada a este oficio", señala.

Sin embargo, este joven llanisco decidió dedicarse también a la ganadería pero con otro fin: para elaborar queso. Para eso compró inicialmente entre 130 y 150 cabras de raza alpina francesa. Hoy tiene 290 animales. "La tradición quesera viene de nuestros bisabuelos. Sus conocimientos pasaron a nuestros padres y luego a nosotros. Ellos los hacían en el pueblo de San Martín con leche de oveja y de vaca, y subían a venderlos a Posada", recuerda Tito, quien señala que como emprendedor rural tuvo que conocer todos los oficios y actividades que conlleva la quesería, y no sólo la fabricación del queso en todos sus aspectos; también el cuidado y manejo de los animales y cuanto tiene que ver con la distribución y comercialización del producto. "En este último caso, el 80 por ciento tanto de la comercialización como de la venta directa lo hago yo, mientras que el otro 20 por ciento corre a cargo de comercializadoras", matiza. Como homenaje a sus orígenes y al lugar donde pastan sus animales, su queso lleva el nombre de Quesería Bedón, y con ese nombre y en estos años ya se ha hecho merecedor de varios premios, entre ellos el de mejor queso de Asturias 2008 y finalista en el Salón Gourmet de Madrid 2006, quedando entre los mejores quesos de España.

Actualmente una persona se ocupa de los animales mientras que otras tres se dedican a la elaboración del queso, con lo que la apertura de su empresa también creó en la zona puestos de trabajo.

"Soy el propietario de la quesería y la ganadería, llevo un poco de todo, pero fundamentalmente me dedico a la venta tanto en Asturias como fuera. Elaboramos entre 150 y 200 kilos de queso, tanto de cabra como de cabra y mezcla, cinco días a la semana. Además, para que la gente conozca más de cerca este trabajo, los sábados organizamos visitas a la quesería", afirma este joven, quien echando una mirada atrás afirma que no se arrepiente del cambio de vida que experimentó.

"Los comienzos fueron muy duros, todo son pagos constantes: los animales, la comida, los créditos. Mucho trabajo, mucha constancia, mucho reciclaje, pero no me arrepiento en modo alguno. Lo que cuesta realmente es mantenerse, eso es lo difícil. Creo que los quesos asturianos tienen que venderse mejor, hay que promocionarlos más. Por otro lado, ya veis cómo está el campo y el precio de la leche. Como anécdota, decir que una vaca bebe algo más de 20 litros de agua al día y al final va a resultar más cara una botella de agua que una de leche. Pero bueno, yo siempre digo que con buena leche de humor y materia prima siempre se hará un buen queso", zanja Ruenes.

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