Asturias tiene una superficie agraria útil de más de la mitad del territorio regional que suma unas 599.646 hectáreas. De ellas, la superficie declarada por los perceptores de ayudas de la Política Agraria Comunitaria (PAC) que hay en el Principado, suma 301.839 hectáreas. En la región se da un fenómeno curioso que tan sólo se repite en algunas zonas de los Pirineos y los Alpes: el alto porcentaje de suelo público que engrosa el patrimonio declarado ante Bruselas por las explotaciones.

Solamente el 55 por ciento de la superficie global de uso agrario consignada por los ganaderos para la percepción de ayudas europeas forma parte de la explotación, en propiedad, bien arrendada o bajo la fórmula que técnicamente se denomina "en precario", es decir, con cesiones sin contrato por medio ni base jurídica alguna, que generan una gran inestabilidad entre los campesinos.

En las explotaciones de leche, que se llevan casi 30 millones anuales en ayudas de la PAC destinadas a 2.400 perceptores, con un total de 68.160 hectáreas, un 30 por ciento de la tierra pertenece a superficie asignada de terrenos comunales. En el caso de los productores de carne, que se llevan 34 millones anuales en subvenciones de Bruselas, la superficie de bienes comunales es más del 60 por ciento.