El programa informático Millennium fue el gran protagonista del primer tramo de andadura del recinto sanitario de La Cadellada. Su nombre estaba de continuo en boca de profesionales y pacientes. La aplicación, con un coste de 17 millones de euros, llegó al HUCA sin la suficiente adaptación a las necesidades del centro y con el personal escasamente rodado en su uso. Con mucho esfuerzo de los trabajadores y las mejoras introducidas por la empresa suministradora, Cerner, la situación ha ido serenándose. Incluso el Central ha logrado la acreditación de "hospital sin papeles" en un tiempo record. El gerente ha anunciado la implantación de una versión nueva. Hasta Matallanas se confiesa temeroso.
Los servicios de anestesia y radiodiagnóstico del HUCA han sido los más conflictivos en estos doce meses. En el fondo de esta situación, que viene de atrás, subyace la supresión de las horas extraordinarias ("peonadas", en el argot sanitario). La escasez de anestesistas se ha traducido en la suspensión de operaciones. La de especialistas en radiodiagnóstico, en una interminable lista de espera para escáneres, resonancias y otras pruebas diagnósticas. La Consejería de Sanidad llegó a enviar a una clínica privada de fuera de Asturias la lectura de exploraciones ya realizadas pero pendientes de interpretación e informe. Por diversas vías, la dirección del Central ha logrado aplacar la situación de ambas unidades.
