La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

CÉSAR GARCÍA DE CASTRO | Arqueólogo, una de las máximas autoridades en Prerrománico asturiano

"Revocar los edificios del Prerrománico es una prioridad"

"Si los asturianos sintieran como propio este arte habría una protesta social en su favor"

García de Castro, en el Museo Arqueológico, ante una selección de capiteles y celosías prerrománicos. nacho orejas

César García de Castro Valdés (Avilés, 1964) es arqueólogo del Museo Arqueológico de Asturias y una de las máximas autoridades en el estudio del Prerrománico asturiano, del que se cumplen 30 años desde su declaración como Patrimonio de la Humanidad. García de Castro, que desde su señera tesis doctoral ha ido profundizando en el conocimiento del arte del Reino de Asturias, repasa en esta entrevista el estado del patrimonio cultural más destacado y exclusivo que tienen los asturianos.

-¿Desde la declaración como Patrimonio de la Humanidad en qué hemos avanzado?

-Hemos avanzado en reconocimiento social. Se ha creado la conciencia social de que esos bienes están inscritos en la máxima jerarquía patrimonial de la Humanidad. Por otro lado, la declaración ha aportado respeto. Aunque, siempre, todo sea mejorable. El Prerrománico no sufre agresiones urbanísticas, no tiene grafitis en sus paredes, no recibe ni acumula basura. Sigue habiendo comportamientos incívicos, pero muy mayoritariamente son involuntarios, se deben a falta de educación: contacto físico de los escolares con los monumentos, amontonamiento de grupos para sacar fotografías? En estos treinta años, paralelamente a que el número de visitantes aumentó geométricamente, hubo una disminución de los daños y las agresiones. Hoy sería impensable una pedrada como la que sufrió una celosía de San Miguel de Lillo en los años 70. A nadie se le ocurre, ni al más bárbaro de los adolescentes después de un botellón. La Foncalada está en medio de una zona de copas y, sin embargo, no le pasa nada. Podría ser terrible, pero no lo es. Además, en la vida económica regional, estos monumentos son un motor. Para una parte considerable del turismo que viene a Asturias es uno de sus objetivos. Es, evidentemente, una fuente de riqueza para la región. Y eso ha incidido positivamente en el respeto social hacia el Prerrománico en cuanto a no matar la gallina de los huevos de oro.

-Dimos el paso de no agredir, ¿pero el paso de reivindicar el Prerrománico?

-No lo hemos dado. Ni las instituciones ni los ciudadanos. No se siente como propio, ni mucho menos. Si se sintiera como propio habría protesta social en su favor, reclamando inversiones. En la consideración social de todos los bienes patrimoniales se da un retraso con respecto a los bienes naturales. Se ha asumido mucho mejor como propio el cuidado y el respeto al medio ambiente que a los bienes culturales. Nadie protesta por la protección de una turbera, pero nadie pide que se proteja el entorno de un monumento.

-La misma sociedad que protege y valora al oso?

-Con el patrimonio, todo lo contrario. Surge la protesta si se declara un entorno en función de la existencia de una iglesia románica o prerrománica. La actitud es la contraria: "Es que no nos dejan hacer nada", dicen. El patrimonio cultural es comprendido muchas veces en términos de carga y no en términos de renta.

-¿En esencia, por qué el Prerrománico asturiano es importante?

-Prerrománicos en Europa y en España hay muchos. Prerrománico es un concepto cronológico: antecesor del Románico. Es Prerrománico todo lo que va del siglo VI al XI, grosso modo. Pero de esa variedad enorme de prerrománicos, el nuestro tiene dos cosas que lo hacen peculiar. Primero, su enorme coherencia interna y, segundo, su grado excepcional de conservación. En masa construida no tiene parangón entre los prerrománicos europeos.

-¿En qué consiste esa coherencia?

-De Santullano a San Salvador de Priesca pasa un siglo y se mantiene la misma manera de construir y de hacer. Son basílicas ordenadas con un principio rector que se conserva y las informa durante cien años. La excepción es Santa María del Naranco. También hay un tercer aspecto, subjetivo, a tener en cuenta. Y ése es que el Prerrománico asturiano es la herencia material del Reino de Asturias, la formación histórica más importante que ha habido nunca en este territorio. Las tres grandes joyas, los quince edificios, más la Biblia de la Cava dei Tirreni, conforman la herencia que tenemos de ese periodo. Es un arte que los asturianos, en tanto que herederos y habitantes del territorio donde se gestó, deberíamos asumir como propio. Eso nos peculiariza frente a otros territorios que, aun disponiendo de testimonios prerrománicos, no son tan definitorios de su ser histórico.

-Usted ha señalado la paradoja de que el asturiano fue un Reino incapaz de acuñar moneda pero que tuvo grandísimos orfebres y la ya destacada potencia arquitectónica.

-Ésa es una de las características de la Alta Edad Media, agravada aquí por el primitivismo económico. Los reyes sajones, con un territorio más pequeño que el Reino de Asturias, en los siglos IX y X acuñan moneda. Aquí no. Aquí se comercia en régimen de trueque hasta el siglo XI muy avanzado. Pero, en cambio, los reyes asturianos son susceptibles de atraer a mano de obra muy cualificada y hacerla trabajar aquí. Además, en el campo de las ideas, la arquitectura, la escultura y la orfebrería asturianas están imbuidas de la más alta teología del momento. Eso asombra más. Porque los dos aspectos coexisten y conviven, están fundidos, dentro de una formación social enormemente primitiva. Es una combinación extraña de refinamiento y barbarie.

-Antes habló de la excepción de Santa María de Naranco. ¿Dónde radica?

-Tanto en su técnica constructiva, como en su escultura decorativa, como en el proyecto y en la función. Es un edificio singular en todo el arte, no sólo hispánico o asturiano, en el arte universal. No conocemos un monumento del siglo IX semejante a Santa María del Naranco. No lo hay.

-¿Cuál es el salto que se produce?

-No es un salto, es una caída en paracaídas. Se trata de un proyecto que recae aquí desde no sabemos dónde. La inspiración es claramente oriental extrema, de los confines de Bizancio. A lo que más cercano está es a la arquitectura de Georgia, Armenia o Siria. Allí se encuentran edificios y técnicas en los que se pudo inspirar el maestro que creó Santa María. No es, en su mayor parte, occidental. Y es un edificio meramente representativo, no concebido para ser habitado. Es un alarde constructivo y estético, perfectamente inútil en el sentido de la funcionalidad, un ejercicio de exhibición.

-¿Cuál es el uso que podía tener?

-No tiene uso. Se basta a sí mismo. Su fin es ser exhibido.

-Salvando todas las distancias: una Torre Eiffel.

-Yo diría más bien que es como el quiosco cenador de un indiano, el cenador que manda construir un indiano en su finca. Primero levanta su gran casa y luego hace un cenador precioso, muy cuidado, de nobles materiales, pero que no tiene ninguna función. Quizá tenga sentido en el Caribe, pero no en Asturias, donde hay relente por la noche y llueve. Pero lo hace: ¿por qué? Porque se identifica con él. Santa María está pensada para un clima que no es el nuestro, es evidente. Por lo demás, Santa María está extraordinariamente bien construida frente a San Miguel de Lillo, cuya ejecución es técnicamente un desastre. En Santa María todo está muy estudiado. Se hizo un desmonte con un movimiento de tierras de miles de metros cúbicos para preparar la terraza donde se asienta, sobre una plataforma artificial. Eso indica la voluntad de construir el edificio precisamente ahí.

-Hay quien sostiene que el Prerrománico asturiano es, en cierta medida, un arte romano.

-El horizonte de Roma, la Roma tardoantigua, es al que mira toda la Edad Media, por lo menos hasta el siglo XII. La Gran Roma, ése es el ideal. Todo es romano y no lo es. Lo que es cierto es que el Prerrománico no es una anticipación técnica del Románico. No lo es. Es Prerrománico porque se sitúa en el tiempo "antes de", pero no se trata de una anticipación técnica del Románico. Lo que en la Edad Media se percibe como Roma es la Roma del siglo IV y del siglo V, la Roma constantiniana, de las enormes basílicas. La Roma imperial pagana no les atrae. Se mira a esa Roma constantiniana y cada uno de los pequeños estados herederos del Imperio la emula en la medida de lo posible. Pero nunca tenemos que entender la aproximación altomedieval a la Roma constantiniana con nuestros criterios analíticos, propios de una mente moderna y racional. Son aproximaciones movidas por la sugerencia, por la imaginación. Un autor del siglo VIII o del siglo IX puede considerar que su iglesia está hecha "ad formam" de otra iglesia romana por el hecho de copiar las ventanas, por ejemplo. No es una fotocopiadora lo que dirige el concepto medieval de copia. El criterio es otro: el estímulo, el recuerdo, la imaginación.

-Tras tantos años de estudio del Prerrománico asturiano, ¿qué es lo que más le sorprende aún?

-La orfebrería, sin duda. Es lo más sobresaliente. Las dos Cruces y la Caja de las Ágatas son excepcionales. El dominio de la filigrana, de la soldadura, de los engastes? También por el proyecto simbólico. Encierran contenidos teológicos muy serios. Hay muchos contenidos en estas piezas, pero precisan ser descifrados porque no es un arte icónico. La joyería es anicónica con la excepción de la chapa inferior de la Caja de las Ágatas, pero el resto está elaborado con un lenguaje geométrico y de combinaciones abstractas. Pero encierra un mensaje de una profundidad inaudita. Y en la arquitectura, lo que más me sorprende es la calidad en la ejecución y selección de materiales. Los morteros y los revocos son muy buenos. La piedra está bien labrada. No hay trampas, por así decirlo. Es una arquitectura de buena calidad. Otra cosa es que sea una arquitectura tosca en algunos aspectos, sobre todo en los replanteos. Ha aguantado 1.200 años. Pero es una arquitectura bien hecha, cuidada, desde su concepción hasta sus acabados; por cierto, íntegramente pintada por fuera, contrafuertes y esquinales incluidos.

-¿Seríamos capaces de resistir, visualmente, ese retorno al origen ?

-Yo lo estoy pidiendo. Otra cosa es que haya gente que no lo admita. Pero hay que hacerlo.

-¿Revocar y también pintar por fuera?

-No podemos reproducir la pintura original, porque desconocemos en muchos casos el aspecto final. Pero revocar las superficies, podemos con toda certeza. Y consolidar los muchos metros cuadrados de revocos originales que se conservan. Ésa es la prioridad. El revoco defiende el edificio frente a las inclemencias.

-Porque ahora lo que tenemos es un Prerrománico desnudo.

-Sí, claro.

-No sé si socialmente se aceptaría.

-Entramos en una cuestión tanto de educación ciudadana como de adecuada explicación pública. Tenemos un problema de necesidad de conservación y un problema de devolución de autenticidad y la solución a ambos va en la misma dirección. Ya se ha aplicado en Priesca. Está revocada entera y no pasó nada. Lo está pidiendo a gritos Santullano: consolidación de lo que hay, que todavía es mucho, y revoco de los aparejos desnudos. Se ha hecho parcialmente en Valdediós y quedó estéticamente muy bien?.

-Antes habló de la Biblia de la Cava dei Tirreni, que lleva 800 años en Italia. Acaso la pieza más desconocida en Asturias.

-Es la obra libraria más importante jamás hecha en Asturias y de las más importantes hechas en España. Es un códice excepcional desde todos los puntos de vista y en un estado de conservación extraordinariamente bueno. Es magnífica, tanto por el pergamino como por la limpieza de su puesta en página, la caligrafía y la calidad de su ornamentación. Es una pieza clave del Prerrománico, como Santa María de Naranco o la Cruz de la Victoria. No cabe mayor perfección.

-¿Cuáles son las asignaturas pendientes del Prerrománico?

-La gestión de visitantes estivales en Santa María de Naranco. Se alcanza un número excesivo y está poco regulado. Hay días en que no puede absorber la cantidad de visitas. Hay que reordenar. El disfrute tiene que ser compatible con la conservación y viceversa. No soy prohibicionista per se. A lo mejor hay que restringir usos. Favorecer al visitante interesado y disuadir al visitante forzado. En segundo lugar, la cuestión de los revocos externos. Después, la iluminación de Santullano. Tenemos el proyecto, pero hay que ejecutarlo. La iluminación actual es pésima, desde todos los puntos de vista. Y, finalmente, la conservación de pinturas. Los contenedores están saneados pero hay que actuar en los contenidos. Hay plan, hay proyecto. Ahora lo que hace falta es que se ejecute, que se financie. Llevará años y una inversión considerable. Pero es una cuestión de elección: ¿nos interesa o no nos interesa? Cuando interesa políticamente un objetivo se consigue. Los osos se salvaron de la extinción. Hubo una voluntad política de evitarla. Cuando comenzaron los planes de recuperación del oso quedaban unos setenta ejemplares, ahora hay unos doscientos cincuenta. La especie está en estado delicado pero tiene buenas perspectivas. Y se hizo con gestión endógena. No ha habido que traer osos de los Urales o los Balcanes para criar aquí. El oso ha sido capaz de salir del estado crítico él solo, con ayudas, con una política dirigida constante, dotada y con disciplina.

Compartir el artículo

stats