Emblema de la dilatación urbana y de la superposición de colonias de chalets sobre el espacio rural, Somió es el itinerario que va del vacío agrario de la fotografía de 1945, justo aquí abajo, a la invasión de la vivienda unifamiliar y los adosados que se aprecia en la ortofoto de 2011, pero que proliferó sobre todo a partir de los años setenta. Ahora Somió lleva el paisaje urbanizado sin pausa desde el cauce del río Piles hasta el mismo límite del concejo de Gijón con el de Villaviciosa, superponiendo su voracidad urbanística sobre el parcelario rural original, aquél que describía la canción tradicional: "De aquí a Somió too ye mió, /de Somió allá, too ye del mió pa / (...) tengo un güertín, tengo un güertín / que tol añu me da perexil". La contraposición fotográfica deja a la vista también, esquina inferior izquierda, parte de la transformación urbana gijonesa: la parte oriental del ensanche de La Arena, el parque de Isabel la Católica, el Bibio, el área de equipamientos del estadio de El Molinón y el recinto ferial Luis Adaro.
