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Frodo Álvarez, el asturiano que deslumbra a los chinos

El fotógrafo ovetense se ha convertido - en una estrella internacional del "light painting" con sus creaciones hechas - con puntos luminosos, que ahora muestra en actos multitudinarios en China

Frodo Álvarez, el asturiano que deslumbra a los chinos

"Es magia", así define Alfredo Álvarez (Oviedo, 1977) el "light painting", una disciplina fotográfica que consiste en jugar con los movimientos de puntos de luz para lograr creaciones cargadas de fantasía e imaginación. Esas imágenes se basan en la técnica de la larga exposición, en la que la cámara tarda varios minutos en capturar la imagen y mientras va registrando como un continuo luminoso los movimientos de los puntos de luz que manejan los artistas.

Alfredo Álvarez, a quien todos conocen como Frodo, se está labrando una reputación internacional en esta modalidad de fotografía. Prueba de ello es que este fin de semana se encuentra en China, en la región de Longhushan, para participar en una exposición artística junto a otros "light painters" procedentes de Europa y China con el objetivo de promocionar el entorno natural en esta zona del gigante asiático. "Ahora mismo estamos en Longhushan, un parque natural protegido por la Unesco, que es precioso porque está rodeado de montañas y templos. Va a haber mucha gente y en el pueblo hay una pantalla gigante en la que están poniendo todo el tiempo vídeos nuestros. Flipamos cuando lo vimos", comenta Frodo. "Además, la televisión nacional china va a cubrir el evento y lo va a ver mucha gente", explica. Y cuando alguien habla de "mucha gente" en China son palabras mayores.

Para convertirse en un "light painter" es necesario un trípode, una cámara fotográfica con función "bulb" (que permite fotografías de larga exposición) y un disparador remoto. Con esos tres elementos y diferentes fuentes de luz como, por ejemplo, "una linterna, un mechero o el propio teléfono móvil" ya se pueden crear llamativas maravillas, comenta Frodo. A él, lo mismo le da estar en una playa de Asturias que a bordo de un avión, mientras tenga oscuridad y un punto de luz con el que pintar en el aire, puede hacer arte.

El creador asturiano descubrió esta técnica en 2009. Desde ese momento se sintió vinculado al mundo de la fotografía luminosa. Su objetivo pasa por vivir de ello. El primer paso lo dio al formar su grupo, "Children of Darklight", que hoy en día utiliza como su firma artística, y en el que también colaboran los asturianos Edu Cajigal, Nacho Cosío y Ramón Aser, que acompañan a Frodo en esta aventura por China. Además, busca aplicar el "light painting" a diferentes ámbitos, con el objetivo de lograr un beneficio económico, "porque de vender fotografías no se vive", puntualiza. No obstante, no pierde la esperanza y considera que su hueco puede estar en el mundo de la publicidad, donde cree que estas imágenes tienen cabida "por su componente novedoso".

Otra opción para monetizar su talento surge gracias a las invitaciones por parte de diferentes ciudades para hacer "fotos masivas" que generan "gran visibilidad". El propio artista pone a la capital ovetense como ejemplo: "El evento realizado en la pasada Noche Blanca de Oviedo bajo el lema 'Oviedo es luz' tuvo más de 2.000 likes en la red social Facebook y se compartió alrededor de 600 veces, lo que supera a cualquier publicación realizada por el Ayuntamiento".

Frodo quiere demostrar y hacer visible que Oviedo tiene una gran cantera de "light painters". Por ello Álvarez y el resto de artistas asturianos especializados en esta disciplina ya han organizado dos ediciones del Congreso Internacional de Light Painters "Ciudad de Oviedo". "Es una cita muy importante a nivel mundial porque vienen los mejores artistas internacionales", dice el creador ovetense.

Antes de viajar a China, Frodo Álvarez recibió la grata noticia de haber ganado "el mayor concurso de 'light painting' a nivel internacional" como él mismo define al International Light Painting Award 2016. Se trata de un premio concedido en Alemania por su fotografía a la modelo Paula Álvarez Tuñón, que Frodo realizó sobre el puente de Las Caldas (Oviedo). "La imagen ganadora tiene una exposición de unos doce o trece minutos, la modelo está iluminada con linternas y el vestido de luz está creado con herramientas 'light painting', en concreto, con una paleta de metacrilato con forma de cuerno italiano". Frodo añade que además de disfrutar del premio físico (una cámara fotográfica y un objetivo valorado en 2.900 euros) tendrá la oportunidad de darse a conocer en un prestigioso evento. "El ganador del año pasado pudo exponer sus fotografías en el 'Photokina', una convención de fotografía que se celebra en Colonia (Alemania) y que viene a ser en fotografía como el Mobile World Congress de tecnología que se celebra en Barcelona". Su camino artístico, por el momento, está bien iluminado.

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