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NACHO VEGAS | Cantautor

"La música me ayudó a vencer una timidez problemática cuando tenía 14 años"

"Al empezar en 'Eliminator Jr.' descubrí que en lugar de ir a los recreativos podíamos tocar, aprender unos de otros y hacer algo que nos emocionara"

El cantautor Nacho Vegas, en su casa del centro de Gijón. marcos león

-Nací en el Hospital de Begoña de Xixón en diciembre de 1974.

-¿A qué se dedicaban sus padres?

-Mi padre, Simón González, era perito industrial en Ensidesa. Fue del PC, pasó al PSP, que se integró en el PSOE y fue director regional de Trabajo, a las órdenes de Paz Fernández Felgueroso. Le tocaron el naval, el conflicto con las trabajadoras de Ike, salió escaldado a los cuatro años y no quiso saber más. Tiene que ser jodido venir del antifranquismo y reprimir a trabajadores, pero eso fueron los ochenta.

-¿Su madre?

-Cristina Vegas era maestra y lo dejó cuando nací yo. Éramos tres en casa; cuatro, porque mi padre era un guaje también. Era la que estaba con nosotros, reñía y daba besos. Puso una bisutería que no fue bien, volvió a casa, trabajó en el comedor de un colegio, se acaba de jubilar y está feliz. Siempre fue del PSOE. Al principio admiré a mi padre, figura de autoridad, después me di cuenta de que la admirable era mi madre, que sigue sufriendo y pendiente de nosotros.

-¿Cómo era su padre?

-Como yo era el único de los hermanos al que le gustaba el fútbol, me llevaba al Molinón y nos levantamos a las cuatro de la mañana para ver el partido España-EE UU en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Se convirtió en un progre de libro: le gustó el poder, fue clintoniano y felipista. Mi hermano Xabel, muy radical, le llamaba "fascista" cuando discutían de política. Murió a los 48 años, cuando yo tenía 19.

-Cómo era su casa.

-Retratos de Allende y del Che Guevara y explicación de por qué íbamos a un colegio público, que les agradezco. Tenía 6 años, pero recuerdo la agitación del 23-F.

-¿Qué ambiente había?

-Mis padres se casaron jóvenes, se separaron varias veces y acabaron divorciándose. Cuando mi madre trabajaba, nos cuidaba una señora, Lola, casi una abuela, que la había cuidado a ella de niña. Vivía en Jove, cuando era una aldea. Ella articulaba lo que significa una infancia feliz.

-¿Qué fue de Lola?

-En 2008, cuando presenté "El manifiesto desastre" en el teatro Jovellanos mi madre no me quiso decir que había muerto el día anterior hasta después de acabar. Lloré como un bobo.

-¿Había mantenido la relación con ella?

- Venía a mi piso, traía algo de comida, se ponía a ordenarlo todo. Nunca tuvo pareja ni hijos y éramos su familia. Cuando iba a verla, le preguntaba cosas de la familia que no me atrevía a preguntar en casa. Fue una relación muy chula.

-¿Qué tal con sus hermanos?

-Me fijaba en Santi, un año y medio mayor que yo, al que rompí la "Historia del rock" de "El País" en un enfado. Empezó siendo rockabilly y acabó siendo psycobilly. Mi hermano Xabel, tres años y medio más pequeño, era muy espabilado y aprendí mucho de él. Empecé a tocar en grupos a los 16 años y Xabel a los 14 era un batería cojonudo y estaba en "Griesca" y "Liberación".

-¿Qué pasó con la música en casa?

-No sé. Mis padres no tenían más que "La Mandrágora" y en los viajes en coche sonaban "Brincos" y "Beatles". Había un plato roto y, como indirecta, compré varios vinilos y mi padre compró equipo nuevo. Había una guitarra española que no sé qué hacía en casa y fue muy importante para mí hasta que mi hermano pequeño me la rompió en un enfado. A los 11 o 12 años veía en la tele "Plastic" y "Tocata", lo grababa en el vídeo, imitaba las posturas pero, como no sabía afinar, sonaba fatal. Carlos, que toca en la orquesta "Asia", dos cursos mayor en el instituto, me enseñó unos acordes.

-¿Dónde estudió?

-En el colegio de Los Campos y en el instituto Calderón de la Barca.

-¿Qué chaval era usted?

-Muy tímido, de una manera problemática. Me sentía incómodo con la gente, no hablaba. En clase estudiaba bien y me elegían delegado porque no caía mal a nadie. La música me ayudó a vencer la timidez porque tuve el atrevimiento de ir a Radio Crash, de la que me habló mi hermano Santi porque ponían los discos que me gustaban.

-Por ejemplo.

-"Caravan of love", de los "Housemartins". Empecé a escuchar dos programas. "El carro del camaleón", que llevaban Maika y su hermana Marta, y "El rock de la langosta", de David y Tito, que luego formaron "Penelope Trip". Llamé al programa de Maika porque regalaban las letras de "Housemartins" y me invitó a ir al programa. Me presenté en la emisora, calle Honesto Batalón, Cimadevilla, dije que tenía 15 años porque me daba vergüenza confesar mis 14 y entré en el círculo de la gente y la música que me gustaba. Allí conocí a Rafael del Pozo, que estaba formando "Eliminator Jr." y me vendió mi primera guitarra eléctrica por 10.000 pesetas porque él había comprado otra más chula.

-Entró en "Eliminator Jr.".

-Los fines de semana íbamos a ensayar cerca de Vega. Había que coger un autobús, atravesar un prado y llegar a casa del tío del cantante, Javi Carrio, un chaval estupendo que murió unos años después en el Cerro. Estábamos encantados. Descubrí que en lugar de ir al salón de recreativos -pinballs y "Stars invaders"- podías hacer ruido, tocar, aprender unos de otros y hacer juntos algo que nos emocionara. Por la semana, después del instituto, grababa mis primeras canciones, propias y versiones. Tenía ideas bastante vergonzosas, pero la primera canción que hice la grabé en "Cajas de música difíciles de parar", mi segundo disco.

-Movimiento indie.

-Recuerdo una experiencia iniciática: el Festival Serie B de Pradejón, La Rioja. Fuimos nosotros, "Penelope Trip", "El Inquilino Comunista", la gente de "La Buena Vida" antes de formarse. Muchos no nos conocíamos más que por los fanzines. Nos habían preparado una mesa grande, una chica nos mandó sentarnos mezclados y así nos tratamos y fue muy bonito. Ahora, para saludar a otro grupo tienes que pedir acreditación.

-Cantaban en inglés.

-Por el virus de la anglofilia que sufrió el indie, reacción al pop-rock español de los ochenta. Parecía que sonaba mejor. Nunca estuve de acuerdo, pero mis letras en castellano eran malas y no me atrevía a presentarlas al grupo. No digo que fuera un paladín del castellano pero no me sentía cómodo en inglés. "Los Planetas", el grupo independiente más importante de aquella generación, ya cantaba en castellano. Poco a poco todos acabamos cantando en castellano o en asturiano. A diferencia de la escena de los ochenta, no hubo millones ni nos hicimos ricos y famosos y no nos creímos nada.

-Empezó Filología.

-Cometí un error. Elegí Filología Inglesa y, en segundo curso, me cambié porque me di cuenta de que me interesaba la Hispánica y la Lingüística. Me iba matriculando de dos cursos y dejando asignaturas. Las terceras matrículas eran carísimas, vivía solo, empezaron las primeras giras y dejé la Universidad. Me quedan cuatro asignaturas.

-¿Le interesaba la poesía?

-Dos momentos me llevan a la poesía. Cuando Cova de Silva me regaló un libro de poemas de Raymond Carver y cuando, en segundo de carrera, un profesor de Teoría Poética nos pasó un montón de folios con una antología poética que había hecho para los que no nos habíamos acercado a la poesía. Había Pessoa, Kavafis, Pizarnik, Leopoldo María Panero, nombres que luego fueron muy importantes para mí.

-Cuando tenía 18 años murió su padre. ¿Cómo lo vivió?

-Más que triste fue raro. Nunca había vivido una muerte cercana y apareció de golpe. Te haces muchas preguntas y sabes que van a quedar sin respuesta. Me sirvió mucho un libro, "Retrato de un hombre invisible", que cuenta las reflexiones de Paul Auster a la muerte de su padre. Leí bastante sobre relaciones paternofiliales. Cuatro o cinco años después escribí "El ángel Simón" con la perspectiva, la serenidad y la ira que da el paso del tiempo, necesarias para mí, para descargar sentimientos. Aprendí entonces a no escribir en caliente. Las canciones son miradas que tienen que hacerse con distancia. Mis hermanos y yo nos queremos pero no somos muy confidentes, hubo algunos gestos bonitos cuando murió mi padre pero no hablamos de ello. Mis hermanos me agradecieron la canción y me lo hicieron notar. Hay cosas que sólo puedes hablar con alguien que haya pasado por lo mismo, y, si no, lo pones en una canción.

-Se fue pronto de casa.

-Antes de la burbuja inmobiliaria teníamos un pisín en la calle Ave María, en Cimadevilla, por 30.000 pesetas, con una chica, que era mi pareja, y una amiga, Cova. El Conseyu de la Mocedá daba ayudas a los jóvenes y pagaba la mitad. Por 5.000 pesetas podía vivir independiente y como ponía copas en el bar La Plaza, que había puesto Nacho, de "Manta Ray".

-¿Por qué se deshizo "Eliminator Jr."?

-Yo lo dejé para ir a "Manta Ray", otro fue a estudiar fuera. Juan Ablanedo, hoy mi mejor amigo, pasó a "Manta Ray" y lo dejó al empezar a trabajar en Duro Felguera. En una sesión de fotos empezamos siendo cuatro, tuvimos una bronca y acabamos siendo tres. A finales de 1995, "Rockdelux" y "Mondo Sonoro" destacaron el primer elepé de "Manta Ray" como uno de los mejores del año y empezaron a llamarnos para tocar fuera de Asturias e hicimos la primera gira.

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