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Fauna americana de visita en Asturias

Diversas especies de cetáceos, tortugas marinas, peces y aves atraviesan el Atlántico en sus migraciones regulares o arrastradas por temporales

Fauna americana de visita en Asturias

La enorme masa de agua que conforma el océano Atlántico pone una gran distancia entre las Américas, al Oeste, y Eurasia y África, al Este, que dificulta su relación biológica. Por dar una referencia, hay 5.282 kilómetros entre Nueva York y La Coruña. Sin embargo, no son pocas las especies de la fauna americana, aves principalmente, pero también mamíferos y reptiles marinos, y peces, que afrontan esa ardua travesía transatlántica y llegan, regular o accidentalmente, a la costa este del océano. Son los americanos que "hacen Europa", parafraseando la expresión aplicada a los emigrantes españoles que iban al Nuevo Mundo.

Uno de los "navegantes" más conocidos, que sigue esa derrota de forma rutinaria, es la anguila, con origen en el mar de los Sargazos, frente a las costas de Florida. Es una viajera peculiar, pues realiza esta parte inicial de su periplo en estado larvario (leptocéfalo). La mayoría de las que logren desarrollarse y madurar afrontarán el mismo viaje, en sentido inverso, para reproducirse. Por mar llegan también las tortugas boba y laúd, que en Estados Unidos anidan en la península de Florida. La primera, el quelonio marino más frecuente en España, habitual en Asturias sobre todo en verano, parece mantener un movimiento regular entre las colonias de cría del sureste estadounidense y las islas macaronésicas (Azores, Madeira, Cabo Verde y Canarias). La tortuga laúd, en Asturias principalmente invernal, se sirve de la deriva noratlántica para desplazarse de un lado a otro del océano. El cachalote se mueve, igualmente, de costa a costa del Atlántico, como demuestra la captura en Galicia de un ejemplar marcado en Canadá. Los zifios o ballenatos (delfines oceánicos de hocico largo y tamaño medio), de biología mal conocida, son candidatos a engrosar esa lista.

La vía aérea registra un pasaje más variado que, en lo que respecta a Asturias, comprende media docena de anátidas, un zampullín, nueve limícolas, siete gaviotas y, la última incorporación, de hace unas semanas, un vencejo de chimenea. Algunas especies tienen presencia anual, como el correlimos pectoral y la gaviota de Delaware, y también se tiene constancia de individuos repetidores, como una gaviota de Delaware que invernó 13 años consecutivos en Castropol.

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