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FRANCISCO LUZÓN | Exbanquero, enfermo de ELA, impulsor de la Fundación Luzón, centrada en la lucha contra la ELA y el apoyo a los enfermos

El hombre que logra hablar más que nunca después de haberse quedado sin habla

Suele decirse que Francisco Luzón se jubiló del Banco de Santander en el año 2013 con una pensión de 65 millones de euros, de los que pagó a Hacienda un 52 por ciento. Emprendió entonces una etapa en la que daba prioridad a la actividad universitaria y a la consultoría. Tenía 65 años y había conocido de cerca la escasez y la abundancia. Nació en una familia modesta, en la provincia de Cuenca, y cuando tenía cinco años se trasladaron a Cruces (Baracaldo, Vizcaya), donde pasó su infancia con lo justo. En 1966 inició sus estudios de Económicas y Empresariales en la Universidad del País Vasco, con una beca concedida por su excelente expediente. Luego vinieron 30 años en la cresta de la ola bancaria, con un fuerte protagonismo no sólo en España, sino también en América Latina.

Pero le llegó el momento del jubileo. Y a los diez meses del inicio de esa etapa que se preveía más sosegada, en octubre de 2013, le diagnosticaron una esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Se topó de bruces con una enfermedad incurable y que, a priori, promete una calidad de vida nula y un tramo final extremadamente cruel. Fue entonces cuando Luzón echó mano de todo su coraje y acometió un reto de cuyos resultados, por satisfactorios que sean, sabe que sólo podrá beneficiarse personalmente en muy pequeña medida. Su decisión de crear la Fundación Luzón, bajo el lema "unidos contra la ELA", constituye un esfuerzo hercúleo que le obliga a sobreponerse cada mañana a las limitaciones que le impone la enfermedad. Todo ello con el propósito de conseguir para otros beneficios que una persona con su patrimonio podría procurarse para sí mismo sin mayor problema y en rigurosa exclusiva.

Por eso, porque quiere que su mensaje suene alto y claro, ofrece entrevistas periodísticas aunque no puede hablar. Y para responder a las preguntas se vale de un reproductor JBL conectado por "bluetooth" con su móvil. Francisco Luzón ha decidido que la pérdida de la facultad de hablar no va a reducirlo al silencio. Todo lo contrario: ahora se le oye más que nunca.

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