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Diez horas de juego al día para ser profesional

Para Pablo Menéndez, entrenador del equipo de gamers The G-Lab Penguins y uno de los pocos asturianos que se mueven en el mundo de los deportes electrónicos, Asturias está a "años luz" de otras comunidades autónomas, donde, como cuenta, hay quedadas en los bares para ver en directo un torneo de alguno de los e-sports. Como quien queda para ver un partido del fútbol. "Aquí la gente te mira raro si dices que eres 'gamer' porque falta cultura en este ámbito", cuenta.

Otra de las grandes dificultades para los jugadores asturianos es la falta de infraestructuras del Principado para acoger este tipo de encuentros. Sin embargo, y a pesar de todo, la "selección asturiana", reunida por Will Orellana, quedó subcampeona en lo que sería la Copa de España en fútbol de los juegos electrónicos. "Nosotros les damos la oportunidad de entrenarse y mejorar en algo que se les da bien y, si tienen suerte, de poder vivir de ello en un futuro", asegura Will Orellana, que ahora es entrenador y analista del equipo asturiano CuiCui e-sports. El grupo de Will está formado por ocho chicos de entre 14 y 29 años que se reúne al menos una vez por semana para mejorar sus habilidades en un juego muy específico, "Clash of Clans" o, como dicen algunos, el ajedrez del siglo XXI. Este juego logró recaudar durante su primer año de vida 120 millones de dólares, colocándose en el top de ingresos y descargas, desbancando a otros juegos como "Pokémon GO" durante 2016 y superando al también conocido "League of Legends" como e-sport del año, lo que muy pocos se esperaban. Este año, el juego de "Supercell" tendrá su propia Super Liga Orange, algo "increíble" para todos los que se dedican al sector.

Un teléfono, paciencia -mucha-, estrategia, cálculo y conexión a internet son las claves para competir en "Clash of Clans". Con, nada más y nada menos, que 10 horas de juego al día, ya se puede ser un jugador profesional. El equipo reconoce que aún les quedan muchos años para llegar a la altura de los equipos más potentes de la Liga española, pero espera algún día llegar a conseguirlo. Uno de los miembros del equipo, José Naves, de 16 años, sí que estuvo cerca de vivir el "sueño gamer" y fue fichado por Providence, otro de los grandes equipos españoles. Fue cuando ganó en un torneo a uno de los grandes de Movistar Riders. Sin embargo, al mes lo dejó. "Es mucho compromiso y tengo 16 años, ¿cómo voy a firmar yo un contrato?", contaba aún sorprendido este adolescente asturiano con un dominio extraordinario de los videojuegos. Pero, y a pesar de lo que digan algunos, esto no es "cosa de niños". "Yo sé que esto no es un trabajo normal y muchos dicen que es un parche que pinchará. Pero a mí este parche lleva durándome más de un año y va hacia arriba", asegura el entrenador ovetense de The G-Lab Penguins.

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