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Vicente Álvarez Areces, retrato de un político con trazo firme

Como alcalde y presidente, el político que acaba de fallecer lidera el ranking de los personajes que más frecuentaron las tiras cómicas de LA NUEVA ESPAÑA

Vicente Álvarez Areces, retrato de un político con trazo firme

No hay asturiano que más trazos les haya sacado a los dibujantes de LA NUEVA ESPAÑA que el recién fallecido Vicente Álvarez Areces. Su figura oronda ha sido una de las más reproducidas en las tiras cómicas del periódico en estas últimas décadas, desde su llegada a la Alcaldía de Gijón y luego en la Presidencia del Principado. Álvarez Areces resultaba un tipo "fácil de dibujar", que "llenaba las tiras" -tanto por su dimensión como por los asuntos que se traía entre manos- y cuya caricatura llegó a adquirir personalidad propia, independientemente de las andanzas de quien la inspiraba.

Pablo García, con "La tira y aflora", y Mortiner, en "La mirada zítrica", lo dibujaron cientos de veces, tantas que ambos aseguran que es uno de los pocos personajes que son capaces de recrear de memoria, sin tener delante una fotografía como guía. De tanto y tanto repetirlo, su imagen acabó casi convertida en un "logotipo". Pablo García dice que su imagen funcionaba sobre el papel de ese modo, con aquellos rasgos tan inconfundibles, con la boca y las mejillas anchas, y Mortiner coincide con él en que la boca era uno de sus rasgos más característicos y agradecidos al dar forma al personaje, pero añade los ojos y la mirada como otro elemento distintivo.

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Las tiras cómicas de LA NUEVA ESPAÑA de Tini Areces

Los dibujantes de LA NUEVA ESPAÑA imaginaron a Álvarez Areces en las situaciones más rocambolescas. Lo colocaron en situaciones embarazosas, en alguna ocasión literalmente -dando a luz el parto inacabable del HUCA-, y lo vistieron de superhéroe y de monstruo, convertido en un airado King Kong o en Shrek. Hubo una época en la que solían pasearlo por la página 2 del periódico caracterizado como un faraón, por aquello de los grandes proyectos en los que andaba metido. Lo mismo daba para personajes novelescos que para escenarios cotidianos. Mortiner hizo de él un oso glotón, lo convirtió en camionero y en explorador, lo caracterizó como Goliath, auxilio del Capitán Trueno. Pablo García lo vio como un juglar enamorado, como el mismísimo Luis XIV o como Lucky Luke, cabalgando en su caballo hacia un nuevo horizonte.

García y Mortiner acabaron por tratarle con familiaridad sobre el papel. "Era un personaje potente", afirman, que siempre andaba metido en líos y que se crecía ante antagonistas como Gabino de Lorenzo, Sergio Marqués o Francisco Álvarez-Cascos.

Los dibujantes de LA NUEVA ESPAÑA nunca supieron si el presidente seguía sus pasos en el papel. Vicente Álvarez Areces parecía carecer de esa vanidad. Nunca se quejó por el trato que se le daba en las tiras. Tampoco se supo nunca si consiguieron hacerle reír.

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