Ida Sánchez empezó a ir con su novio a El Molinón con 18 años. Eran otros tiempos, sin casi mujeres en el fútbol. Leía tebeos en los partidos porque se aburría. Pero se fue enganchando. Hasta llegar ahora a 62 años de socia del Sporting. El año pasado su marido falleció, pero esa pasión que le inculcó por el rojiblanco -colores que le encanta vestir a menudo- la mantiene y la amplía gracias a su hija y su nieta. Además, Ida tiene una caravana engalanada con recuerdos del Sporting.