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Barrer para casa | Guillermina Caicoya, presidenta de la Asociación de Galerías de Arte Contemporáneo de Asturias

“El arte contemporáneo había entrado en una carrera desbocada y ahora toca volver a lo local”

Guillermina Caicoya. | Julián RUS

Guillermina Caicoya (Oviedo, 1958) asumió la presidencia de la Asociación de Galerías de Arte Contemporáneo de Asturias el pasado mes de octubre, en el transcurso de la Feria de Oviedo. A la galerista el amor por el arte le viene de familia. Empezó trabajando en la galería y tienda de alta decoración Nogal, que abrió en 1969 su padre, Elías Caicoya Masaveu, heredero de los fundadores del histórico bazar Masaveu. Esquiadora en un equipo nacional, Guillermina Caicoya fue dejando atrás el deporte, del que aprendió valiosas lecciones para luchar y mantener la fortaleza en situaciones adversas, para adentrarse en el negocio del arte contemporáneo.

–Conoce el mercado del arte desde la década de los setenta, cuando su padre abrió Nogal.

–Ha evolucionado, ya no es un mercado de arte costumbrista, que la gente compraba para decorar sus casas. Ese tipo de galería ha ido desapareciendo porque han desaparecido esos clientes. Las galerías han ido virando hacia el arte contemporáneo, y entienden que es su deber presentar lo último. Muchas galerías hemos abierto mercado y hemos salido fuera. Yo he estado en Miami y en Berlín, y en esas ferias internacionales validas tu profesión y abres mercado a los artistas. Habíamos entrado en una carrera desbocada de ferias, por todo el mundo, y ahora toca volver a lo local. Está bien que consumamos más aquí, en casa.

–Se tiende a pensar en el arte como algo secundario, accesorio...

–Elitista, sí. En la pandemia todo el mundo escuchaba música, visitaba museos a través de las webs, escuchaba sus audios. El arte no es superfluo. Sin las necesidades básicas cubiertas no hay espacio para pensar en cultura, pero en cuanto se tiene algo de dinero se invierte en arte. La cultura es muy importante para la gente. Y los museos y las galerías son gratis, aunque no puedas comprarlo puedes verlo.

Un museo como el Bellas Artes es una locomotora para el arte, valida a los artistas y dinamiza las galerías

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–Y después de la experiencia del confinamiento, ¿se impondrán las exposiciones y las ventas vía online?

–Yo he participado en una feria online y he actualizado mi página web, pero lo veo complicado. Alguna galería muy potente podría hacer ventas online, pero hay que ver los cuadros. No hay problema por venir a las galerías, somos seguras, no se tocan los objetos y lo único que se usa es la mirada. El formato online puede ser una buena puerta para adentrarse en el arte contemporáneo, puedes mirar las exposiciones más libremente, sin sentirte coaccionado.

–¿Hay buenos coleccionistas de arte en Asturias?

–Los hay, pero depende mucho de la situación económica. Hay coleccionistas que reservan una parte de sus ingresos, compran piezas pequeñas, alguna más grande, van pagando, prorrateando, y suele ser gente de unos 50 años. Sería importante introducir a los jóvenes.

–Entre los galeristas sí que ha habido nuevas incorporaciones.

–Los coleccionistas van envejeciendo a medida que lo hacen los galeristas, que son los que dan savia nueva.

–¿Cuál es el papel de la Administración pública en el entramado del arte?

–Hay un gran desconocimiento del sector. Las galerías son las que generan los ingresos al artista, nosotros trabajamos para el artista, nos dan ayudas y revierten en los artistas, que sin los galeristas poco pueden hacer. Hemos tenido ayuda del Ayuntamiento de Oviedo –el de Gijón ya apoyaba– y por parte de la Consejería de Cultura ha empezado a haber movimiento. Este es un buen momento y yo creo que la Consejería está dispuesta a escuchar.

–¿Qué le pide el sector?

–Que los fondos públicos se amplíen, porque se reparte una cantidad que no da ni para la cuarta parte. Siempre las que más tienen son las que más reciben, porque son las que hacen más proyectos y más grandes, pero hay que apoyar a las que están empezando.

–Acaba de constituirse la mesa sectorial de artes plásticas.

–Es interesante y dice mucho a favor de la Consejería. La Consejería está empezando, conociendo. Quiso sacar adelante el Circuito Asturiano de Artes Plásticas y hubo críticas, pero su prioridad era sacarlo. Hicieron correcciones, metieron a personas nuevas en el jurado... Luego lo entendí. Ahora nos van a consultar las bases. Están volviendo la mirada a lo local, a hacer exposiciones por todo el territorio y llevar la cultura a las zonas más alejadas.

–Comparado con otras comunidades, ¿qué tal parado sale el arte contemporáneo en Asturias?

–Hay bastantes galerías y buenas, y hay muchos artistas. Luego, el interés del público es muy medido, porque el arte contemporáneo exige un esfuerzo, una formación. Ciertas exposiciones necesitan de una formación previa para que la gente las aprecie, tener ciertas claves, haber visto arte, educar el ojo... Cuanto más arte ves, más educas la mirada. Asturias tuvo siempre muy buenos artistas, hay una buena tradición, son artistas comprometidos, que están luchando por ser mejores. Hay un hilo invisible que da continuidad a la comunidad artística asturiana.

Ahora hay más mujeres artistas y galeristas, corremos el riesgo de no dejar espacio a los hombres

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–Entonces, hay que hacer sitio al arte en la educación.

–Es fundamental. El arte, la música, la cultura, te enriquecen como persona y te dan una visión más amplia de la realidad. Sin ellos somos analfabetos culturales, que solo sirven para trabajar. Tal vez sea eso lo que se quiere. Y la filosofía, me parece fundamental. Detrás de la obra de cada artista hay muchísima reflexión.

–¿Qué pensaba cuando el ministro de Cultura restaba urgencia al impacto de la crisis sanitaria en el sector?

–El Ministro hablaba desde la ignorancia, del arte como algo accesorio. Eso es lo que intentan hacernos creer, pero no creo que nadie lo sienta así cuando se conmueve en un concierto o en una exposición, al contrario, se sienten más enriquecidos. La gente viene a las exposiciones y no se queda indiferente.

–El mercado es reducido y habrá competencia entre las galerías.

–La competencia es buena, luego cada galería tiene su estilo. Ahora estamos todos muy alineados.

–¿Qué papel pueden tener, en el panorama artístico, grandes instituciones como la Laboral o el Bellas Artes?

–Hay buenas instituciones en toda Asturias. El Bellas Artes mantiene una buena programación, tiene muy buenos fondos, buenas actividades, la Asociación de Amigos del Museo, que acaba de crearse, y es importante que hayan retornado las adquisiciones de obra. El Bellas Artes de Asturias es, sin duda, un referente en España. Un museo así es una locomotora para el arte, valida a los artistas y dinamiza las galerías, porque las obras de los museos salen de ellas –a mí me acaba de comprar obra de Mónica Dixon–. El Bellas Artes es fundamental y la actividad que genera nos viene muy bien a las galerías y a los artistas.

–¿Hay posibilidades de crecer, pese a esta crisis?

–Este año, con no cerrar... Hasta el año pasado el sector estaba vivo, y eso que mantener una galería abierta no es fácil, hay gastos fijos, vendas o no vendas. No sé si habrá cierres. La gente tiene miedo.

–¿Entiende por qué se obligó a cerrar a las galerías y las salas de exposiciones por la pandemia?

–No. Una galería no es un sitio de aglomeraciones, no se toca nada, todos tenemos los geles hidroalcohólicos disponibles, se guardan las distancias de seguridad, se espera a que la gente salga para que entren otros. No se puede perjudicar a comercios en los que se sabe que no va a haber problemas con la salud. Las galerías somos necesarias para las ciudades, ¡sin nosotras qué pobreza cultural habría!

–¿Deseos para el próximo año?

–Que nos apoyen con adquisiciones, del Museo de Bellas Artes, que ha estado muchos años sin hacerlo; que haya ayudas a la movilidad de los artistas; que continúen los apoyos en todo el territorio, y para salir y llevar el nombre de Asturias fuera. La Administración asturiana estaba mortecina hasta ahora, pero este equipo de gobierno parece que tiene interés.

El arte siempre se revaloriza, pocas veces pierde valor, se tiene y se disfruta

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–Hubo polémica con los criterios que la Consejería estableció para seleccionar los proyectos artísticos del circuito regional, valorando el género, el uso del asturiano...

–Ahora hay más mujeres artistas que hombres, y más mujeres galeristas. No hay techo de cristal ni hormigón, y los precios tampoco dependen de si el artista es hombre o mujer. No es en las artes plásticas donde hay ese problema. Corremos el riesgo de caer en el extremo opuesto y no va a haber nada para los hombres. Yo, en mi galería, tengo más mujeres no por serlo, sino por criterios artísticos. Estuvieron relegadas en otros años, pero luego tuvieron acceso a la formación y la libertad. Mujeres en arte las hubo siempre, aunque no fueran visibles.

–¿Y lo del asturiano?

–A mí me han seleccionado un proyecto de Adolfo Manzano y va a hacer la presentación en asturiano. Debe haber libertad, que no tenga que ser todo asturiano, si no estamos otra vez con los sesgos, intentamos quitarlos y los ponemos en otro sitio.

–¿Confía en lo que está por venir?

–Tengo confianza en que esto mejore y vuelva cierta normalidad. Tuvimos que cambiar la forma de pensar, pero hay que ver el lado positivo: las cosas no van a volver a ser como antes, pero es una nueva oportunidad.

–¿Buena idea regalar arte esta Navidad?

–Claro que sí. Hay exposiciones muy interesantes en Asturias y el arte siempre se revaloriza, pocas veces pierde valor. Lo tienes, lo disfrutas.

–¿Alguna exposición que no haya que perderse?

–Acaban de reabrir el Museo de Bellas Artes y estaría muy bien hacer un recorrido que lo incluya, y al Arqueológico, que es tan interesante, y por las exposiciones que hay en Oviedo, Gijón y Avilés. Hay mucho por ver.

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