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Sorolla mostró Asturias al mundo

El pintor valenciano, que conoció el éxito intercontinental, frecuentó la región a principios del siglo XX para dar esa visión de España que le pidió Archer Milton Huntington, su amigo y mecenas

“Paisaje asturiano” (1904), del Brooklyn Museum de Nueva York.

Joaquín Sorolla Bastida fue uno de los pintores españoles más reconocidos de su tiempo en España y en el extranjero. En 1903, con 40 años, ya era enormemente admirado, y en 1906 había exhibido 450 pinturas en una de las más prestigiosas galerías de arte parisinas, la Georges Petit. Al año siguiente mostraría sus obras en Berlín, Düsseldorf y Colonia, y en 1908 expondría 278 pinturas en la Grafton Galleries de Londres. Ahí conoció el pintor valenciano a su principal mecenas, el hispanista y multimillonario norteamericano Archer Milton Huntington, artífice de uno de los encargos más asombrosos de la historia del arte contemporáneo.

Huntington se encontraba de viaje por Europa recolectando, para su proyecto de la Hispanic Society de Nueva York, objetos artísticos y bibliográficos. Impresionado por el arte de Sorolla, adquirió tres obras del valenciano en la muestra londinense y le emplazó para realizar una nueva exposición en su institución.

“Hoy he decidido algo que creo de gran trascendencia para nuestro porvenir artístico en Nueva York, con ventajas admirables, ni lo de París se puede comparar. Creo que he encontrado a Dios hombre”. Así describió Sorolla a su esposa, Clotilde García del Castillo, su primer encuentro con el hispanófilo en una misiva fechada en 15 de mayo de 1908 (CSF/568) y escrita desde Londres.

Sorolla celebró su primera exposición en Nueva York en febrero de 1909, colgando en la Hispanic Society 356 obras con un éxito rotundo. 160.000 personas visitaron la muestra en apenas un mes, lo que sirvió al valenciano para que itinerase a otras ciudades americanas como Buffalo y Boston. Huntington y Sorolla se despidieron en Nueva York tras los éxitos logrados prometiéndose que volverían a encontrarse para una futura exposición. Fue así en 1911, y también triunfó en las ciudades de Chicago y San Luis.

Joaquín Sorolla

Sorolla y Huntington alcanzaron un gran entendimiento y una excelente amistad, lo que favoreció una nueva colaboración entre ambos y el norteamericano encargó al pintor la decoración de la biblioteca de la Hispanic Society de Nueva York.

El 20 de mayo de 1911, el valenciano escribió a su amigo Pedro Gil Moreno de Mora que estaba cerca de concluir la firma del contrato para tan magna tarea por la asombrosa cantidad de 150.000 dólares. La idea era mostrar, en una serie de paneles, una “Visión de España” y de sus diversas regiones, para lo que el pintor valenciano tuvo que documentarse con un buen número de fotografías, indumentaria y joyería popular, que en muchas ocasiones adquirió y que se conservan en el Museo Sorolla de Madrid.

En los estudios iniciales iban a incluirse Portugal (con una representación de Lisboa), Andorra, Asturias, Murcia, Santander, Mérida, Canarias y Mallorca, algo que finalmente se desechó. En algunos planos del alzado del muro norte de la biblioteca, realizados por el arquitecto Charles Pratt Huntington –graduado en Harvard y primo de Archer–, que sería designado por este para la realización del proyecto, se dedica a Asturias una zona de la parte izquierda en el muro norte. En las ilustraciones se ve su composición simple: lienzos esquemáticos con Asturias entre Galicia y las Vascongadas, seguidos de Aragón y Cataluña, y una segunda idea con una composición de tres lienzos entre filacterias corridas donde se alude a los temas más característicos de las regiones de Asturias y Galicia, esto es, la gaita, la pesca y el maíz. Estas ideas iniciales no se plasmaron en el resultado final, que cristalizaría en 14 paneles pintados entre 1912 y 1919, de más de 3,5 metros de altura y casi 60 metros de longitud total.

Sorolla no pudo ver su obra en los muros de la biblioteca neoyorquina porque falleció en 1923 como consecuencia de una hemiplejia que le había incapacitado para la pintura tres años antes. Sus constantes viajes por las regiones de España para captar la idiosincrasia y particularidad del alma española mermaron enormemente su salud hasta provocar el fatal desenlace.

La magna obra del valenciano acabaría siendo expuesta en los muros de la mencionada biblioteca en enero de 1926, tras un largo periplo que la familia Sorolla hubo de resolver para lograr ver cumplido el sueño del pintor.

La luz de las tres primaveras

La luz de las tres primaveras

  • Joaquín Sorolla llegó a Asturias desde León en la primavera de 1902 para asentarse en la zona de Muros de Nalón (experiencia que repitió durante las dos siguientes primaveras). Allí realizó algunos óleos sobre tabla y sobre cartón de largas pinceladas empastadas y rotundas, donde abundan los temas paisajísticos, marítimos y pesqueros, destacando el excepcional modo de captación de las tonalidades lumínicas del paisaje asturiano. Algunas de estas obras fueron presentadas en las exposiciones de Nueva York, Buffalo y Boston de 1909 y en las de Chicago y San Luis de 1911.
  • El Brooklyn Museum de Nueva York posee entre su colección un óleo sobre lienzo titulado “Asturian Landscape” (“Paisaje asturiano”) y fechado en 1904, con unas dimensiones de 61,9 x 94,6 cm, adquirido en 1914.
  • La Hispanic Society de Nueva York abrió sus puertas en 1904 y fue el sueño del magnate estadounidense Sir Archer Milton Huntington, que pretendió crear una biblioteca y un museo para el estudio del arte y la cultura española y portuguesa. Actualmente es un prestigioso centro de investigación y de exhibición de colecciones donde puede contemplarse el magnífico legado de este gran coleccionista e hispanófilo. 

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