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Salud

Niños celiacos: cómo llevar la dieta más correcta

Solo el 14% de los pequeños asturianos que evitaban los productos con gluten recibían una alimentación correcta y el alto coste de este tipo de comida complica seguir el único tratamiento contra la celiaquía

La doctora Marta Suárez. | L. P.

María Fernández Miaja, pediatra del Hospital Universitario Central de Asturias, presentó hace unos meses su tesis doctoral “Estudio de la adherencia a la dieta sin gluten en pacientes celiacos”. El objetivo era “analizar la adherencia a la dieta sin gluten de los niños celiacos y evaluar los factores que pudieran influir en la misma”. Su compañero de servicio, Juanjo Díaz Martín, pediatra gastroenterólogo apunta la relevancia de la tesis: “El único tratamiento eficaz a día de hoy para la enfermedad celiaca es una dieta sin gluten estricta y de por vida”.

Y es que aún “haciendo esa dieta sin gluten de forma correcta, las personas con celiaquía tienen más riesgo de desarrollar otras enfermedades autoinmunes, bien sean del hígado, de la tiroides, etcétera. Estas patologías pueden aparecer en celiacos que hacen correctamente la dieta incluso, y sabemos que un celiaco que hace transgresiones de forma relativamente frecuente tiene un riesgo muy importante de desarrollar complicaciones a largo plazo”, afirma Díaz Martín.

“El único tratamiento eficaz a día de hoy para la enfermedad celiaca es una dieta sin gluten estricta y de por vida”.

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De ahí la relevancia de una tesis para la que Fernández Miaja contó con 80 pacientes en un estudio observacional descriptivo: “Realizamos una determinación de péptidos inmunogénicos del gluten (GIP) en heces y realizamos también el cuestionario Celiac Dietary Adherence Test”. Comprobaron así que la adherencia a la dieta sin gluten de los participantes, “es bastante buena. De hecho un 92,5% de los pacientes resultaron adherentes mediante GIP y un 86,3% mediante el test dietético”, afirma la autora de la tesis.

Además de comprobar la adherencia, la tesis indaga también en otros factores relacionados con la dieta sin gluten. “Para el 21,1% de los padres de los pacientes que participaron en el estudio, la dieta sin gluten resulta complicada, al igual que para el 25,7% de los niños”, explica Fernández Miaja. Para el 71,4% de los padres y para el 11,8% de los niños es complicada por razones económicas (los productos específicos sin gluten son más caros que sus versiones con gluten). Otras razones que influyen en la calificación de la dieta sin gluten como complicad, son “que no les gustan los alimentos sin gluten, que quieren alimentos prohibidos y hasta en un 23,5% de los casos los niños apuntan que no saben lo que pueden comer”.

El 80% de los padres indican que las fiestas de cumpleaños son el principal lugar de incumplimiento de la dieta.

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Y es que la información es fundamental, no solo para el paciente celiaco, sino también para todo su entorno. En este aspecto, la tesis de Fernández Miaja también ofrece interesantes resultados: “El 80% de los padres indican que las fiestas de cumpleaños son el principal lugar de incumplimiento de la dieta. Los niños también lo señalan así en un 75% de los casos. Otros lugares de difícil cumplimiento, pero en menor medida, son el colegio, la casa de los abuelos y las casas de familiares”.

La dieta sin gluten no solo implica consumir alimentos sin gluten, sino también evitar el riesgo de contaminaciones cruzadas y esto complica la adherencia a la dieta en determinadas situaciones. “Es una pena que una persona diagnosticada correctamente de una enfermedad que tiene un tratamiento nutricional pueda desarrollar problemas de salud por capricho, por inconsciencia o por falta de información, cuando haciendo correctamente ese tratamiento son personas sanas”, afirma el doctor Díaz Martín. Y hace hincapié el experto en la necesidad de que no solo sean adherentes a la dieta sin gluten, sino que también “tengan una alimentación sana, variada y equilibrada y ahí el papel de los dietistas-nutricionistas es muy importante”, asegura.

¿Es saludable la dieta sin gluten de los niños celiacos asturianos?

La doctora Marta Suárez González, también del servicio de Pediatría, presentó hace unos meses su tesis doctoral “Influencia de la educación nutricional en la enfermedad celiaca del niño: impacto del papel del dietista-nutricionista”.

Ser celiaco, apunta Suárez, “no es ir al stand de productos sin gluten del súper a comprar ultraprocesados. Una dieta sin gluten debería consistir en alimentos saludables que naturalmente no lo contengan, como los de origen vegetal, es decir, frutas y verduras frescas, legumbres, semillas y frutos secos naturales, grasas saludables, como el aceite de oliva y el aguacate, tubérculos como la patata y los cereales sin gluten como el arroz y el maíz. Además, también puede incluir alimentos de origen animal como pescado, carnes magras, huevos y lácteos, pero todos ellos sin procesar. Es fundamental que los profesionales nos impliquemos con los pacientes para inculcarles unos hábitos de vida saludables”.

“Es una pena que una persona diagnosticada correctamente de una enfermedad que tiene un tratamiento nutricional pueda desarrollar problemas de salud por capricho, por inconsciencia o por falta de información

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El objetivo de la tesis de la doctora Suárez fue “analizar el efecto de una educación dietético-nutricional establecida por una dietista-nutricionista en los niños celiacos, sobre sus hábitos alimentarios y calidad nutricional de su dieta, así como sobre su estado nutricional”

En la primera consulta, donde se realizó una valoración nutricional completa, comprobaron que la dieta sin gluten que realizaban los niños celiacos asturianos que participaron en el estudio antes de la educación alimentaria era desequilibrada. Únicamente el 14% realizaba una dieta adecuada según la encuesta de adherencia a la Dieta Mediterránea. “Detectamos un exceso de proteínas de origen animal, donde todos se excedían de los valores dietéticos recomendados para el consumo de proteínas, así como de grasas de mala calidad y azúcares simples a expensas de productos ultraprocesados. Por contra, el 54% de los niños no alcanzaba las recomendaciones mínimas de hidratos de carbono complejo y el 69% no cubría la ingesta adecuada de fibra”. Todo ello derivado de un consumo muy pobre de fruta, verdura, frutos secos y cereales integrales. Comprobamos, señaló la experta, que “hay un consumo excesivo de ultraprocesados. Estos productos están proporcionando el 46% de la energía total consumida en los niños celiacos, y eso es una barbaridad”.

Comprobamos, señaló la experta, que “hay un consumo excesivo de ultraprocesados. Estos productos están proporcionando el 46% de la energía total consumida en los niños celiacos, y eso es una barbaridad”.

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A través de esas consultas de nutrición que realizó la dietista-nutricionista del HUCA, detectaron “que los desayunos de estos niños se basaban en cacao soluble azucarado y galletas u otro tipo de bollería industrial”. También observaron un consumo abusivo de carnes procesadas, llegando incluso a merendar únicamente fiambre o embutido, rechazando el pan sin gluten, y eso hay que cambiarlo”.

Cuando les explicas, apunta la doctora Suárez, “que comienzan consumiendo azúcar desde el desayuno, que es el azúcar libre que ha sido añadido a los alimentos durante su procesamiento, los niños se sorprenden, aprenden y cambian eso, pero es necesario que lo expliquemos, no solo a los niños, a la familia al completo”, afirma.

Los dietistas-nutricionistas son profesionales sanitarios regulados según la Ley 44/2003 de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, que sin embargo no están dentro del sistema público de salud en España y “somos fundamentales para realizar una adecuada atención nutricional a la población, algo que debería ser un derecho”, afirma la doctora Suárez

Si no actuamos, la tasa de obesidad infantil seguirá en aumento y terminará siendo adultos con obesidad

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Esta especialista afirma que no solo está aumentando el sobrepeso y la obesidad infantil, “cada vez tenemos más casos en población pediátrica de diabetes tipo 2, de hipertensión, incluso de hígado graso. Si no actuamos, la tasa de obesidad infantil seguirá en aumento y terminará siendo adultos con obesidad y como es ampliamente conocido, con las patologías asociadas a la misma, como la diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, que además de ser un gasto excesivo para sanidad pública, son una de las principales causas de muerte en los países económicamente desarrollados. Vivimos una situación realmente preocupante y todo esto se podría cambiar con más educación nutricional, alimentándonos mejor y haciendo más ejercicio”.

Los datos que ha obtenido la doctora Suárez con su tesis calificada “cum laude”, son extrapolables a la población infantil que no tiene enfermedad celiaca, lo que nos lleva a pensar que hay que cambiar esto cuanto antes”, afirma.

Tras la intervención nutricional con educación en alimentación saludable, que realizó la doctora Suárez con los pequeños, “se consiguió que los niños celiacos optimizaran sus hábitos alimentarios aumentando el consumo de alimentos de origen vegetal, en el que se incluyen frutas, verduras, legumbres, frutos secos, cereales sin gluten integrales y tubérculos y que prácticamente eliminaran los ultraprocesados de su dieta”. La promoción de hábitos saludables también consiguió que redujeran considerablemente el consumo de carne roja y lácteos azucarados, incrementando el de pescado azul y yogur natural.

Es clave que las personas con celiaquía, recuerda, comprendan que su alimentación “debe de estar basada en alimentos frescos que de manera natural no contienen gluten”.

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Y aunque hay que hacer más aún, señala, “las consecuencias de esos cambios ya se han notado, es decir, se consiguió una reducción de la adiposidad y un aumento de la masa muscular y por tanto una mejora de la composición corporal después de un año de la intervención nutricional y eso solo con los cambios en la alimentación y a través del ejercicio”, apunta.

Es clave que las personas con celiaquía, recuerda, comprendan que su alimentación “debe de estar basada en alimentos frescos que de manera natural no contienen gluten”. Así, hay que recurrir más a frutas, verduras, legumbres, semillas, frutos secos y también a las opciones integrales de los cereales sin gluten. “Hemos detectado también que consumen muy poca fibra. Consumir más fruta entera y verduras ayuda a aumentar el consumo de fibra”, indica Suárez.

La enfermedad celiaca se define según el actual Protocolo de Diagnóstico Precoz de la Celiaquía (publicado por el Ministerio de Sanidad en mayo de 2018) como un trastorno sistémico, de base autoinmune, provocado por la ingesta de gluten, que se da en individuos predispuestos genéticamente. Una dieta sin gluten estricta es su único tratamiento a día de hoy y esta debe ser “variada, equilibrada y no tan diferente de la dieta del resto de la población, porque debemos reducir de manera muy importante el consumo de ultraprocesados”, concluye la dietista-nutricionista, doctora Suárez González.

Lorena Pérez es periodista y responsable de Celicidad.net, una página web especializada en celiaquía.

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