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La perla más famosa del mundo está en Asturias

Un recorrido por los cuadros del Museo de Bellas Artes recalando en las joyas históricas y el lujo que visten los grandes personajes retratados en la colección

Del collar de Liz Taylor a la garra demoníaca, conocemos la historia oculta de las joyas y vestimentas de los cuadros de la colección de Plácido Arango

Del collar de Liz Taylor a la garra demoníaca, conocemos la historia oculta de las joyas y vestimentas de los cuadros de la colección de Plácido Arango Elena Vélez

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Del collar de Liz Taylor a la garra demoníaca, conocemos la historia oculta de las joyas y vestimentas de los cuadros de la colección de Plácido Arango David Orihuela

La donación que el empresario astur-mexicano Plácido Arango hizo al Museo de Bellas de Asturias está compuesta por 33 joyas de la historia del arte español. Además, en una suerte de juego de matrioskas artísticas, muchas de esas obras incluyen otras joyas pintadas. Perlas, diamantes, coronas, anillos o vestidos que son también parte de la historia y que, a su vez, cada uno de ellos, tiene hasta leyenda propia.

La Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes de Asturias organizó esta semana una visita guiada a la exposición de la donación de Arango para verla desde otro prisma, para fijarse más aún en los detalles. Se trataba de analizar la joyería y la vestimenta que aparecen en algunas obras como vehículo de la imagen del poder. Sofía Reglero, miembro de la asociación y experta en joyería y moda de lujo, explicó a un reducido grupo de visitantes los detalles más destacados de tres de los cuadros, “San Pedro entronizado entre dos cardenales” y los retratos de Margarita de Austria y la princesa Isabel de Borbón. La experta sumó uno más, “El nacimiento de la Virgen”, la pieza más antigua de la colección, en otro recorrido con LA NUEVA ESPAÑA.

"Retrato de Margarita de Austria". Pintado por Juan Pantoja de la Cruz en 1607

Una joya destaca sobre todas las demás, es la famosísima perla conocida como “La Peregrina”, que aparece en los retratos de Margarita de Austria e Isabel de Borbón. En los dos cuadros aparece junto a otra de las piezas que pertenecieron al conocido “joyero real”, es “El Estanque”, un diamante de 100 quilates que está desaparecido. Hay intrigas, actores, divas, robos y subastas.

"Nacimiento de la Virgen". Obra del círculo de Diego de la Cruz. Fechada alrededor de 1485

Las joyas son símbolo de poder y los poderosos posaban con ellas ante los retratistas de la Corte. Pero no solo son piedras o metales. Cada paño, cada capa de un vestido o cada corte de una manga, denota el poder y la superioridad. Las reinas retratadas eran una suerte de “incluencers” de los Siglos de Oro. Marcaban tendencia y quien podía lo copiaba. No siempre era posible. El comercio de tejidos, los colorantes, los hilos y los metales eran tan difíciles de conseguir que solo la nobleza podía acceder. Y eso reflejan las obras, el poder.

"La princesa Isabel de Borbón, futura Reina de España". Atribuido a Bartolomé González. Fechado en 1615-1616

Las joyas, al detalle

“El Estanque”, un diamante de 100 kilates desaparecido

Un diamante azulado de 100 kilates que comprado por Felipe II en Amberes por 80.000 escudos (8 millones de euros en la actualidad). La piedra estuvo en Francia, América, Inglaterra, Estados Unidos e Italia y en la actualidad está desaparecida.

“La Peregrina”, la perla más famosa

Es “una casualidad de la naturaleza”, una perla en forma de lágrima econtrada por un esclavo en Panamá en 1515. En la actualidad pertenece a una colección privada. Se vendió en una subasta en 2001 por 9 millones de euros.

El regalo de Richard Burton a Liz Taylor

En 1969 Richard Burton compra “La peregrina” por 37.000 dólares (hoy 240.000 euros) para regalársela a su esposa. Elisbeth Taylor.Burton se hizo con la perla en una subasta pública en la que Alfonso de Borbón, duque de Cádiz, pujó hasta los 20.000 dólares.

La garra del Maligno

En “El nacimiento de la Virge”, una de las doncellas que asisten a Santa Ana atrapa entre dos platos la garra del La garra del maligno. Simboliza el triunfo del bien sobre el mal. Destaca el enorme tamaño de la mano de la mujer.

El maravilloso brocado en oro

Santa Ana acaba de dar a luz a la Virgen. Está tapada con una colcha e con un brocado en oro muy rico para la época. Está en contexto con la riqueza que se simboliza en todo el cuadro.

La dama de los paños calientes

La dama del vestido verde español con mangas acuchilladas calienta paños para cubrir a la Virgen. Los paños son de color blanco plomo, un pigmento que ya describió Plinio el Viejo. Los pintores de esta época son alquimistas que fabrican sus pigmentos.

La gorguera

La gorguera o puntas de randa, como las que cose la hija de Sancho en “El Quijote”, son encajes delicadísimos tejidos a mano.Permite tapar el escote de las damas y resaltar su rostro. El mismo encaje aparece en las mangas del vestido.

Manga redonda

La manga redonda es una capa que envuelve el brazo y la manguilla. En la época se consideraba que el antebrazo tenía un marcado carácter erótico y los vestidos llevaban dos managas para taparlo.

Corona triregnum

Es la tiara papal que simboliza los tres papeles del pontífice: Padre de reyes, gobernador del mundo y vicario de Cristo. La corona es de oro como gran parte del cadro, lo que ayudaba a captar la poca luz que entraba en la iglesia donde estaría colgado.

Rojo cardenalicio

Con el descubrimiento de América se descubren en México las chinchillas, insectos de los que se obtiene el colorante rojo. Felipe II monopolizó su comercio y disponer de telas de este color es un importante símbolo de poder.

Anillos y joya pectoral

El Papa dispone de al menos tres anillos. El del Papa Francisco se hizo en Barcelona. La joya pectoral que luce San Pedro en esta obra fue fundida por Napoleón para pagar un rescate.

Sofía Reglero, la gran experta en lujo

Sofía Reglero, la experta que ha servido de guía en este reportaje, es avilesina de nacimiento y en la actualidad reside en Oviedo. Estudió Económicas y se trasladó a París para realizar un máster MBA en productos de lujo. Se especializó en joyería y moda y durante años vendió piezas que podían alcanzar el precio de varios millones de euros. “No soy experta en arte, pero he trabajado con joyas muy importantes y todas tienen su historia”, explica.

Sofía Reglero, en el Bellas Artes. Irma Collín

De ahí su profundo conocimiento de los adornos que aparecen en los cuadros. Son joyas reales. Lo mismo le ocurre con los tejidos. Reglero es una apasionada de la moda, lo que le ha llevado a investigar y estudiar sobre la historia de las telas y los pigmentos. Su formación como economista le da también la necesaria visión geopolítica para situar las piezas en el contexto histórico y seguir su trayectoria a través de los siglos. Las joyas eran poder y el poder es dinero.

Con la pandemia, Reglero ha regresado a su Asturias natal, donde espera poder seguir desarrollando su trabajo. “A veces no nos damos cuenta de lo que tenemos cerca”, dice para destacar la calidad de vida que tiene ahora en Oviedo frente a las grandes ciudades como París.

La aspiración es poder llegar a unir su actividad profesional con su amor por la tierra en la que nació.

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