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Barrer para casa
JULIA GARCÍA PRADO Bioquímica e inmunóloga en el Instituto de Investigación del Sida de Cataluña

“Las vacunas son superseguras y gracias a ellas se ve luz al final del túnel”

Julia García Prado

La avilesina Julia García Prado es licenciada en Bioquímica y doctora en Inmunología por la Universidad Autónoma de Barcelona (2005). Desde 2010 trabaja para el Sistema Nacional de Salud, con un contrato de la convocatoria “Miguel Servet”, y en 2013 se puso al frente de un grupo de investigación en IrsiCaixa, el Instituto de Investigación del Sida de Cataluña. Allí su equipo se ocupaba hasta ahora del VIH-1 como un modelo de infección viral persistente. Con la irrupción del SARS-CoV-2, ha redirigido parte de su investigación al covid-19, y su grupo ha acabado demostrando que se puede superar el coronavirus de forma leve gracias al mecanismo de defensa de las células-T. Eso significa que en algunos casos la inmunidad celular protege a los contagiados sin que su organismo genere anticuerpos. La científica asturiana también está involucrada en tareas docentes y divulgativas. Supervisa a estudiantes de grado y máster de varias universidades, es revisora de revistas científicas internacionales y evaluadora de proyectos para varias agencias de investigación, entre las que están el Consejo de Investigación Médica de Sudáfrica y el Instituto de Salud Carlos III.

–¿En qué consiste el estudio que han desarrollado en el IrsiCaixa sobre el covid-19 y a qué punto han llegado?

–Llevamos este último año con este proyecto en marcha y ya hemos subido el artículo en “preprint”…

–¿“Preprint”?

–Sí, es un avance del artículo que publicaremos, un previo que aún tiene que ser revisado para su publicación en una revista científica. No lo solemos hacer nunca, pero con el covid-19 estamos priorizando el acceso a la información, compartiéndola con rapidez para acelerar el conocimiento mundial. El artículo en “preprint” se pone a disposición de la comunidad científica y de toda la sociedad, en abierto y sin esperar a su publicación, que es un proceso más largo.

–Bien, pues volvamos a sus investigaciones.

–En el Instituto de Investigación contra el Sida llevamos trabajando contra el covid-19 durante todo este último año, en el estudio de la inmunidad. Existen dos niveles inmunitarios, el humoral y el celular. El primero es el mecanismo que genera anticuerpos, en ese ámbito se está actuando con los test de detección de anticuerpos, que es un método rápido y barato. En paralelo, hay otra inmunidad, la celular, en cuyo estudio nosotros nos hemos enfocado. Hay investigadores de todo el mundo trabajando en distintos campos contra el covid-19 y nosotros, en el último año, hemos trasladado todos nuestros conocimientos sobre el VIH al covid.

Nuestro trabajo abarca desde la identificación del paciente hasta la parte más científica, y consiste en describir la inmunidad celular de cada uno de esos enfermos que estudiamos y cómo es respecto a la severidad del covid-19 en cada uno de ellos

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–Y están trabajando en colaboración con los centros de salud de atención primaria.

–Sí, con Primaria, con hospitales y con algunos grupos de nuestro entorno. Nuestro trabajo abarca desde la identificación del paciente hasta la parte más científica, y consiste en describir la inmunidad celular de cada uno de esos enfermos y cómo es respecto a la severidad del covid-19 en cada uno de ellos. Lo que queremos es averiguar por qué unos se ponen muy enfermos y otros responden mejor. Hemos caracterizado la respuesta celular de los enfermos que no generan anticuerpos y que no se ponen enfermos graves.

–¿Los asintomáticos?

–No, las personas que no generan anticuerpos contra el covid-19 no son todas asintomáticas, suelen tener síntomas leves o moderados. Estos pacientes no tienen anticuerpos, pero producen una respuesta celular frente al covid-19. Son un 10 por ciento de las personas que se infectan. Un artículo publicado es la herramienta que ahora necesitamos para dar un paso más y poder hacer esos test de inmunidad celular. Los primeros, los de antígenos, son más rápidos y más baratos; los de las células-T son más complejos y necesitan más sangre. Lo ideal sería tener un test combinado, que cubriera todo el espectro.

¿Qué tienen de especial esas personas con inmunidad celular?

–La calidad de la respuesta inmune es diferente, son capaces de producir más cosas: citoquinas, mediadores, reconocen además de la espícula otras regiones del virus... La respuesta al virus es de más calidad, por así decir, y son reactivos a diferentes elementos del virus. Eso es algo que pensamos que puede venir de haber superado otras infecciones anteriores.

Hay personas cuya respuesta al virus es de más calidad, por así decir, y son reactivos a diferentes elementos del virus. Eso es algo que pensamos que puede venir de haber superado otras infecciones anteriores

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–¿Son personas que han ejercitado más su sistema inmunológico, quiere decir?

–Sí, lo han entrenado más. Nuestro sistema inmunológico se entrena exponiéndolo a lo que tenemos alrededor, a la tierra, a la suciedad –estoy pensando en los niños–... De manera normal estamos expuestos a gérmenes de continuo.

–¿Entonces no nos acabarán debilitando tanta mascarilla y tanta higiene para evitar el covid?

–No. Poco a poco aprenderemos a usar las mascarillas, y no tendremos porque llevarlas puestas continuamente. Hasta ahora el mensaje más seguro era que había que ponerse la mascarilla al salir de casa y debíamos interiorizarlo.

–¿Pero por qué tienen tanto interés en la inmunidad celular?

–La inmunidad celular es la responsable de la respuesta inmunológica a largo plazo. Las vacunas que tenemos ahora generan anticuerpos y respuestas a nivel celular. Para monitorizar clínicamente a la gente que se infecta no bastan los anticuerpos, también hay que atender a la respuesta celular. Hablando de vacunas, las de nueva generación van a tener más en cuenta ambas respuestas, la humoral y la celular, y además van a servir para hacer frente a varias partes del virus, que no se han incorporado todavía a las vacunas actuales.

Julia García Prado

–¿Qué quiere decir con eso?

–Las vacunas de primera generación se basan en la proteína-S, pero el virus que causa el covid-19 tiene múltiples proteínas. Necesitamos una vacuna que identifique más de una parte del virus, porque así, entre otras cosas, podremos prevenir que por el hecho de que haya nuevas variantes del virus disminuya su eficacia.

–¿Algo que no garantizan las vacunas que se están inyectando ahora?

–Probablemente sí, probablemente sigan funcionando con las variantes que vayan a ir apareciendo, pero ya veremos. De lo que se trata es de asegurarnos de que sea así, y mejorarlas. Las primeras vacunas son como son porque se necesitaban con urgencia. Lo más rápido era identificar la parte más importante del virus y actuar directamente contra ella. El laboratorio Moderna ya está generando prototipos que protegen contra las nuevas variantes del virus, y hay más compañías que ya están trabajando en esa dirección.

–¿Pronto estará aquí la segunda generación de vacunas?

–Esto no para. No lo vemos y está pasando, se está acelerando el diseño de nuevas vacunas, y eso no significa que las que tenemos ahora sean poco efectivas, sino que las nuevas van a dirigirse a más elementos del virus.

Se está acelerando el diseño de nuevas vacunas, y eso no significa que las que tenemos ahora sean poco efectivas, sino que las nuevas van a dirigirse a más elementos del virus

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–Pues sigue habiendo quienes ponen en duda la eficacia y la seguridad de las vacunas contra el covid-19.

–Pero la realidad es tan evidente… Basta ver cómo la mortalidad ha empezado a bajar en los grupos de gente que fueron más azotados por la enfermedad, y como las medidas de prevención empiezan a relajarse. Esta es la primera vez que somos capaces de hacer una cosa así: crear en tiempo real una vacuna contra un nuevo patógeno y producirla en un año, y gracias a ello podemos estar más tranquilos. Hay que remarcar ese mensaje: las vacunas son supereficaces y seguras, se han puesto ya a millones de personas y gracias a ellas estamos viendo la luz al final del túnel.

–¿Son seguras? ¿No hay ninguna duda?

–Tienes más riesgo de trombosis fumando que poniéndote una vacuna de AstraZeneca, esos son los datos. Hay que mantener ese mensaje y repetirlo, una y otra vez.

–Un grupo de investigadores estadounidenses y británicos han pedido con un artículo en “Science” que se investigue mejor el origen del virus y no descarta la hipótesis de que sea un producto de laboratorio.

–Saber su origen es muy importante. Hay que saber cómo ha llegado y cómo se ha extendido entre la población. Si lo conseguimos podremos prevenir futuras epidemias. Eso se ajusta al nuevo concepto de “one health”, de salud global, en un mundo en tránsito constante, en el que no paramos de movernos, nosotros y los animales. Con el covid-19 ha habido millones de personas infectadas en pocos meses, es esencial entender qué ha provocado eso, tanto desde el aspecto físico y molecular, entender cómo los patógenos se alojan en nuevos huéspedes, acotarlo de manera rápida y así poder tomar medidas para que no vuelva a suceder.

Es la primera vez que somos capaces de hacer una cosa así: crear en tiempo real una vacuna contra un nuevo patógeno y producirla en un año, y gracias a ello podemos estar más tranquilos.

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¿Estamos abocados a que vuelva a pasar?

–Hay algunos centros científicos que hacen vigilancia de eventuales epidemias, y sabemos que hay organismos vivos que ya están aquí y que podrían ser causantes de una pandemia.

–¿Cómo continuarán ahora sus investigaciones sobre el covid-19?

–Todas estas investigaciones que hemos realizado arrancaron gracias a la financiación pública y a las donaciones para la investigación del covid. Nuestros proyectos ya se están acabando y en el primer trimestre de este año hemos puesto nuestro esfuerzo en pedir nuevos proyectos a entidades públicas y privadas, a la Unión Europea... Queremos seguir investigando para ver cómo evoluciona la gente que se infectó, los que han recibido la vacuna, cuánto dura su efecto, para dar más herramientas diagnósticas los médicos.

–¿Han aparcado la investigación sobre el VIH?

–No, seguimos con ello, pero queremos aprovechar los recursos que nos están permitiendo contribuir a la lucha contra el covid.

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