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Gijón: quedan días de verano aun sin noche de fuegos

Las limitaciones sanitarias no pueden con el largo y nuevo programa de ocio que intenta recuperar el animado ambiente estival de la ciudad

Turistas en Gijón. ÁNGEL GONZÁLEZ

Un verano sin noche de los fuegos, con control de aforos en actividades y guardando las distancias en las playas, pero con una recuperación notable del turismo respecto al año pasado y mucha vida en las calles. En síntesis, esa está siendo la segunda temporada estival en época de pandemia en Gijón, que ha cerrado un más que aceptable mes de julio para los empresarios del sector y, en principio, con buenas perspectivas para agosto.

Del verano gijonés se caen grandes citas, como por segundo año la noche de los fuegos artificiales que habitualmente concentraba a más de 300.000 personas en el paseo del Muro, al igual que también se cayó la hoguera de San Juan.

Tampoco habrá este año las tradicionales fiestas de prau en las parroquias rurales gijonesas, algunas multitudinarias; las que mantienen las celebraciones las ciñen a los actos religiosos y culturales, pero nada de orquesta. En contraposición a estos eventos suspendidos o descafeinados, el Ayuntamiento ha organizado para la temporada veraniega 376 espectáculos repartidos por todos los barrios y con aforo reducido.

“La Semana negra” se celebró sin las tradicionales atracciones, si bien los feriantes las instalaron por su cuenta en el antiguo astillero de Naval Gijón, con limitaciones de aforo. El año pasado, ni las hubo.

El aforo también será uno de los cambios en otra de las citas ineludibles en los años prepandemia y que previsiblemente se recupere este año, tras haber sido suspendido el verano pasado: la Feria de Muestras, en la que el uso de mascarilla será obligatorio hasta al aire libre. La previsión es que se celebre entre el 7 y el 22 de agosto.

Turistas en Gijón. ÁNGEL GONZÁLEZ

Se recuperan otras dos citas este año, tras el forzado barbecho del primero de pandemia. La feria taurina de Begoña, entre el 13 y el 15 de agosto, y el Festival Tsunami, incluyendo cinco conciertos en El Molinón, escenario al que vuelve la música por primera vez desde hace ocho años. La quinta ola de la pandemia, no obstante, ha obligado a cancelar algunos conciertos de este festival, que se habían organizado en espacios cerrados.

La oferta musical de la ciudad en verano incluyó en julio el Festival Metrópoli, que también se había celebrado el año pasado y suma como novedad el festival “Oye Gijón”, con siete conciertos en la plaza de toros en la segunda quincena de agosto.

Los festivales, tanto musicales como de otro tipo se unen a algunos de los atractivos turísticos permanentes de la ciudad, como Laboral Ciudad de la Cultura, el Acuario, el Jardín Botánico Atlántico, el teatro Jovellanos o la red de museos. En este último caso, el único que se está librando de ver reducida su afluencia por la pandemia es el Museo Arqueológico de la Campa Torres, con una tendencia al alza, que en el primer semestre del año le ha llevado a superar de largo las visitas que tuvo en ese periodo en 2019, algo posible por el hecho de que se trata de un museo al aire libre.

Luego están las playas, en especial la de San Lorenzo, en la que, a diferencia del año pasado, no hay acomodadores en sus accesos para controlar el aforo. Dos parejas de la Policía Local, más las indicaciones a los usuarios del equipo de Salvamento hace las supervisiones de un control de aforo que se efectúa mediante cámaras tanto en la playa de San Lorenzo, Poniente y El Arbeyal –las tres del casco urbano– como en la playa de Peñarrubia, una de las que hay a las afueras. Un nivel de ocupación que se podrá comprobar a través de la web habilitada por el Principado para 50 playas asturianas.

Aunque no se alcanzan los niveles anteriores a la pandemia, el turismo está creciendo este verano respecto al pasado en Gijón

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Aunque no se alcanzan los niveles anteriores a la pandemia, el turismo está creciendo este verano respecto al pasado en Gijón. Puede servir como indicador el aumento entre el 20 y el 30% de las visitas al Acuario respecto al año pasado, un equipamiento en el que siete de cada diez personas que lo están visitando este verano proceden de fuera de Asturias y otro más es de un lugar del Principado distinto de Gijón, señala Alejandro Beneit, director de la instalación.

El perfil de visitante que llega en verano a Gijón es mayoritariamente familiar y procedente de otros puntos de España. Así ha sido durante años, una tendencia que si acaso se ha reforzado con la pandemia debido a las restricciones que están teniendo los turistas extranjeros para visitar España. Aunque aún es pronto para poder precisar los datos turísticos de la ciudad en julio, pero la satisfacción es el denominador común en los hoteleros, hosteleros y comerciantes del área turística.

Élida Suárez Muñoz, vocal del comité ejecutivo de Otea y directoral hotel Môderne, resalta que tras un verano de 2020 que en Gijón se saldó con una escasa ocupación de establecimientos hoteleros, este año se está en cifras previas a la pandemia. Mientras que en 2019 las estadísticas municipales fijan la tasa de ocupación hotelera en el mes de julio en un 71,6%, en 2020 esa cifra se desplomó hasta un 51,2%.

Una situación que ha cambiado para mejor y mucho este año, con un julio en la que hoteles de la ciudad que antes del covid tenían cubierto este mes al 90% “estamos con ocupaciones del 70% al 80%”, explica Élida Suárez. El negocio en general está yendo bien para el sector ya que “se ha subido el precio medio y la ocupación está cercana a años precovid”.

Turismo en Gijón

Mientras en los hoteles la situación ha mejorado, los apartamentos turísticos, que habitualmente solo llenaban en agosto, este año también han estado a tope en julio, en parte por la preferencia de turistas que antes del covid optaban por hoteles.

No es el único cambio de hábitos motivado por la pandemia. En todo tipo de establecimientos las reservas se efectúan con poca antelación y proliferan las cancelaciones, aunque en la mayoría de los casos tardan poco en ocuparse el hueco dejado. No solo en los hoteles, la preferencia de los que eligen alojamientos turísticos en municipio que más de la mitad de las 10.016 plazas disponibles son extrahoteleras, fundamentalmente en las cerca de 800 viviendas de uso turístico o vacacional y en los dos campings del concejo.

En cuanto a los alojamientos hoteleros, Élida Suárez señala que las perspectivas para agosto, el mes de mayor ocupación en Gijón, “no tienen mala pinta y confiamos en que los hoteles estén por encima del 80%, si ninguna noticia nos lo tira por tierra”, explica la representante del sector hotelero gijonés en Otea, quien alberga dudas sobre cómo puede afectar el toque de queda.

En un sentido similar se pronuncia el vicepresidente de Otea y representante del grupo Gavia, con múltiples locales hosteleros en la ciudad que considera que “si la única alternativa a la una de la madrugada es volver al hotel, eso va a detraer turistas”. A diferencia de lo que ocurre con los alojamientos turísticos, el sector hostelero tuvo un inicio de verano ligeramente más flojo que en 2020, en el que “había muchas ganas de salir” tras el confinamiento, claro que en esa cuenta de la hostelería entran sin diferenciar turistas y locales.

En una ciudad como Gijón el veraneo está ligado en buena medida a alojamientos particulares

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La presidenta de la Unión de Comerciantes del Principado de Asturias, Sara Menéndez, explica sus sensaciones sobre esta primera parte del verano gijonés indicando que “en la zona centro y en la playa sí que se ven muchos más turistas, como en años anteriores al covid” y que por la referencia que le dan sus asociados “en esas zonas se están produciendo más ventas”. El año pasado también había sido bueno, pero no como este.

En una ciudad como Gijón el veraneo está ligado en buena medida a alojamientos particulares. Más de la mitad de las pernoctaciones que se hacían a lo largo del año antes de la pandemia, un 54%, correspondían a familias con una segunda residencia en la ciudad o personas que se alojan en viviendas de amigos, según el último estudio elaborado por Invesmarkt para Divertia, la empresa municipal que entre otros cometidos tiene el de la promoción turística. Un estudio referenciado a 2019 y cuyos datos, en ese sentido, están en línea con los de años precedentes.

A eso se suma que casi un 30% de los visitantes de la ciudad no hacen noche en ella, sino que se alojan en otras localidades de Asturias y vienen en viajes de ida y vuelta en el día, como los usuarios del tren playero, que sigue en activo, como cada verano, desde León.

Para quienes prefieren traerse la casa a cuesta, la ciudad cuenta con dos zonas para aparcar caravanas, junto a la playa de El Arbeyal y en El Rinconín.

Gijón ha iniciado este verano con buen pie, dadas las circunstancias, y con ganas de concluirlo igual, si la coyuntura sanitaria lo permite.

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