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Ciencia

Seis meses en la superficie de Marte

El robot de la Nasa “Perseverance” supera en su primer semestre en el planeta rojo todos sus cometidos, menos el de recoger muestras del suelo

Seis meses de 'Perseverance' en Marte: un camino de grandes éxitos y un fracaso.

Hace exactamente seis meses terrícolas, el equivalente a 12 meses marcianos, el todoterreno espacial “Perseverance” aterrizó en la hostil superficie de Marte. Desde entonces, este gigantesco robot ha recorrido casi dos kilómetros de la superficie marciana, ha captado casi de 125.000 imágenes de su aventura y ha sido testigo del primer vuelo de un objeto humano fuera del planeta Tierra, protagonizado por su acompañante, el pequeño helicóptero “Ingenuity”. En sus primeros 176 soles marcianos, el camino de este explorador extraterrestre ha ido sobre ruedas. Al menos hasta el pasado 6 de agosto, cuando la misión se tropezó con su primer bache.

Ese día, según relata la ingeniera Louise Jandura, en los cuarteles generales del Jet Propulsion Laboratory de la NASA se respiraba mucha emoción y nervios. Todo estaba preparado para asistir a la primera recogida de muestras de la misión; un paso clave para descubrir si hay (o hubo) vida microbiana en Marte. La operación había sido orquestada hasta el más mínimo detalle por un centenar de científicos e ingenieros. El equipo entero se reunió (virtualmente) de madrugada para esperar juntos al resultado de la extracción. Los primeros datos llegaron a las dos de la madrugada y en estos se intuía que, por lo menos sobre el papel, todo se había ejecutado correctamente. Y eso se celebró como una verdadera victoria.

Perseverance Marte

Perseverance Marte

Seis horas más tarde, tras un puñado de horas de tenso descanso, el equipo científico de la misión volvió a reunirse para recibir la siguiente gran entrega de datos. Y fue ahí cuando llegaron las malas noticias. El robot había logrado taladrar la superficie marciana con éxito y los mecanismos para la recolección de muestras habían funcionado con normalidad, pero el proceso no había conseguido recolectar ninguna muestra. Los datos mostraban que el tubo estaba sellado, pero completamente vacío. La primera recolección de piedras del “Perseverance” había fallado estrepitosamente.

La primera hipótesis es que el fallo se podría deber a la misma composición del suelo marciano. Los datos recogidos por los instrumentos científicos apuntan a que, probablemente, las rocas taladradas no eran lo suficientemente robustas para romperse en piedrecitas y acabaron desintegrándose en forma de polvo. “El hardware funcionó como se ordenó, pero la roca no cooperó esta vez”, escribe Jandura, ingeniera jefa de esta parte de la misión. “Esto me recuerda, una vez más, la naturaleza de la exploración. Un resultado específico nunca está garantizado, no importa cuánto se prepare. Y a pesar del mal resultado, esto también ha servido para que la ciencia y la ingeniería progresen”, reflexiona.

La sombre del "perseveranze" , el 6 de agosto, en su primer intento de obtener una muestra de marte y el hoyo que realizó

Cambio de rumbo

El primer fracaso del “Perseverance” ha obligado a redibujar todo el rumbo de la misión. El equipo científico ha decidido enviar al todoterreno marciano al punto más alejado de su recorrido. “En el sur de la región de Seitah es probable que encontremos rocas sedimentarias que podrían encajar más con las pruebas que realizamos en la Tierra”, explican los responsables de la misión. Ahora mismo, tras el primer intento fallido, el robot solo dispone de 42 tubos de titanio más para recolectar muestras de la superficie de Marte. Por ahora está previsto que el segundo intento se realice a principios de septiembre.

Esta misma semana, el “Ingenuity” realizará su decimosegundo vuelo para sobrevolar el sur de Seitah y preparar el camino del “Perseverance”. Según explica Teddy Tzanetos, ingeniero jefe a cargo del “Ingenuity”, el helicóptero ascenderá a una altitud de 10 metros y volará de este a noroeste durante 235 metros más. Su vuelo apenas durará unos minutos, pero de él dependen los futuros pasos del todoterreno marciano. “Este vuelo será ambicioso. Volar sobre Seitah conlleva un riesgo considerable debido a la complicación del terreno. Aceptamos estos riesgos porque la recompensa es alta. Saber que tenemos la oportunidad de ayudar al equipo del ‘Perseverance’ con la planificación científica de la misión es toda la motivación que necesitamos”, explica.

Aldrin, en su paseo lunar con Armstrong en 1969.

Recoger muestras

El objetivo final es que el “Perseverance” recupere tantas muestras como sea posible de diferentes puntos del hostil suelo marciano para que, en un futuro, otra misión las recolecte y las envíe rumbo a nuestro planeta. La Agencia Espacial Europea (ESA) y NASA planean lanzar el proyecto “Mars Sample Return” durante la próxima década. Si todo funciona según lo previsto, esta ambiciosa misión podría ser la primera en traer material de otro planeta de vuelta a la Tierra. Y esto, a su vez, podría significar un antes y un después en la búsqueda de vida extraterrestre. O al menos en nuestra comprensión del planeta rojo.

Aunque seis meses puedan parecer una eternidad, más si coinciden con una pandemia de covid-19 que afecta a casi todos los terrícolas, la aventura del “Perseverance” en Marte acaba de empezar. En este tiempo, el todoterreno espacial ha recorrido 1,93 kilómetros sobre la superficie marciana. Para que nos hagamos una idea del recorrido, si el robot hubiera aterrizado en la plaza de la Catedral de Oviedo habría recorrido el espacio hasta San Julián de los Prados y de vuelta al templo ovetense. En medidas gijonesas, habría recorrido un trayecto equivalente al que media entre la iglesia de San Pedro y el puente del Piles.

Para que nos hagamos una idea del recorrido del “Perseverance” durante todo estos meses, recordemos que su predecesor, el “Opportunity”, tardó casi 15 años en recorrer 45 kilómetros. En medida asturiana, como ir de Oviedo hasta Verdicio. Y Neil Armstrong, el primer ser humano en pisar la Luna, apenas recorrió 50 metros desde el “Eagle”. Puestos en perspectiva, pues, los primeros pasos del “Perseverance” en Marte no pintan para nada mal.

Astronautas sin traje espacial para la luna

La NASA llevaba cuatro décadas sin diseñar trajes. Los utilizados en la Estación Espacial Internacional deberían haber sido jubilados hace más de 25 años. Son costosos de mantener. Tampoco se ajustan a todos los cuerpos. Creados en un momento en el que los astronautas eran siempre hombres, no estaban preparados para los nuevos tiempos. En 2019, por ejemplo, Anne McClain canceló su viaje, que iba a ser el primer paseo espacial llevado a cabo solo por dos mujeres, porque el traje le venía demasiado grande. Había muchas esperanzas depositadas en el nuevo modelo, llamado “xEMU”, cuyo coste es de cerca de 425 millones de euros por unidad. La semana pasada, el inspector general de la NASA, Paul K. Martin, publicó un informe que echaba por tierra los planes de EE UU de volver a llevar a los humanos a la Luna en 2024, en el conocido como programa “Artemisa”. “No es factible”, señaló el documento. Los trajes espaciales, explicaba el informe, no estarán listos hasta 2025, como pronto, debido a problemas técnicos, falta de fondos y retrasos asociados a la pandemia del coronavirus.

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