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La asturiana que señaló dónde aterrizará la misión lunar de los Emiratos Árabes

La geóloga avilesina Abigail Calzada, que acaba de fichar por el Centro Europeo de Recursos Espaciales, en Luxemburgo, participó en la búsqueda de un lugar “seguro y novedoso” para el alunizaje del rover emiratí: “Fue algo muy bonito”

Abigail Calzada

La geóloga asturiana Abigail Calzada cuenta los días para que un rover de los Emiratos Árabes Unidos –un tipo de vehículo de exploración espacial– aterrice en la Luna el próximo año. Ha formado parte del proyecto y ha elegido, junto a otros científicos, el lugar exacto en donde se producirá el alunizaje. De realizarse con éxito, será la primera misión privada de la historia en pisar suelo lunar. “Es algo muy bonito y, de completarse, me sentiría muy realizada”, asegura esta avilesina de 38 años que salió de España para especializarse en Ciencias Planetarias, tras licenciarse en Geología por la Universidad de Oviedo. Su centro de trabajo está en Luxemburgo, en donde investigó durante más de cuatro años para la compañía japonesa Ispace. Hace menos de un mes fichó por el Centro Europeo de Innovación en Recursos Espaciales, de reciente creación.

Según explica Abigail Calzada, para la misión de los Emiratos Árabes, su equipo científico de Ispace y el Centro Espacial Mohammed Bin Rashid (MBRSC) se centraron en buscar un lugar seguro y nuevo. “Había que evitar lugares con muchos cráteres o rocas, así que nos decidimos por un mar. Estas zonas están formadas por materiales más modernos, tienen menos cráteres y son más llanos. Es el terreno oscuro que vemos cuando miramos la Luna y es también donde alunizó la misión ‘Apolo 11’”, detalla. En segundo lugar, continúa la científica, “preferíamos un lugar que ninguna otra misión hubiera explorado, porque aparte de llamar más la atención del público, podemos extraer nueva información científica”. En concreto, el rover emiratí tratará de estudiar la superficie lunar, la movilidad por el satélite de la Tierra y cómo las diferentes superficies interactúan con las partículas lunares. El astromóvil tendrá un peso de unos 10 kilogramos y dos cámaras de alta resolución.

La elección de la ubicación del alunizaje no fue en absoluto fácil, como cuenta Calzada. “Había una limitación en cuanto a latitud y longitud. Esta limitación en latitud se da mayormente por dos motivos: la temperatura que los sistemas pueden soportar y la órbita que sigue la misión para alunizar. La limitación en longitud es que necesitábamos un lugar en el lado visible de la Luna, porque, de esta manera, hay comunicaciones directas entre la misión y los centros de control en la Tierra”, concreta.

La científica busca materiales espaciales como combustible para el futuro asentamiento de bases en la Luna

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Aunque seguirá dedicada al estudio de la Luna, la geóloga avilesina cambiará de funciones en su nuevo puesto en el Centro Europeo de Innovación en Recursos Espaciales, ubicado en Luxemburgo e inaugurado hace menos de un año con la colaboración de la Agencia Espacial Europea. “Estaba muy contenta en Ispace, pero esta era una oportunidad que no podía dejar escapar”, afirma. Entre otras cosas, porque Abigail Calzada participará en la búsqueda de recursos espaciales, principalmente combustible, para el futuro asentamiento de bases lunares. “Antes me dedicaba a la planificación de misiones y ahora me ocuparé de la supervisión de toda la cadena de valor para buscar recursos espaciales”, comenta. “Hay que saber dónde está el material, hacer prospecciones para ello, extraerlo y luego procesarlo. Mi misión es que todos esos pasos se desarrollen adecuadamente”, completa. Aunque su nuevo laboratorio se encuentra todavía en fase muy incipiente, con un equipo de diez investigadores, los esfuerzos se centran en desarrollar tecnologías que permitan extraer esos materiales, ya sea en la Luna o en Marte.

¿Y por qué extraer materiales espaciales? “Porque para esas bases lunares que se crearán, fundamentalmente para investigar, los necesitamos. Es decir, en vez de llevar la maleta cargada desde la Tierra; se trata de extraerlo allí mismo”, contesta la científica avilesina. También es interesante, apunta, para los satélites de comunicaciones, que se mantienen en órbita hasta que su combustible se agota. Por eso, la principal prioridad de extracción en la Luna será combustibles para transportes. “También buscaremos oxígeno, que allí no está en la atmósfera, sino unido a los minerales. Y después también habrá que extraer metales”, señala.

Las primeras plantas piloto que se asentarán en la Luna llegarán en 2030. Sobre ello, Abigail Calzada insiste en que se trata de una colaboración internacional, en la que todos aportarán su granito de arena. “Nosotros, como estamos empezando, tenemos aún que ver qué proyectos de investigación podemos desarrollar. Lo que sí puedo decir es que todo se está moviendo muy rápido”, indica. Además, el centro espacial de Luxemburgo está muy orientado a la empresa, a que “las compañías consigan sus objetivos”.

Abigail Calzada es licenciada por la Universidad de Oviedo y doctora en el Birkbeck College de Londres. Durante la carrera, realizó un “Erasmus” en Vrije Universiteit Amsterdam, que le permitió desarrollar un pequeño proyecto en la Agencia Espacial Europea (ESA). Fue entonces cuando comprobó que lo suyo eran las Ciencias Planetarias. Tras ello, hizo un máster en la International Space University, en Estrasburgo, y las prácticas en el Centro Goddard de la NASA, en Maryland. La avilesina asegura que desde siempre, desde que era una “niña”, sintió curiosidad por Luna: “Me regalaron un telescopio y no paraba de mirarla”. Quién le iba a decir que tiempo después iba a dedicar toda su carrera a este cuerpo celeste.

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