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El “riesgo digital” de los menores: uno de cada tres tiene  problemas en las redes sociales

EL estudio de Unicef sobre la relación de niños y adolescentes con internet, en el que participaron 1.600 alumnos asturianos, destapa un problema creciente

El “riesgo digital” de los menores: uno de cada tres tiene  problemas en las redes sociales

Olaya, de 14 años, estudiante de tercero de la ESO, forma parte del Consejo de Infancia y Adolescencia de Unicef en Avilés, que se reúne cada miércoles y en el que se habla y se juega. Ella lleva un par de años con WhatsApp e Instagram. También Twitter y Tik Tok, el primero lo tiene “por tener” y el segundo lo usa menos. Reconoce que antes de los 12 años ya quería bajarse esas aplicaciones, pero su familia y su entorno le recomendaron esperar. Empezó usándolas con algo de miedo. “Al principio, para hablar con la gente tenía que conocerlos muy bien”, cuenta. Pasó por experiencias desagradables, “gente muy mayor escribiéndome por chat, gente insultándome”. No le costó mucho solucionarlo. Los bloqueó y sus padres la tranquilizaron, diciéndole que podrían denunciar o tomar otras medidas. No fue necesario y Olaya aprendió a usar sus redes sociales de forma segura. Su cuenta de Instagram está cerrada y solo acepta a los seguidores que le ofrecen confianza.

Esas experiencias desagradables que Olaya vivió con las redes sociales no son, ni mucho menos, un hecho aislado. El 42% de los adolescentes españoles ha recibido mensajes de contenido sexual. Uno de cada diez ha recibido una proposición sexual de un adulto y uno de cada cinco podría estar sufriendo acoso a través de las nuevas tecnologías digitales. Además, ya hay 70.000 estudiantes de la ESO que han hecho apuestas online. Estos son algunos de los datos que revela el estudio elaborado por Unicef España sobre el impacto de las tecnologías digitales en la infancia y la adolescencia. Es el mayor trabajo que se ha elaborado en nuestro país sobre la incidencia de la digitalización en estas cohortes de edad. El estudio, que ha destapado que 1 de cada 3 adolescentes hace un uso problemático de las redes, incorpora las opiniones de más de 50.000 adolescentes de 265 centros de secundaria. En Asturias aportaron su experiencia 1.595 asturianos de 11 a 17 años pertenecientes a los colegios de La Salle (Langreo ), colegio Patronato San José, IES Roces (Gijón), IES Carmen y Severo Ochoa (Luarca), IES Carreño Miranda (Avilés), IES César Rodríguez, IES Ramón Areces (Grado), IES Cuenca del Nalón (Langreo), IES Escultor Juan de Villanueva (Siero), IES Marqués de Casariego (Tapia de Casariego), IES de Salinas (Castrillón) y IES Santa Cristina (Pola de Lena).

El trabajo constata que el 90,8% se conecta a internet casi a diario y un 96,9% explica que la red les hace sentir “alegría”. Pero eso no quiere decir que estén libres de pasar sus malos tragos. Por ejemplo, el 11,4% de los encuestados reconoció que había sufrido presiones para que enviara fotos o vídeo de contenido sexual. Además, un 35,4% afirma haber entrado en páginas de contenido erótico o pornográfico.

Aunque la mayoría responde que la red le transmite alegría., “relajación” o “diversión”, también hay un lado oscuro: un 27,9% admite que conectarse les produce “inseguridad”, un 24,7% “miedo” y un 23,5% “soledad”.

El “riesgo digital” de los menores: uno de cada tres tiene  problemas en las redes sociales

El estudio también ha revelado que uno de cada cinco tiene un “cierto enganche” a los videojuegos. Esta “adicción sin sustancia” afectaría ya a 400.000 adolescentes españoles. La media son 7 horas de juego a la semana, aunque ya hay un 4,4% de adolescentes que emplean más de 30 horas a las semana con sus consolas.

Además, la gran encuesta de Unicef constata la penetración de las plataformas de apuestas online en esa franja de edad. Más de 70.000 adolescentes ya han apostado a través de sus ordenadores o móviles (sobre todo en apuestas deportivas). El 44,3% lo hizo para ganar dinero.

El asturiano Gustavo Suárez Pertierra es el presidente de Unicef España. Con los datos en la mano dice que hay que estar alerta. “Los avances tecnológicos conllevan, indudablemente, beneficios y oportunidades para nuestra sociedad, y por tanto también para nuestros niños, niñas y adolescentes. Pero no podemos perder de vista los riesgos que puede entrañar para la infancia y la adolescencia si se produce una exposición temprana y sin acompañamiento a Internet, redes sociales o videojuegos”. Pertierra remarca que con este informe Unicef “no solo hacer una radiografía del impacto de la tecnología en nuestros adolescentes, sino además promueve que los derechos de la infancia sean una realidad también en este entorno digital”.

El 42% de menores españoles ha recibido mensajes en su móvil de contenido sexual. Uno de cada diez adolescentes ha recibido prostitución sexual por parte de una persona adulta

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Alejandro, de 15 años, es integrante del Consejo de Infancia y Adolescencia de Avilés. Ratifica los resultados del estudio. “Tengo conocidos a los que las redes sociales les ha afectado en la autoestima. Les dañan produciéndoles inseguridad. Más a las mujeres que a los hombres, por los comentarios que se hacen a sus fotos. Eso les hace tener baja la autoestima varios días”. También admite que, entre sus conocidos más enganchados al móvil, la atención en clase se reduce. A él le ponen limitaciones en casa. “Por semana no más de una hora. En el finde, me dejan más”.

No todos los padres lo tienen tan claro como los de Alejandro. El estudio muestra que el 29,1% de los adolescentes no tienen límites ni normas en casa para usar ordenadores o móviles, que sólo un 23,9% limitan sus horas de uso y que sólo el 13,2% de los padres criban los contenidos a los que pueden acceder sus hijos. Los padres no son precisamente un ejemplo a seguir: el 36,8% de los adolescentes confesó que sus padres usan el teléfono móvil durante las comidas.

Unicef va a iniciar una campaña, bajo el hashtag “#SuMayorInfluencer” para que los padres y las madres “acompañen” a sus hijos en el uso de las nuevas tecnologías digitales. Quieren “acabar con los miedos e inspirar cambios”. La idea es simple: si en la vida “real” los padres son la mejor guía y modelo para sus hijos, en la vida digital también.

El 11,4% de los jóvenes han sufrido presiones para enviar fotos o vídeo de contenido sexual y el 35,4% han entrado en páginas de contenido erótico o pornográfico. El 21,6% se conectan todas las noches a partir de las doce de la noche

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Motivos hay porque, como dice Nerea, de 17 años, que forma parte del consejo de Unicef en Laviana, “esto se nos está yendo de las manos totalmente”. “Al principio pensábamos que eran cosas que quedaban muy lejos, en las grandes ciudades, pero ahora lo vivimos día a día”, asegura. “Creo que no somos mínimamente conscientes de que, cuando subes algo a las redes, no sabes a dónde puede llegar y que eso afecta a nuestra privacidad”, reflexiona. Nerea opina que con mensajes o fotos impropias subidas a las redes “la gente no es consciente de hasta qué punto se puede hacer daño. A veces pensamos que causa más daño pegarse en la calle, pero también hacen daño determinadas cosas que se ponen en la redes y que siempre van a estar ahí escritos”. Por ello pide educación, implicación por parte de las instituciones para abordar una alfabetización digital: “La educación es la base de todo y es súper importante que se traten esto temas en el instituto. Más tarde o más temprano todo el mundo va a tener un móvil en sus manos. La información es una parte muy importante de la educación”.

El 23% de los jóvenes aseguran que sienten "soledad" cuando se conectan a internet. El 27,9% reconocen en el estudio de Unicef que la red les produce "inseguridad" y el 24,7% afirman que lo que sientes es "miedo"

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Olaya, del consejo de Infancia y Adolescencia de Unicef en Avilés, abunda en esta idea: “Yo no sabía cómo podía hacer que mi cuenta de Instagram fuera privada, así que pedí ayuda a amigos. Deberían enseñar algo de eso en los colegios y los institutos. A nosotros vino un policía a decirnos que no las usáramos, que era muy peligroso y que no debíamos usarlas hasta los 16, pero eso tampoco me parece normal. Que nos expliquen como usarlas en vez de prohibírnoslas”, reivindica. Ahora es toda una experta, alguna que otra vez ha echado una mano con Instagram a sus padres y cuando sus abuelos se lo instalaron también les ayudó a aprender a usar WhatsApp.

La tecnología como herramienta de estudio no acaba de convencerla. “Me gusta más la clase en presencial, porque es más fácil organizarte”, comenta, recordando los tiempos del confinamiento y las clases por Teams, una aplicación que nunca antes había utilizado y que le costó empezar a usar. “Los primeros días no era capaz de meterme en Teams, luego entraba con total normalidad, pero prefiero la clase con mis compañeros”, se resiste Olaya.

Ella afirma que hace un uso bastante controlado de internet y de la tecnología. Se conecta un rato después de comer y otro por la noche. A veces se lleva el móvil a la cama y en vacaciones lo usa algo más. A su hermano, que tiene 11 años, le enganchan más los videojuegos y las consolas. “A mí no me llaman la atención”, asegura Olaya. Dice que a ella las redes y el WhatsApp le entretienen “un rato”, pero enseguida se cansa. No a todos les pasa lo mismo: “Tengo amigos que les dices de salir al parque te dicen que no por la consola, hay personas que te escriben muy tarde, hasta las tantas”.

El 36, 8% de los padres usan el móvil mientras están sentados a la mesa con sus hijos, según confiesan los adolescentes en la encuesta de Unicef. Solo el 23,9% de las familias limitan a sus hijos las horas de uso de las pantallas

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Le gusta WhatsApp porque le permite “hablar con cualquier persona en cualquier momento, esté donde esté” y prefiere los mensajes de texto a los audios y las videollamadas. En Instagram le gusta compartir fotos y vídeos con sus amigas, con las que también suele usar el chat. Está al tanto de las críticas a esta red social por difundir modelos estéticos que ejercen una influencia nociva sobre todo entre los jóvenes y de los peligros de dejarse guiar por “influencers”. “Eso es algo que a mí no me llama la atención. Hay gente que se opera y dice que no, y que crea estereotipos de belleza que no son buenos”, afirma.

Reconoce que el tiempo conectado vuela. Entra en Tik Tok, cuenta, y lo que parecen cinco minutos es una hora. Para evitar pasarse en el tiempo de uso de sus redes Olaya, a veces, se pone una alarma, que la avisa pasados diez minutos o el tiempo que ella haya querido dedicarles. No todos son tan medidos: el 31,5% de los jóvenes usan internet más de 5 horas al día. Seis de cada diez duermen con el móvil o la tableta en su habitación. El 21, 6% se conecta a diario a partir de las doce de la noche.

Este es el porcentaje de menores españoles que han recibido mensajes en su móvil de contenido sexual. Uno de cada diez adolescentes ha recibido una proposición sexual por parte de una persona adulta

El 26,5% de los adolescentes españoles juegan todos los días a videojuegos y pasan una media de siete horas semanales, aunque hay un reducido porcentaje del 4,4% que juegan más de 30 horas a la semana

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El 36, 8% de los padres usan el móvil mientras están sentados a la mesa con sus hijos, según confiesan los adolescentes en la encuesta de Unicef. Solo el 23,9% de las familias limitan a sus hijos las horas de uso de las pantallas

El 26,5% de los adolescentes españoles juegan todos los días a videojuegos y pasan una media de siete horas semanales, aunque hay un reducido porcentaje del 4,4% que juegan más de 30 horas a la semana

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El 23 % de los jóvenes aseguran que sienten “soledad” cuando se conectan a internet. El 27,9% reconocen en el estudio de Unicef que la red les produce “inseguridad” y el 24,7% afirman que lo que sienten es “miedo”

El 11,4% de los jóvenes han sufrido presiones para enviar fotos o vídeo de contenido sexual y el 35,4% han entrado en páginas de contenido erótico o pornográfico. El 21,6% se conectan todas las noches a partir de las doce de la noche

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