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El comité regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, de aniversario

Unicef en Asturias cumple 50 años y quiere nietos que manden

La entidad ha cumplido medio siglo en la región en buena forma, con 11.000 socios, con la junta más joven de España y proyectos inspiradores pese al fin del filón de las postales y los actos benéficos

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Unicef en Asturias cumple 50 años y estas son algunas de las imágenes que recuerdan esa historia

Las nuevas generaciones de la junta directiva de Unicef en Asturias no han acudido nunca a una cena benéfica de captación de fondos, ni han recaudado dinero para la institución y sus proyectos con la venta de postales navideñas. Los dos grandes e incuestionables pilares de la organización durante décadas, se han diluido sin que sucediera ninguno de los cataclismos a priori imaginables.

Ni siquiera la ola de las nuevas y modernas ONG’s debilitó la solvencia de Unicef Asturias que, de hecho, podría decirse que pasa por los mejores momentos de su historia. Y los hubo muy buenos.

Los tentáculos en Asturias del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia tomaron forma en el año 1971 en Gijón, de la mano del entonces alcalde Luis Cueto Felgueroso Granda. Nacía la asociación llamada inicialmente Amigos del Unicef, con su primera Junta Provincial llena de prohombres del concejo -en su mayoría industriales con inquietudes sociales y políticas-. Y con el objetivo prioritario de reunir fondos para ayudar a los niños más desfavorecidos del planeta.

Luis Cueto Felgueroso Granda, exalcalde de Gijón.

Luis Cueto Felgueroso Granda, exalcalde de Gijón. LUIS CUETO FELGUEROSO GRANDA. EXALCALDE DE GIJON

Los “nietos” de aquella Junta han visto como la entidad llega en este 2021 a su medio siglo; 50 años no solo en activo sino con una salud envidiable. Algunos dirían que más viva que nunca. Unicef Asturias tiene 11.000 socios –su cifra más alta desde la fundación y la que convierte a la región en la tercera con más socios en relación al número de habitantes–. Aquí trabaja, con María José Platero Díaz a la cabeza, la directiva más joven de todos los comités de España. Y de la región sale la aportación media más alta –por población– para los proyectos de Unicef España.

Y siendo bueno todo lo anterior, los logros internos son los que más emocionan a esa junta. Los niños de Unicef tienen voz en muchos de los Ayuntamientos asturianos –su proyecto de Ciudades Amigas de la Infancia va como un tiro sumando ya 44 concejos adheridos–, y algunos han llegado hasta a ser oídos en el Congreso de los Diputados con sus propuestas de empoderamiento de la infancia. Asturias fue pionera en organizar el primer encuentro estatal de participación infantil y lleva años siendo una comunidad inspiradora a la hora de que otras implanten este modelo de escucha a la infancia. Avilés y Laviana –con el ahora presidente Barbón al frente– han sido dos municipios que han servido de ejemplo a otros muchos de España en todo este trabajo.

Venta de postales navideñas de Unicef, en un local en Gijón en los años 90.

O sea, que Unicef Asturias y todo su ejército nunca ha dejado de movilizarse por las calamidades de la infancia del mundo, pero no olvidan que en casa también hay muchos deberes pendientes.

“Unicef ha logrado convertirse en un sinónimo de infancia. Y es una evidencia que la infancia, como causa, moviliza. Las necesidades de los niños son y serán siempre necesidades, aunque difieran los contextos y los entornos. Unos necesitarán acceso a la educación básica o a la alimentación y otros que se proteja su desarrollo frente a las desigualdades de acceso a la tecnología, por decir algo”, explican Tomás Peláez y Guadalupe Fernández. Él es uno de los más veteranos de la Junta directiva de Unicef Asturias; ella, una de las más recientes incorporaciones.

Tomás Peláez, pixueto de origen, lleva más de un cuarto de siglo en la entidad. Realmente, ni se acuerda desde cuándo. Le convenció su hija de que echara una mano cuando el presidente José Luis Martínez andaba a la búsqueda de un tesorero. Y se quedó para largo. Reconoce que conocer las necesidades de la infancia en algunos países sudamericanos en los que vivió le motivó, más si cabe, hacia proyectos de protección de los derechos y el bienestar de los niños, por los que siempre tuvo especiales miramientos. No le pesa invertir su tiempo en los proyectos que tengan la causa infantil en el centro de la diana.

Cuando Unicef se creó en Asturias sus principales impulsores, Pedro González Fuentes (después fue presidente) y Luis Nieto Varas “fueron unos adelantados por fundar una asociación para ayudar a los niños de países lejanos; era extraordinario y nuevo”.

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Guadalupe Fernández es médico y tiene experiencia en colaboración con ONG’s en Guatemala y Honduras. Allí trabajó en la cobertura de necesidades de los niños, y también de los adultos. Ahora en Asturias despliega su esfuerzo en visibilizar esas “otras necesidades” de la infancia que también ha descubierto. Diferentes, pero igual de importantes. “Claro que son conceptos distintos los de las necesidades de la infancia en unos sitios y otros del planeta. Pero eso no quita que no sea importante poner de manifiesto que muchos niños de aquí mismo necesitan cosas que en esta sociedad en la que vivimos, tendrían que tener. No hay que irse muy lejos para que el trabajo de Unicef sea importante. Si en un pueblo del occidente de Asturias hay seis niños, de una clase de 16, que no tienen ni ordenador ni móvil para hacer las tareas escolares, eso es importante”, refiere Guadalupe.

Dicen los que se conocen la historia de la entidad –y nadie mejor que Pablo Suárez– que cuando Unicef se creó en Asturias sus principales impulsores, Pedro González Fuentes (fue nombrado presidente unos años después) y Luis Nieto Varas “fueron unos adelantados por fundar una asociación para ayudar a los niños de países lejanos, algo que era extraordinario y nuevo”. Seguirían luego otros presidentes como Ángel Aznárez, José Luis Martínez, Ángel Naval y ahora María José Platero. Y grandes cambios en la orientación de la entidad, que no es una ONG sino una es una organización internacional que pertenece a las Naciones Unidas.

Miembros de la Junta Autonómica del Comité de Unicef de Asturias, con el presidente Ángel Naval en primera fila, en el centro. MIEMBROS DE LA JUNTA AUTONOMICA DEL COMITE DE UNICEF DE ASTURIAS

El principal cambio a lo largo de esas cinco décadas fue la forma de trabajar de Unicef en Asturias. De vivir para la captación de socios, la venta de felicitaciones de navidad y el desarrollo de eventos solidarios (cenas, eventos deportivos, conciertos solidarios, etc...) todo, destinado a los programas de Unicef en el terreno, se pasó a la realidad actual. En la que los proyectos de incidencia política y sensibilización están repercutiendo en los niños asturianos. Ahí están las Ciudades Amigas de la Infancia, que pretende promover las políticas públicas de infancia en los municipios asturianos.

También, y a raíz de la anterior crisis económica (2008) Unicef España empezó una línea de acción muy intensa sobre temas clave que afectaban a los niños españoles. En especial para la reducción de la pobreza infantil. Y ahí están estudios, informes y recomendaciones, que entran en la agenda política nacional y regional, y que giran sobre los derechos de la infancia. En Asturias, recuerdan, fue muy clave la publicación del informe “Infancia en Asturias 2015”.

Si hay que citar otro hito de la incidencia política que ha impulsado Unicef, ese fue la aprobación del Pacto con la Infancia de Asturias en 2018, un documento al que se adhirieron todos los grupos parlamentarios asturianos, con el compromiso que plantea para blindar temas clave en el desarrollo y bienestar de los niños y adolescentes.

Y un punto de inflexión en todo ese cambio “fue la concesión a Unicef del Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 2006. Ahí se estaba en pleno cambio de modelo, se captaron muchos nuevos socios, se iniciaron nuevos programas, etc...

Cortina fue un “niño de Unicef”: “Conocí la entidad a través de sus programas de participación infantil, con 8 años, y con 18 me ofrecieron incorporarme al comité regional. Somos -se refiere a otra compañera- un fruto de la cosecha propia”

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Pablo Suárez es coordinador de Unicef Asturias y la memoria viva de toda esa historia relatada. Va a hacer 20 años que está vinculado a una organización a la que entró “cuando se contrataba a gente para trabajar exclusivamente en la promoción de la venta de postales de Navidad”. Cuando internet hizo decaer ese ingreso fundamental, Pablo Suárez pasó a técnico de programas y acabó como coordinador. Siente como suyo el éxito de tener al avilesino Luis Cortina en las filas de la junta directiva.

Porque Cortina fue un “niño de Unicef”. “Conocí la entidad a través de sus programas de participación infantil, con 8 años, y cuando cumplí 18, que es el momento en el que tenemos que dejarlo, me ofrecieron incorporarme al comité regional. Podría decirse que somos -se refiere a otra compañera que pasó por el mismo proceso- un fruto de la cosecha propia”, explica Luis Cortina. “Y son la demostración de que nuestro compromiso para que los niños tengan su espacio de desarrollo es real”, apostilla Pablo Suárez.

Clara Becedóniz es otra de las más recientes y jóvenes incorporaciones de la junta directiva de Unicef Asturias. Sus estudios de Publicidad le obligaron en su día a buscar dónde hacer unas prácticas que le llevaron a la entidad, y sobre ella acabó haciendo su trabajo fin de carrera. Descubrió una organización “que hacía un trabajo muy interesante, pero poco conocido en su detalle, en beneficio de la infancia. Esa visibilidad de las necesidades de los niños y adolescentes y hacer que tengan una voz en los foros más importantes de decisiones políticas me pareció muy atractivo”. También ella acabó quedándose en la casa.

De los veteranos de la Junta es Nacho Calviño. Tiene muy claro que el valor más importante que tiene Unicef Asturias es “ha conseguido que las políticas autonómicas y municipales hablen de la infancia. Y eso es muy importante. En casi todos los Ayuntamientos conocen la labor de Unicef y los intereses de sus niños y adolescentes están presentes”.

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Unicef en Asturias cumple 50 años y estas son algunas de las imágenes que recuerdan esa historia

El equipo directivo de Unicef Asturias tiene más miembros. Carlos Becedóniz, Tito Rodríguez, Claudia de Benito, Cristina Blanco, Natalia Vázquez, Rubén Castro y Yurema de la Fuente son otros integrantes de una junta que se constituyó a las puertas de la pandemia, en febrero del 2020. La presidencia es cosa de María José Platero, elegida en 2016 y reelegida el año pasado.

Todos esos proyectos de empoderamiento infantil a nivel local –sin olvidar el apoyo a proyectos internacionales allá donde haya que procurar bienestar y derechos a los niños– tienen que ir ahora acompasados con una pandemia que ha puesto otros focos. Como la necesidad de revertir “los efectos devastadores del covid 19 sobre la infancia y la juventud, así como responder, recuperar y reimaginar el futuro de cada niño. Hay millones de niños que no ven reconocidos sus derechos, y hay que mantener a los niños en la primera fila de nuestros pensamientos y nuestra acción. En una era de pandemia mundial, crecientes conflictos y empeoramiento del cambio climático, nunca un enfoque centrado en ‘los niños primero’ ha sido más crítico que hoy”. Lo dijo hace nada, el 9 de diciembre, el asturiano Gustavo Suárez Pertierra, presidente de Unicef España, en la celebración del 75 aniversario de la organización. Esa pobreza infantil creciente, la desigualdad en los recursos, el cuidado de su bienestar o las desoladoras tasas de natalidad de la región están también en la agenda de Unicef Asturias. “Son nuestra deuda como sociedad con nuestros niños”, dice María José Platero.

María José Platero, presidenta de Unicef Asturias. FERNANDO RODRIGUEZ

María José Platero, presidenta de Unicef Asturias: “Me da envidia el aplomo de algunos niños”

María José Platero Díaz es patrona de Unicef España y presidenta de Unicef Asturias desde febrero de 2016. Estudió Magisterio y Pedagogía, y se dedicó muchos años a la enseñanza en distintas responsabilidades, de las que se desligó para sumar su esfuerzo a la empresa familiar, Astilleros Gondán. Fue entonces cuando tuvo que volver a Castropol -antes vivía en Oviedo- y con Unicef encontró la forma de no desvincularse de su pasión por la pedagogía. Justo cuando la entidad buscaba tener más presencia en los concejos. Ha liderado la implantación y promoción de los programas de Unicef España “Enrédate” y Ciudades Amigas de la Infancia. Dice María José Platero con contundencia que quien repita el mantra de que los niños son el futuro, se equivoca. “Son el presente. Tienen mucho que decir y lo quieren decir para el momento presente”, razona.

–¿Qué dicen los niños que le resulte de tanto interés?

–Dicen cosas de enorme interés, pero hay que escucharles. Cuando alzan la voz no suele ser para pedir cosas al azar. Y es increíble lo bien que hablan algunos, cómo se expresan y cuánta profundidad hay en lo que dicen. Tampoco son tan manipulables como muchos pueden creer. A veces les oigo y me da envidia la seguridad y el aplomo que tienen algunos a edades muy tempranas.

–¿Diría que Unicef Asturias está formando líderes?

–Sí, claramente ves que hay algunos que apuntan maneras muy interesantes. Tenemos 1.500 niños en grupos de participación en el programa de Ciudades Amigas de la Infancia y no tengo dudas de que están formándose en todo, también en liderazgo.

–¿Cuánto ha cambiado la organización en los años que lleva en ella?

–Muchísimo. Unicef Asturias está muy viva y eso es gracias a que ha evolucionado. De cuando yo entré a ahora, diría que no tiene nada que ver. Que nadie me malinterprete, pero el concepto de “caridad” con el que se trabajó al principio ha quedado enterrado. Eran otros momentos. Ahora se trabaja por los derechos de los niños y busca incidir en las políticas para que se tenga en cuenta que hay un tratado internacional que les ampara y es la Convención sobre los Derechos de los Niños.

–¿Qué le preocupa en el horizonte del bienestar infantil y juvenil?

–La pandemia y sus efectos sobre su salud mental, sobre la pobreza, las desigualdades...

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