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La "luz saludable", un desarrollo asturiano para atajar los efectos dañinos de las pantallas

Un equipo del centro tecnológico Idonial, encabezado por Amador Menéndez, fabrica un nuevo tipo de led que no emite azul y, por tanto, no rompe el ciclo sueño-vigilia ni desata alteraciones biológicas

Los tres integrantes de la Unidad de Materiales Fotoactivos de Idonial (Amador Menéndez, María Dolores Morales y Ana Belén García) iluminan un cubo de Rubik con su luz led saludable. | R. Solís

La luz de la era digital es azul y nos enferma. Las luces led, presentes tanto en las luminarias con las que alumbramos nuestras calles y casas como en las pantallas de ordenadores y móviles a los que vivimos encadenados, esconden una paradoja: duran más y son energéticamente más eficientes y, por tanto, “salvan” el planeta; en cambio, resultan perjudiciales para la salud humana pues alteran nuestros ciclos biológicos, lo que puede desatar distintas dolencias. El grupo de investigadores asturianos formado por Amador Menéndez Velázquez, María Dolores Morales Sabugal y Ana Belén García Delgado, todos del centro tecnológico Idonial, ha logrado romper esa contradicción al desarrollar las primeras luces led “saludables”, es decir que no tienen impacto en nuestros biorritmos.

“Tenemos que hacer converger la evolución biológica con la tecnológica para preservar la salud humana. De ahí la motivación de esta investigación”, explica Amador Menéndez sobre un hallazgo tecnológico que acaba de publicarse en la revista “International Journal of Environmental Research and Public Health”, en un número especial sobre polución lumínica. “Nuestro organismo ha sido diseñado para un mundo que ya no existe. La vida evolucionó en el planeta bajo los patrones y ciclos diarios de luz y oscuridad. La exposición durante las noches a fuentes lumínicas con alto contenido en azul confunde al organismo y altera nuestros ritmos biológicos. Nuestras ciudades están contribuyendo notablemente a la contaminación lumínica. Los astrónomos fueron los primeros en alertar de este problema. Pero más allá de la astronomía, la polución lumínica tiene consecuencias negativas no deseadas para los seres humanos, la vida silvestre y los ecosistemas”, añade el destacado investigador, colaborador habitual de este periódico y el coordinador de la “Semana de la Ciencia” de LA NUEVA ESPAÑA.

Las luces led “saludables” desarrolladas en Idonial, el gran centro tecnológico del Principado, están fabricadas con elementos sostenibles y respetuosos con el medio ambiente, pero, sobre todo, no “contienen” una elevada fracción de luz azul. Ahí está la clave. Esa elevada fracción de color azul de las led convencionales “puede provocar alteraciones de los ritmos circadianos, ritmos biológicos con una periodicidad de 24 horas, y comprometer seriamente nuestra salud”, precisa Amador Menéndez, cuyo producto no pierde en calidad lumínica con respecto a las led que usamos a diario. Emite una luz “con apariencia ligeramente amarillenta”, pero no trastoca nuestro reloj biológico.

Y eso es muy importante. “Nuestro organismo está formado por múltiples ‘relojes biológicos’, uno en cada célula, que se coordinan con un reloj biológico central situado en el cerebro, concretamente en el hipotálamo”, explica Menéndez. “Este reloj interacciona con el medio ambiente a través de factores como la luz y, en concreto, la luz azul. Cuando la luz azul llega a nuestra retina, este reloj interpreta que es de día y nuestro organismo no segrega melatonina, la hormona del sueño. En contraposición, cuando no llega luz azul a la retina, nuestro organismo interpreta que es de noche y segrega melatonina”.

En un mundo perpetuamente iluminado, donde la noche natural desaparece, nuestros organismos viven confundidos, con el reloj roto. Es la llamada “cronodisrupción”, que se ha acentuado con la llegada de las led. “La exposición durante la noche a fuentes de luz artificial confunde al organismo, inhibiendo la secreción de la melatonina y privándonos de un reparador sueño. El sueño juega un papel crucial en la salud humana. En el sueño se reparan daños moleculares asociados a enfermedades como el cáncer y se eliminan proteínas tóxicas del cerebro relacionadas con enfermedades neurodegenerativas. Diferentes estudios científicos y epidemiológicos presentan evidencias crecientes de que varios tipos de cáncer, incluido el de mama y próstata, diabetes, trastornos neurodegenerativos, enfermedades cardiovasculares y obesidad pueden ser causados, al menos parcialmente, por la cronodisrupción”, detalla Amador Menéndez. “Durante el sueño también se potencia y refuerza el sistema inmune, el cual juega un factor crucial para hacer frente a agentes patógenos como virus y bacterias. Se ha demostrado que los pacientes que sufrían cronodisrupción eran más vulnerables al coronavirus”. Las luces saludables desarrolladas por Idonial serían especialmente indicadas para evitar alteraciones del sueño como las que ya se están produciendo: hay expertos que aconsejan que no se consulten las pantallas de dispositivos electrónicos dos o tres horas antes de irnos a dormir.

Fotosíntesis artificial para fabricar hidrógeno verde

Los tres autores del desarrollo de la “luz led saludable” integran la Unidad de Materiales Fotoactivos del Centro Tecnológico Idonial. El trabajo se centra en la nanofotónica “o desarrollo de sistemas moleculares y dispositivos para la captura, guía y manipulación de luz con aplicaciones en diferentes ámbitos, como el sector energético, el de la iluminación y el de la salud humana”, explica Amador Menéndez.

Ya cuentan en su haber con varias contribuciones, como el desarrollo, en el sector energético, de ventanas fotoeléctricas capaces de atrapar la radiación solar para convertirla en electricidad.

“En la actualidad el grupo está iniciando investigaciones en la temática del hidrógeno verde, en particular en la denominada fotosíntesis artificial. Esta tecnología persigue la disociación de la molécula de agua en oxígeno e hidrógeno, un prometedor combustible ecológico, valiéndose para ello exclusivamente de la radiación solar, tal como hacen las plantas”, explica Amador Menéndez.

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