Alfonso Zapico cierra "La balada del Norte", pero no agota el filón

El dibujante de Blimea empieza la edición francesa de su historia ambientada en la Asturias de Octubre del 34, hará historietas para niños y prepara una obra centrada en el "Comandante Mata"

El dibujante Alfonso Zapico, con su hija mayor, Frida, que parece hacer de colorista asistente, en su casa de Angulema.

El dibujante Alfonso Zapico, con su hija mayor, Frida, que parece hacer de colorista asistente, en su casa de Angulema. / Javier Cuervo

Javier Cuervo

Javier Cuervo

El año que está a punto de empezar trae el final de "La balada del Norte", la enorme obra de Alfonso Zapico (Blimea, 1981), colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, ambientada en la Asturias de la Revolución de Octubre de 1934. Para el historietista y profesor será también su primer año con pasaporte francés, una decisión personal a la que le indujeron las inquietudes profesionales de la que será su próxima obra.

En febrero la editorial bilbaína Astiberri sacará a la venta el cuarto tomo de "La balada del Norte", con el desenlace del difícil amor entre Tristán e Isolina y la suerte de otros muchos personajes vencedores y vencidos en la revolución asturiana, ficticios o históricos.

A la izquierda, portada del tomo cuarto de "La balada del Norte", y al lado, portada del primero de la edición francesa.

A la izquierda, portada del tomo cuarto de "La balada del Norte", y al lado, portada del primero de la edición francesa.

Si 2022 fue el año del regreso a "Dublinés", la biografía dibujada del escritor James Joyce –con la que obtuvo el Premio Nacional de Cómic en 2012– porque se cumplía el centenario de la publicación de "Ulises", 2023 será el de "La balada del Norte" por el remate de la obra 10 años y casi mil páginas después en España y por la aparición en Francia (editada por la prestigiosa Futuropolis) a partir de abril con el título. "Le chant des Asturies" (La canción de Asturias). Los dos tomos siguientes saldrán a lo largo del año y el último en 2024.

La edición francesa fue contratada hace años, pero estaba pendiente del cierre de la obra para iniciar su publicación. Eleva la palabra "Asturias" al título para evitar cualquier ambigüedad de que pudiera entenderse como una obra en la línea de "Germinal", de Émile Zola, la gran novela naturalista francesa centrada en la minería.

"Hemos enviado a imprenta el último tomo para la editorial Astiberri y pensé que me liberaría del carbón, pero como empezamos a publicar desde el principio en Francia estoy redibujando las portadas de los cuatro libros, revisando viñetas y textos, prefacios y posfacios adaptados al país... Así que, diez años después, vuelta a empezar".

La edición francesa no es una mera traducción: "En Francia es mucho más complicado, porque los lectores no tienen ni idea de qué pasó en Asturias en 1934 y hay que explicar todo el contexto hasta la Guerra Civil, que es un mundo".

"Solicité la nacionalidad francesa y solo me falta votar; hacer huelga y pagar impuestos lo traía de la Cuenca"

En cuanto a la última entrega de "La balada del Norte", incluye una viñeta que no dibujó Alfonso Zapico: "Es la antepenúltima viñeta de la doble página en la que aparece Largo Caballero en la cárcel Modelo. La dibujó en la propia cárcel el artista Luis Quintanilla, que compartió celda con el líder socialista antes de exiliarse en 1939 en Estados Unidos, donde adquirió gran fama, fue muy apreciado como retratista y se hizo amigo de Gary Cooper (al que retrató también)".

Luis Quintanilla Isasi (Santander, 1893-Madrid, 1978), artista plástico que desarrolló dibujo, grabado, fresco, ilustración, es el autor del ciclo de frescos "Ama la paz, odia la guerra", que fue encargado por el Gobierno de la República para representar a España en la Exposición Universal de 1939 (se les conoce como "Los otros Guernicas"), que se exhibe en el patio de Paraninfo de la Universidad de Cantabria. Alfonso Zapico conocía su obra.

"Tenía por aquí su libro de retratos carcelarios y pedí a Astiberri incluir su dibujo, aunque no sabía qué trabas legales tendríamos. Astiberri contactó con Paul Quintanilla, el hijo de Luis, que vive en Nueva York. Le enviaron las páginas del libro, le explicaron la historia y Paul nos dijo que adelante".

Dos de las páginas del álbum de conclusión de la serie, una en Sama y otra en París

Dos de las páginas del álbum de conclusión de la serie, una en Sama y otra en París

"La balada del Norte" se está publicando en sueco y la edición francesa previsiblemente abrirá nuevas traducciones porque el mercado de la Bande Dessinée, que cubre Francia y Bélgica, es una referencia en el resto del mundo.

"La saga en conjunto lleva más de 60.000 ejemplares vendidos, que para el cómic español está requetebién. Queremos más: en esta Revolución la auténtica dinamita son los libros".

"La balada" es un canto que fue creciendo. Estaba previsto para dos tomos, pero se extendió a un tercero que precisó del cuarto. En el primero, explica el contexto que propició el estallido del conflicto (la última revolución proletaria europea); en el segundo, narra los hechos; el tercero es el broche del luctuoso enfrentamiento y en el cuarto relata la deriva de los distintos personajes. "Necesitaba este último libro", indicó en su momento Zapico.

Las dos siguientes obras del autor de "Café Budapest" ya están enfocadas.

"Astiberri me ha encargado un cómic para su nueva colección de cómic infantil, porque como acabo de ser padre por partida doble, lo que parece que me faculta de alguna forma para dibujar historias para niños. Creo que no me faculta para nada y que hacer historias para niños es una cosa muy seria, pero ya he dicho que sí y espero que se me ocurra algo. Me vendrá bien cambiar un poquito de registro, creo".

En 2022 nació el segundo hijo de Alfonso y de Manuela Fernández. Se llama León (como el bisabuelo materno). La mayor, Frida, dibuja mucho "porque me ve dibujar, pero tengo la esperanza de que en su rebeldía adolescente el proceso de negación paterna la lleve a estudiar Medicina o algo parecido, porque aquí hacen falta médicos, pero no sé si necesitamos más dibujantes... Mi abuelo minero seguro que se hubiera alegrado de verme trabajar en una mesa de dibujo con flexo, yo me alegraré también si mi hija hace otra cosa y puede disfrutar de los fines de semana y las vacaciones, como la gente normal...".

"Hacer historias para niños es muy serio, espero que se me ocurra algo; me viene bien cambiar de registro"

El enfoque de su obra hacia la infancia no ocupará toda su creatividad porque la siguiente obra adulta que empieza a rumiar tiene raíz en Asturias, ramas por el convulso siglo XX y copa en Francia. Además se enreda con la propia vida del dibujante y le ha llevado a convertirse en ciudadano francés.

"He solicitado la nacionalidad francesa en la Prefectura de Niort. Fue el último obstáculo después de una montaña de burocracia, pero me empeñé en conseguirla por mi próximo proyecto de cómic, que tiene que ver con aquellos asturianos que perdieron la guerra, deambularon por las montañas de Asturias y luego cruzaron a Francia en el 1948 (11 años después de que se derrumbara el frente asturiano). Se dispersaron por Toulouse, Alès, Montpellier o Nimes, trabajaron en las minas y las fábricas y esperaron en vano la caída del dictador. Se escribían cartas, organizaban reuniones... al final Franco murió y se produjo la Transición".

"Algunos de estos republicanos (que nunca obtuvieron la nacionalidad francesa) volvieron a Asturias dispuestos a participar en la nueva vida democrática, pero España bullía de modernidad y ellos eran, literalmente, los despojos de una Guerra Civil que la nueva etapa política había despachado. Sin gran cosa que hacer en este nuevo país que ya no se parecía al que ellos habían conocido, volvieron grupas y cruzaron otra vez la frontera para morirse en Francia a mediados de los años ochenta. Reposan en camposantos franceses, en tumbas con nombres extranjeros, y como extranjeros murieron y fueron enterrados".

Entre esas personas está José Mata Castro (San Martín del Rey Aurelio, 1911-Alès, Francia, 1989). El "comandante Mata" fue el que más interesó a Zapico. "Su peripecia vital es tan humana como exenta de épica y a la vez tan fascinante que merece todos los libros que puedan hacerse con ella. Alguna de la mejor documentación que se puede encontrar sobre Mata se publicó en LA NUEVA ESPAÑA, escrita por José Ignacio Gracia Noriega)".

La obra sobre Mata influyó en la vida de Zapico: "Desde que empecé a planificar esta nueva historia y a poner tumbas de españoles en el hexágono, pensé que quería mi pasaporte francés, porque ya es bastante penoso morirse en tierra extraña, cosa que pudiera parecer sin importancia, sobre todo a los que viven y mueren en el lugar que les vio llegar al mundo. Estoy esperando a que me dejen votar en las próximas elecciones, que es casi lo único que me falta para ser de aquí (lo otro es pagar impuestos y hacer huelga, que me venían de serie de la Cuenca)".

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