Entrevista | Juan Eslava Galán | Escritor, publica "La Reconquista contada para escépticos"

"La escaramuza de Covadonga devolvió el orgullo a los godos y desanimó al invasor"

"La figura de Pelayo es bastante discutida, no todos los historiadores aceptan su existencia"

Juan eslava galán.|   | LUISMA MURIAS

Juan eslava galán.| | LUISMA MURIAS / Tino Pertierra

Tino Pertierra

Tino Pertierra

¿Qué tienen en común libros como "Enciclopedia nazi contada para escépticos", "La Biblia contada para escépticos", "La conquista de América contada para escépticos", "Historia de España contada para escépticos" (y la del Mundo), "La Revolución rusa contada para escépticos" o "La Primera Guerra Mundial contada para escépticos"? (Y la Segunda, también). Son aproximaciones amenas y didácticas a episodios de la Historia realizadas por un mismo e infatigable autor: Juan Eslava Galán. Nacido en Arjona (Jaén) en 1948, Eslava ganó con "En busca del Unicornio" el premio "Planeta" en 1987 y desde entonces su producción no admite pausas. Además, ha traducido la poesía de T. S. Eliot y escribe novelas de ficción histórica con el seudónimo Nicholas Wilcox. Esta semana visitó el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA para presentar su último libro, inspirado en "La Reconquista". Y sí: está contada para escépticos. Llenó la sala y firmó ejemplares sin tregua.

–¿La Reconquista nació en Covadonga? ¿Hay algo de verdad o todo es leyenda?

–La batalla de Covadonga es el mito fundacional de la Reconquista. ¿Es solo una leyenda falsa? Sí y no. No tenemos pruebas fehacientes de que los cristianos refugiados en la cueva derrotaran a los moros. Es probable que la derrota, que la propaganda cristiana magnificaría, ocurriría en alguna garganta del monte Auseva más adecuada para una emboscada a los invasores.

–¿Fue una escaramuza o una batalla épica?

–Sin duda, la acción del monte Auseva fue solo una escaramuza, pero devolvió al orgullo a los godos y desanimó a los invasores, que de todos modos no estaban muy convencidos de la conveniencia de sacrificar tropas y dinero por poseer aquella tierra. Ellos buscaban tierras fértiles y a ser posible llanas (cuencas del Ebro y del Guadalquivir, Levante) y estaban en aquellos tiempos intentando retener la Septimania francesa.

–¿Les gustará a los asturianos su versión?

–Espero que no les moleste. Es la versión de la historia que no tiene por qué abolir el valor del mito.

–Al margen de las dimensiones bélicas, ¿la batalla desarmó la leyenda de la invencibilidad musulmana?

–No creo que los cristianos pensaran que los musulmanes eran invencibles. Simplemente se habían dejado conquistar en un momento de debilidad, en plena guerra civil.

–Pelayo, ¿qué hay de verdad en él? ¿Qué importancia tiene en la Historia española?

–Es una figura bastante discutida. No todos los historiadores aceptan su existencia. Lo que es evidente es que después de la evacuación de Asturias de los moros se establece el germen de un Reino en Asturias, que luego crecerá en el Reino de León.

–¿El ropaje milagroso de la Santina fue, como afirman algunas voces, producto de la propaganda franquista?

–La Cova de Onga debió de ser un santuario potente incluso antes de la llegada del cristianismo. Cuando uno llega a ella siente que está en un lugar de poder. Que impone. Es lógico que si había que situar una batalla legendaria se eligiera Covadonga. Eso lo averiguará algún día la arqueología. Es cierto que la propaganda franquista utilizó la idea de la Reconquista, en la que los cristianos expulsan a los musulmanes, para establecer un paralelo con su propia "reconquista" en la Guerra Civil, cuando Franco, cristiano, expulsa a los "sin Dios".

–¿Covadonga inspira ahora una batalla ideológica entre derechas e izquierdas?

–El franquismo manipuló y se apropió de una serie de mitos como la batalla de Covadonga y la figura del Cid. Ahora con el revisionismo de izquierdas parece que hay que atacar todo eso. Esperemos que algún día las aguas vuelvan a su cauce y la política no manipule la historia. Hay una generación de jóvenes historiadores que abominan de la palabra Reconquista. La Historia es una ciencia, pero también es un arte, porque cada historiador le da su propio contenido. Y un historiador que se ha criado a los pechos de otro más viejo tienen la tendencia de llevar la contraria. Hay un refrán castellano que dice: al maestro, puñalada. Y muchos historiadores jóvenes dan puñalada a los mayores que hablaban mucho de la Reconquista, sobre todo en la época de Franco. Los que hicimos el Bachillerato y la Primaria entonces recordamos que era fundamental estudiar la Reconquista y el Imperio.

–¿Cómo sería la Península hoy de haber vencido los musulmanes?

–Si hubiesen vencido en el enfrentamiento del monte Auseva, los cristianos habrían preparado el partido de vuelta, sin duda. De haber vencido en términos generales, quiero decir en la Reconquista, ahora seríamos un país islámico con todas las ventajas que podemos observar en cualquiera de ellos. Probablemente no tendríamos Ministerio de Igualdad.

–¿De qué se ríe en su libro?

–Siempre hay situaciones que se prestan al humor. Cito el romance de la infanta desheredada por ser mujer que le promete a su padre en el lecho de muerte que si no le deja herencia se meterá a puta y lo que saque lo gastará en misas por su alma (la del padre). Resultó convincente.

–¿Podemos fiarnos de algún documento histórico?

–A los documentos históricos hay que someterlos al debido escrutinio para saber si son verdad. Existen muchas manipulaciones y falsificaciones.

–Los musulmanes necesitaron dos años para conquistar el Reino visigodo; los cristianos lo recuperaron en ocho siglos...

–Los alemanes en la Segunda Guerra Mundial conquistaron Francia en cinco semanas. La España del año 711 estaba en una guerra civil entre los partidarios de Rodrigo y los de Witiza, no era el mejor momento para defenderse. Se da una batalla campal en Guadalete en la que pierde Rodrigo (incluso la vida) y fue relativamente fácil al invasor musulmán, usando el entramado de las vías romanas, que estaba intacto, y acceden fácilmente a Toledo o a Córdoba. No así al Norte. Ellos son como mucho unos 40.000. Y no consiguen conquistar toda la Península. Queda en la cornisa cantábrica y la vertiente sur de los Pirineos una franja que no les interesa.

–Escapar de la alta fiscalidad islámica para los no musulmanes, impulsó la conversión inicial. ¿El dinero siempre manda?

–Lamento reconocerlo, pero es lo que hay. Los musulmanes oprimían fiscalmente a los cristianos. Lo más fácil era abrazar el Islam.

–¿Aquel cristianismo y aquel Islam eran muy diferentes a los de hoy?

–Absolutamente distintos. De hecho y debido a que los godos habían sido arrianos recientemente muchos de ellos pudieron encontrar que el Islam no era tan distinto, puesto que también reconoce que Jesús es un profeta venerable.

–Se duda de que el Apóstol Santiago fuera sepultado en la tumba descubierta en Compostela. ¿Hay que desandar el Camino?

–He hecho tres veces el camino de Santiago, a pesar de que soy agnóstico. Quizá no esté seguro de la existencia de Dios, pero sí estoy seguro de que la civilización cristiana occidental que hunde sus raíces en la tradición judeocristiana y en la herencia grecorromana es superior a todas las otras formas de vivir o de pensar del mundo.

–¿Otra batalla popular, la de Clavijo, es hazaña o patraña?

–Patraña.

–¿El Califato cavó su propia tumba con sus rifirrafes internos?

–En cierto modo sí. Había un problema: a la tendencia centrípeta de emires y califas de Córdoba (que imitaban el modelo de Bizancio, Roma o Persia) se oponía la tendencia centrífuga de los territorios alejados de Córdoba, especialmente las marcas tribales establecidas en Zaragoza, Toledo y Mérida.

–¿Se puede llamar Reconquista a algo que dura 800 años?

–La palabra reconquista surgió en el siglo XIX, pero el concepto "reconquista" (o sea, esta tierra es nuestra porque somos herederos del Reino cristiano godo) latía en muchos reyes cristianos, como demuestro citando sus propias palabras. Incluso hay un curioso tratado entre Castilla y Aragón en el que se reparten la Península para que no haya competencia entre ellas luego. Tienen claro que si no somos nosotros, serán nuestros descendientes. Esa vocación de España que se inicia en Asturias.

–El Cid, ¿fue un mercenario o un patriota?

–Las dos cosas. Como vasallo fue leal al rey de Castilla. Cuando se apartó del rey se ganó la vida alquilando su espada.

–De los muchos personajes de la Reconquista, ¿cuál le inspiraría para una futura novela?

–Fernando III y Jaime el Conquistador.

–¿De ocurrir en EE UU, habríamos visto ya miles de películas sobre este wéstern ibérico?

–Sin duda alguna: los episodios de la Reconquista, especialmente los últimos siglos de los que tenemos más información, darían sobradamente para una "epopeya del Oeste".

–Su ritmo de producción impresiona. ¿Cómo es su horario y método de trabajo?

–Me despierto a las cinco y trabajo unas nueve horas diarias, fiestas incluidas.

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