Irving Penn aprendió fotografía con Rembrandt
La Fundación Marta Ortega Pérez dedica una monumental retrospectiva al genio estadounidense: junto a sus icónicos editoriales de moda, muestra su faceta más artística y experimental

"Portrait of selft" (Cuzco, 1948)
Irving Penn (Nueva Jersey, 1917-Nueva York, 2009) emprendió su carrera como fotógrafo después de haber recibido formación en Bellas Artes. Sus primeras fotos no eran de moda, eran bodegones, y suyo fue el primero que se llevó a la portada de "Vogue", un hecho insólito en una revista de moda. Los bodegones de Penn son composiciones con objetos humildes, ingredientes tan cotidianos como los de un aliño de ensalada o un caldo de ternera, "cosidos" delicadamente, como un traje de alta costura.

"Mouth" (Nueva York, 1986) / .
Penn, que era hermano menor del director de cine Arthur Penn, quiso ser pintor. Viajó a México, al año de estar allí se marchó y destruyó los dibujos que había hecho. En aquel país tomó sus primeras fotos, por la calle, y comenzó una carrera que es historia de la fotografía y de la moda. La Fundación Marta Ortega Pérez, la Fundación MOP, acaba de inaugurar una gran retrospectiva sobre él en su centro expositivo de La Coruña. Es la primera en España y la misma que el Metropolitan, el Met de Nueva York, dedicó al artista en 2017, por el centenario de su nacimiento. Ahora se presenta con el catálogo revisado y traducido al español.

"Pablo Picasso at La Californie" (Cannes, 1957) / .
"Irving Penn: Centennial (Centenario)" está comisariada por Jeff L. Rosenheim, el jefe del Departamento de Fotografía del Met, y permanecerá abierta al público hasta el 1 de mayo de 2025. Reúne más de 175 fotos de Penn. Junto a ellas se muestran ejemplares de la revista "Vogue", con algunos de sus mejores trabajos; la tela que utilizaba como fondo para sus fotos y con la que viajaba por el mundo, y una de sus cámaras. También un documental, con testimonios de familiares, amigos y profesionales de la fotografía y de la moda, que se proyecta en bucle.

"Ungaro bride body sculpture: Marisa Berenson" (París, 1969) / .
Irving Penn abandonó la pintura, pero la pintura nunca lo abandonó a él. Rembrandt y Matisse fueron dos de sus referentes creativos –al segundo llegó a conocerlo–. El manejo del claroscuro y la composición los aprendió de ellos. Cuando en 1962 retrató a Francis Bacon, en Londres, dejó a la vista, en el fondo, un retrato de Rembrandt, en un homenaje explícito al maestro holandés. Como él, Penn se recreaba en las sombras y envolvía en ellas a sus retratados. A Picasso, al que fotografió en 1957 prácticamente al asalto, en su residencia de Cannes, le dejó media cara a oscuras y así logró intensificar, aún más, la expresividad de su rostro. Más sutiles son sus juegos de luces y sombras en el retrato que hizo a Miró y a su hija Dolores en Tarragona, en 1948.

"Single oriental poppy" (Nueva York, 1968) / .
Las fotografías más antiguas de la exposición de la Fundación MOP datan de 1939 y son de carteles publicitarios, con rótulos que a Penn le llamaban la atención. El fotógrafo publicó sus primeros trabajos de moda en "Harpert’ s Bazar" y en 1943 su primera portada en "Vogue".

"Marlene Dietrich" (Nueva York, 1948) / .
Irving Penn tenía espíritu aventurero. Podría haberse contentado con fotografiar mujeres hermosas con hermosos vestidos, pero se adentró en géneros más arriesgados. Es el autor de algunos de los mejores retratos de los grandes protagonistas del siglo XX –Pablo Picasso, Joan Miró, Marcel Duchamp, Marlene Dietrich, Elsa Schiaparelli, Igor Stravinsky, Zaha Hadid Richard Avedon, Francis Bacon, Issey Miyake, una lista inabarcable–. Les dedicó la misma atención que a los trabajadores a los que iba fotografiando en sus continuas idas y venidas a París, Londres y Nueva York, componiendo con sus fotos una artística galería de oficios; el mismo interés que a los nativos de Nueva Guinea, con su elegancia natural; a las mujeres veladas de Marruecos o a las gentes que, para un editorial de "Vogue", puso ante la cámara en Cuzco, en Perú.

"Woman in chicken hat: Lisa Fonssagrives-Penn" (Nueva York, 1949) / .
Irving Penn era capaz de encontrar la belleza donde nadie era capaz de verla. Pasaba horas tomando imágenes de las colillas que recogía de la calle y diseñó una cámara para hacer fotos a los chicles pegados en las aceras. A esos desechos, a las colillas y a los chicles, les dedicó un par de series fotográficas. También a las flores, a las amapolas, pero no en su momento de esplendor, sino cuando estaban a punto de marchitarse.

"Cigarette No. 37" (Nueva York, 1972); / .
Se regocijaba en la belleza y en las múltiples formas en las que se le aparecía. Se acercaba a ella siempre con respeto, a veces enfocándola desde abajo, en una actitud reverencial, o avanzando hacia ella entre las sombras, desvelándola con su objetivo, como su maestro Rembrandt hubiera hecho con sus pinceles.
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