Levantada en el paraje de la Braña en 1879, la siderúrgica de Moreda y Gijón fue todo un referente en el paisaje urbano local y en la industrialización gijonesa y asturiana, tanto por la calidad de sus productos como por la cantidad de mano de obra empleada. La empresa, que gozó de un emplazamiento estratégico a escasa distancia del casco urbano, del puerto y servida por los ferrocarriles del Norte y de Langreo a través de sendos ramales, fue fundada por el ingeniero Isidoro Clausel (con el apoyo de banqueros e industriales franceses) bajo la denominación Sociedad de las Minas y Fábrica de Moreda y Gijón. La factoría gijonesa perteneció a una firma francesa con sede en París hasta que fue adquirida por la Sociedad Industrial Asturiana Santa Bárbara a finales de la década de los noventa del siglo XIX. En 1954, setenta y cinco años después del encendido de su primer horno alto, la empresa hizo balance a través de las páginas de la vistosa publicación que reseñamos.

Este álbum conmemorativo comienza con un repaso al desarrollo a la industria metalúrgica en Asturias y su vinculación a la explotación minera, citando los antecedentes más antiguos y la creación de las primeras industrias siderúrgicas: la fábrica de Armas de Trubia (1794); la fábrica de hierros Jacques y Cía (1846), en Lena; la Fábrica de Mieres (1848); la fábrica de Quirós (1863), creada por la Compañía de Minas, y Fundiciones de Santander y Quirós, dedicadas principalmente a la fabricación de hierro. En esta introducción se explica cómo el ingeniero francés Clausel fue comisionado por sus socios para visitar las cuencas hulleras asturianas, en particular las concesiones de Moreda, y estudiar la posibilidad de establecer una nueva factoría de hierro en las cercanías de las concesiones. Después de analizar la calidad de las explotaciones, de los yacimientos hulleros y las posibilidades de la mano de obra y del transporte, concluyó que, puesto que la única salida viable era por el puerto viejo de Gijón, la opción más rentable era la de establecer la factoría no a pie de explotación sino en las cercanías de la línea férrea de Langreo y del puerto gijonés por donde habían de ser desembarcados los minerales de hierro procedentes de Santander y Vizcaya. Adquiridos los terrenos al banquero Pierre Souplet, en septiembre de 1879 la corbeta noruega «Titania» desembarcó en Gijón la maquinaria adquirida en Bélgica para la fábrica, en cuyas obras estaban ocupados unos 300 obreros. En marzo de 1881 salió de Gijón el primer vapor cargado con lingotes de Moreda y Gijón y comenzó a funcionar el taller de alambre. Prosigue con el relato de la evolución de las instalaciones, destacando el nuevo taller de acero cuyo horno Siemnes-Martín n.º 1 comenzó a producir en el año 1902 y el último de ellos, el n.º 5, en 1930, así como los hornos de coque puestos en marcha en 1916.

A partir de este punto, la publicación se centra en retratar el presente de la empresa, entendido éste como el período comprendido entre el año 1937 y 1954. Destaca el importante aumento de la superficie de la factoría, que pasó de 111.272 m2 en 1937 a 232.238 m2 en 1954 y el plan de modernización y expansión, que incluía nuevas instalaciones y fabricaciones. Entre éstas reclama la atención sobre la nueva batería de coque el horno alto n.º 2 con su moderno parque de minerales, carro-báscula, máquina cinta de colar y demás accesorios, el taller de aceros con dos hornos Siemens de 50 y 70 toneladas, los nuevos trenes para laminar chapa mediana y fina, la renovación de los procedimientos del trefilado del alambre, entre otros. Como nuevas fabricaciones cita los aceros especiales, el fleje laminado en frío, alambre de acero para cables, varilla de electrodos de alta calidad y la fabricación de tubos. También se destaca en la publicación los aspectos sociales de la empresa, tales como la puesta en servicio del economato, el comedor, el departamento sanitario, o la capilla. Sin embargo, la parte más interesante de este álbum es la colección de imágenes con que se acompaña el repaso a las instalaciones y que explican gráficamente muchos de los procesos de productivos. Este álbum conmemorativo del 75.º aniversario de la creación de la fábrica de Moreda incluye también un plano de la factoría en el que se señalan con distintos colores las instalaciones construidas después de 1936, las que están en construcción y las proyectadas.