Oviedo, A. RODRÍGUEZ

Además de en los salones del automóvil, vehículos Citroën o, al menos, partes de los mismos, se han expuesto en un salón del mueble. La edición de este año del Salón del Mueble de Milán, finalizada el pasado 20 de abril, ha sido el marco de la exposición de unos prototipos un tanto peculiares: asientos, escaleras, tapas de alcantarilla, mamparas, teléfonos y otro tipo de objetos de difícil denominación, realizados con piezas de automóviles de la marca.

Citroën ha elegido uno de los salones más prestigiosos de Europa, marcador de tendencias en lo que a interiorismo y decoración se refiere, para presentar los ocho objetos finalistas del concurso internacional organizado por su filial italiana, C-Design: Combina, Conecta, Crea.

El concurso consistía en reinterpretar y combinar entre ellas 100 piezas que forman la mecánica y la carrocería de los coches Citroën, transformándolas en objetos de la vida cotidiana. Los autores de los proyectos han propuesto ideas evolutivas, innovadoras y caracterizadas por un gran impacto visual.

Entre los proyectos finalistas expuestos en el salón milanés, se encuentran un prototipo realizado por el diseñador español Oriol Barri. El joven creador barcelonés, especializado en interiorismo, presentó un original asiento que toma como base la aleta delantera de un C2.

El primer premio del certamen, dotado de 10.000 euros, ha sido otorgado al proyecto búlgaro denominado Citroën Sledge de Ognyan Bozhilov, en el que se han utilizado los asientos traseros del C4 Picasso y las puertas del C3 Pluriel para construir un original trineo.