Una nueva carrocería hace su aparición en el universo Mini. Se trata de la versión roadster, biplaza descapotable con capota de lona. El Mini Roadster mantiene todos los rasgos característicos de la marca unidos a una capota de lona que, independientemente del color que se elija (nueve disponibles) es de color negro.

La capota viene manual de serie y semiautomática en opción; en ambas es necesario girar un tirador situado en la parte superior. El Mini Roadster cuenta con un alerón posterior de extensión automática o manual, mediante una tecla situada en la parte superior del marco del parabrisas, incorporado en la tapa del maletero.

En el interior, cambios mínimos con respecto a la versión cerrada. Los asientos deportivos tienen espacio para transportar objetos pequeños tras ellos, y existe una tapa entre el maletero y el habitáculo que permite transportar objetos largos o acceder al interior del maletero sin salir del coche.

El abanico de motores se compone de tres gasolina y un diésel. Los tres primeros son el Cooper de 122 CV, el Cooper S de 184 CV y el John Cooper Works de 211 CV. En diésel y por 28.750 euros está el Cooper SD de 143 CV y consumo de 4,5 litros. Todos (excepto el Works) van asociados a caja de cambios automática o manual.

Salpicadero, puesto de conducción y consola central.